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Unidad 2 (Latín I) - Contenido educativo
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Unidad 2. Introducción a la flexión nominal.
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En este tema vamos a estudiar el concepto de lengua flexiva, de declinación y de caso.
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El latín, a diferencia del castellano, es una lengua flexiva.
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Esto significa que tiene palabras variables, que tiene palabras que cambian.
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Una palabra variable o flexible es aquella que mantiene intacta la raíz o el eczema
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pero que modifica sus terminaciones o desinencias según la función sintáctica que desempeñe en la oración.
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En latín hay palabras variables o flexivas, la mayoría de ellas, y otras que no lo son, son palabras invariables.
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¿Cuáles son aquellas que se declinan, que se flexionan?
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Son los sustantivos, los adjetivos y los pronombres.
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Son palabras que cambian según su género, su número y su caso.
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Luego veremos lo que significa caso.
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También son palabras flexivas los verbos porque cambian su persona,
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cambian sus desinencias según la persona, el número, el tiempo, el modo y la voz.
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Las palabras invariables o no flexivas, las que permanecen siempre igual,
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las que no se modifican, son los adverbios, las preposiciones, las conjunciones y las interjecciones.
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Vamos a fijarnos en unas oraciones en castellano y las mismas oraciones en latín.
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El niño da la flor a la niña. Vamos a fijarnos siempre en la palabra flor.
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Flor, en esta oración, que está marcada en negrita, desempeña la función de complemento directo.
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La flor tiene bonitos colores. En esta oración la palabra flor es sujeto.
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La abeja está en la flor. En la flor es complemento circunstancial del lugar.
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El niño da agua a la flor. A la flor es aquí complemento indirecto.
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Vemos que en cada una de estas oraciones hay un sustantivo que se repite, flor,
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y que tiene una función sintáctica diferente en cada oración.
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Sin embargo, en castellano, esta palabra no ha sufrido ningún cambio, no ha variado, no ha modificado sus desinencias.
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Vamos a fijarnos ahora en las mismas oraciones en latín.
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Puer floren puellaedad.
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El niño da la flor a la niña.
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Flor pulcros colores abet.
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La flor tiene hermosos colores
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Apis in flore est
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La abeja está en la flor
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Puer acuan floridad
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El niño da agua a la flor
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El sustantivo latino flor cambia las terminaciones o desinencias
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Lo vemos claramente porque están marcadas en rojo
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Este cambio de desinencias responde a la diferente función sintáctica que desempeña la palabra en la oración
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Por tanto, en latín las palabras modifican sus terminaciones o desinencias
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según la función sintáctica que desempeñan, pero en español no
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Esto significa que el latín es una lengua flexiva y que el español no lo es
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A esas desinencias que varían, que cambian, se las va a llamar caso.
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Los casos son las diferentes desinencias que puede tener una palabra en latín, en singular y en plural.
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Y esas desinencias o casos expresan el género de la palabra, el número y su función sintáctica.
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El conjunto de todos los casos que puede tener una palabra es la declinación.
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y declinar una palabra es ponerla en todos sus casos, en singular y plural.
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Vamos a ver ahora otros elementos importantes del latín.
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Hemos dicho que los casos o las desinencias indican el género, el número
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y la función sintática que desempeña la palabra en la oración.
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En latín las palabras pueden tener tres géneros.
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O hay tres géneros, masculino, femenino y neutro. El neutro es un género que tampoco tenemos en español, pero sí en latín. Hay dos números, singular y plural. Y una palabra puede tener seis desinencias diferentes o seis casos.
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Cada uno de esos casos o cada una de estas desinencias recibe un nombre
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Nominativo, vocativo, acusativo, genitivo, nativo y hablativo
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Lo que tenemos que hacer este año es, sobre todo al comienzo del curso
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Es aprendernos estos nombres de los casos en este orden
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Para poder declinar una palabra
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Es decir, para poder poner esa palabra con todas sus desinencias
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Vamos a verlo aquí con un ejemplo
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Vamos a coger la palabra puella
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Puella en latín significa niña
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Vamos a declinar esa palabra
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Vamos a poner las desinencias en singular de esta palabra
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Vamos a empezar con la primera desinencia que llamamos nominativo
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La desinencia o caso de nominativo
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Es esa desinencia que cuando la lleva la palabra en cuestión
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En la oración sintáctica esa palabra es sujeto o atributo
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¿Cómo traducimos una palabra que esté en nominativo en español?
