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La leyenda de San Jorge, el dragón y la princesa, un audiolibro que hemos elaborado con la colaboración de las familias de nuestros alumnos y alumnas de cuarto curso con motivo de la celebración del Día del Libro.

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Os invitamos a revivir con nosotros las hazañas de San Jorge, que con gran valentía se enfrentó al dragón que acechaba el pueblo de Berito.

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Berito era un pueblo tranquilo, sosegado

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Sus gentes educadas y expertas en diferentes oficios

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como la alferrería, la herrería o la carpintería

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hacían de Berito el lugar más apacible y armonioso de la región

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pues todos los viajeros quedaban asombrados.

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Casi hechizados al pasear por las ajardinadas y frescas calles del pueblo,

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de casas bajas de piedra anaranjada y pronunciados tejados de pizarra.

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Un hermoso campanario sobresalía entre el resto de edificaciones

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y un inagotable manatial llevaba agua mineral hasta la gran fuente del pueblo

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situada en la plaza principal y de la cual bebían todos los vecinos.

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Pero un día nublado y gris apareció en la citada plaza un enorme dragón alado escupiendo fuego por sus fauces,

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sus escamas como las de una serpiente pero gigantes y robustos.

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Eran de color verde esmeralda y sus ojos grandes como la cabeza de una vaca.

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y de color negro a sabache.

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Estaban atravesados por una púpila vertical del color del fuego.

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Quiso el dragón instalarse durante un tiempo.

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Pasaban los días, los vecinos terminaban de crecer sin agua,

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y de ningún modo se atrevían a acercarse a la fuente.

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Estaba toda envejecida, al igual que la plaza y las casas colindantes,

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por las continuas llamaradas que lanzaba un latín, temible criatura.

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Sediento y lleno de rabia, pasado un tiempo, un formido joven se decidió a acercarse a la fuente

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para llenar un cántaro, lo cual haría cuando el dragón durmiera, para así correr el mínimo riesgo posible.

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La oportunidad llegó a las pocas horas y el joven, sin pensárselo dos veces, se lanzó a emprender su hazaña.

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Casi de puntillas y bajo la atenta mirada de sus vecinos, quienes le observaban a través de las ventanas de las casas que rodeaban la plaza y en cuyo interior se encontraban a todos reunidos y al refugio comenzó a caminar hacia la fuente.

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Llevaba el cántaro en la mano izquierda, al hombro, y una robusta espada en su diestra, que de poco le serviría

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Llegó a su objetivo sin hacer el menor ruido

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Llenó el cántaro con una sola mano y, acto seguido, emprendió el regreso triunfante

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Cuando de repente la espada golpeó ligeramente el suelo empedrado

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Los oscuros ojos de la bestia que había despertado de su letargo pronto se fijaron en el desafortunado joven, quien permanecía inmóvil con la esperanza de confundir al dragón, aunque este ya había olido a su presa y no la dejaría escapar.

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Irguiéndose, el animal tomó una profunda bocanada de aire e hizo ademán de arrojar fuego cuando el joven, que ya había comenzado a correr dejando caer espada y cántaro, casi había salido de la plaza

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Los vecinos satanitos observaron como los grandes guerreros de la bestia que habían emprendido el vuelo atrapaban al pobre mozo indefenso

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Y mientras unos contemplaban a ambos, cazador y presa, alejarse por el cielo, otros se lanzaban en marabunta a la fuente para llenar sus sedientos cántaros.

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Instantes después regresó el dragón y todos se escondieron de nuevo, apresuradamente. Del joven nunca más se volvió a saber.

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00:05:00,279 --> 00:05:20,379
Se aprendieron que no podrían llenar sus cántaros si no distraían al monstruoso animal y que el único modo de alejarlo era con ofrendas, con vidas humanas, pues el dragón ya había acabado con todos los animales de granja que había en el pueblo.

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00:05:20,379 --> 00:05:34,439
Por sorteo, cada día le sería entregada una persona y así los otros habitantes tendrían algo de tiempo para abastecerse de agua.

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El número de vecinos menguaba según pasaban los días y ya muy pocos quedaban cuando, por desgracia para el rey de la región,

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que vivía en Berito, llegó el turno de su desventurada hija, la princesa Cleononía.

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00:05:58,579 --> 00:06:10,439
Con honda tristeza, el rey se despidió de ella y le dejó partir hacia la fuente de la plaza, donde le esperaba la bestia.

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Todos vieron como la princesa se elevó hacia el cielo, alejándose del pueblo entre las garras del poderoso dragón.

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Tal era la desdicha del pobre rey que entre sollozos rezó y suplicó al caballero Jorge, famoso por su valentía y coraje,

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que su hija volviera sana y salva, que se liberase de las fauces del monstruo y que no sufriera ningún mal.

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Al poco tiempo, Jorge apareció a lomos de su blanco corcel con su brillante armadura plateada y blandiendo una gran y poderosa lanza

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Junto al milagroso caballero y animados por el rey, todos los vecinos se lanzaron a la búsqueda del escondite del dragón

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El lugar en el que devoraba sus presas

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Pronto dieron con su guarida unas ruinas situadas en lo alto de un desolado y chamuscado cerro cercano al pueblo

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Mientras los demás observaban desde abajo, alejados del peligroso fuego

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00:07:20,660 --> 00:07:27,160
El caballero Jorge, que ya se encontraba frente al dragón, tentaba y examinaba la reacción de este frente a él

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00:07:27,160 --> 00:07:41,199
Comenzó la lucha en sordecidoras llamaradas. Intentaban alcanzarle una y otra vez, aunque Jorge las sorteaba sin dificultad alguna, moviéndose veloz de un lado a otro.

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00:07:41,199 --> 00:07:51,860
Oyó silbar la lanza de Jorge cortando el viento y al instante atravesó con un golpe certero el cuello de la bestia

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cuyo cuerpo inerte rodó colina abajo para terminar frente a los asombrados habitantes de Berito

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Todos celebraron la victoria, la liberación de aquel mal, el fin de la desgracia

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00:08:05,300 --> 00:08:18,259
El caballero invitó a la princesa Cleodolinda a subir a su caballo y se reunieron con el rey y el resto de sus vecinos, que examinaban desconfiados el monstruoso cuerpo escamado.

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00:08:18,259 --> 00:08:31,500
Esta era la sangre que emanaba de la herida infligida por Jorge, que se formó un gran charco junto al dragón. Y en el charco surgió un rosal de flores carmesí como la sangre.

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00:08:31,500 --> 00:08:41,519
El caballero coge una rosa, se la entregó a la hermosa Cleodolinda y acto seguido desapareció

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00:08:41,519 --> 00:08:50,200
El pueblo recuperó la tranquilidad, los vecinos pudieron llenar de nuevo sus cántaros sin ninguna preocupación

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00:08:50,200 --> 00:08:52,879
y Jorge fue nombrado su patrón

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00:08:52,879 --> 00:09:01,039
El 23 de abril es el día del libro, pero también es el día de San Jorge, George o Jordi

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00:09:01,039 --> 00:09:12,440
Ese día, además de regalar libros, también regalamos rosas, así recordamos la hazaña de Jorge venciendo al dragón y regalándole una rosa a la princesa Cleodolinda.