Mapache (Procyon lotor. Linnaeus, 1758) - Contenido educativo

Mapache (Procyon lotor. Linnaeus, 1758)

El mapache posee una cabeza achatada con el hocico puntiagudo y las orejas pequeñas. Tiene el pelo largo y la cola tupida con entre cuatro y seis anillos amarronados. Es de color marrón grisáceo o amarillento en el dorso y en los costados, y gris claro en la región ventral. Las marcas negras sobre sus mejillas, que se extienden entre los ojos y a través de la frente como una línea vertical, son muy características y permiten diferenciar unos individuos de otros. Alcanzan una altura de entre 45 y 70 centímetros y los ejemplares más grandes rondan los 20 kilogramos de peso.

Es un animal discreto, activo preferentemente de noche, cava profundas madrigueras y es un gran trepador de árboles.

Es un carnicero muy voraz. Caza aves, ratones, insectos, pequeños peces, caracoles, cangrejos y ranas. Su dieta incluye también huevos, nueces, cereales y frutas.

El mapache tiene la curiosa costumbre de lavar sus alimentos en agua, frotándolos fuertemente con sus patas delanteras. Las cuatro extremidades están provistas de cinco dedos con garras curvadas y no retráctiles, con las plantas desnudas y planas. La articulación de las patas posteriores con la cadera puede rotar 180 grados, lo que permite a estos animales descender de los árboles en la misma posición en la que ascienden.

Los machos buscarán varias hembras con las que aparearse, pudiendo entablar peleas con sus rivales. La gestación dura unas nueve semanas y el parto consta de entre tres y cinco crías que tienen un peso al nacer de unos 60 gramos y que permanecerán junto a su madre casi todo el primer año de su vida.

Originalmente, los mapaches eran nativos únicamente de América del Norte y Central. Desde comienzos del siglo XX, han habitado en Europa Central y Japón, donde fueron liberados, o escaparon, de las granjas de pieles. Sus hábitats preferidos son los bosques caducos, cerca del agua, aunque también ha aprendido a vivir en zonas pobladas por el ser humano.

En las zonas más frías de su área de distribución, el mapache pasa el invierno en cuevas o agujeros de los árboles, durmiendo profundamente, pero no hibernan.

Rev: junio-10