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¿Ponemos delante de esa palabra una preposición o no ponemos nada?
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Pues nunca ponemos preposición
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Por tanto, puebla, al traducirla al español
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podemos decir que es niña, que significa niña
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o podemos ponerle delante un artículo, la niña o una niña
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En latín no hay artículo, por tanto nosotros al español, cuando traduzcamos en español tenemos que elegir si queda mejor poner el artículo o no hacerlo
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La siguiente desinencia es la de vocativo
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El vocativo sirve para llamar a alguien, para saludar o para dar una orden
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Y al traducir una palabra en vocativo tampoco ponemos preposición
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Niña
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El acusativo es la desinencia que indica que esa palabra es un complemento directo
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Al traducir una palabra que esté con la desinencia o caso acusativo, lo podemos hacer de dos maneras, según si esa palabra es una persona o si es una cosa.
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Si la palabra es una cosa, pondremos esa palabra sin preposición.
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Por ejemplo, rosa, rosa o la rosa.
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Si es una persona, traduciremos esa palabra con la preposición a, a la niña o a una niña.
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Cuando es persona ponemos la preposición a, insisto, cuando es cosa no ponemos ninguna preposición.
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A veces la palabra en acusativo en latín puede llevar delante una preposición
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Por ejemplo, at es una preposición en latín que significa hacia
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Entonces el sintagma at escolan habrá que traducirlo por hacia la escuela
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El genitivo es la desinencia que expresa complemento del nombre
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Siempre hay que traducir una palabra en genitivo con la preposición de delante
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Puellae de niña o de la niña o de una niña
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El dativo indica que es complemento indirecto
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Al traducir al español tenemos que hacerlo con la preposición a o para
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Puellae a la niña o para la niña
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Y el ablativo es la desinencia o el caso que indica que es un complemento circunstancial
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Para traducir un complemento circunstancial al español o un ablativo
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hay que hacerlo eligiendo básicamente dos preposiciones, una de estas dos, con o en,
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a veces también de o por, pero las dos primeras son las más frecuentes.
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Por tanto, puella podemos traducirla como con la niña o en la niña.
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Y luego hay un séptimo caso que tienen solamente algunas palabras en latín, el llamado locativo.
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El locativo expresa que esa palabra es un complemento circunstancial de lugar
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y para traducirla hay que poner delante de la palabra la preposición en.
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Por ejemplo, Romae, que tiene la desinencia ae del locativo, significa en Roma.
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Pero insisto, este caso solamente lo tienen algunas palabras que ya iremos viendo en los temas siguientes.
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Bien, pues aquí se explican después con más detalle en las siguientes páginas las funciones sintácticas,
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de los casos. Y ahora vamos a ver otra cuestión importante. La pregunta que nos podemos hacer
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es la siguiente. ¿Todas las palabras en latín se declinan igual? Es decir, ¿todas tienen
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las mismas desinencias de nominativo, de acusativo, de genitivo, etcétera? La respuesta es no.
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En latín hay cinco grupos de desinencias, hay cinco declinaciones.
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Estas declinaciones y estos grupos tienen cada uno de ellos, obviamente, sus propias desinencias.
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¿Cómo sabemos a qué declinación o grupo pertenece una palabra en latín?
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Pues lo sabremos partiendo de su enunciado.
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El enunciado de una palabra es la forma en que nombramos a esa palabra.
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Una palabra en latín se nombra, se enuncia, poniéndola en dos casos, en nominativo singular y en genitivo singular,
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y luego a continuación ponemos el género, si es masculino, femenino o neutro.
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Entonces, cuando busquemos una palabra en el diccionario, la encontraremos enunciada,
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esa palabra, ese sustantivo, en nominativo y en genitivo singular.
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Bien, pues fijándonos en la desinencia de genitivo singular, sabremos la declinación a la que pertenece.
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Por ejemplo, si una palabra tiene la desinencia de genitivo terminada en AE, esa palabra va a ser automáticamente de la primera declinación.
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Si termina en I, de la segunda. Si termina en IS, de la tercera. En US, de la cuarta. Y en EI, de la quinta.
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Esta es la clave. La desinencia del genitivo singular nos indica la declinación a la que pertenece esa palabra.
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Por ejemplo, aquí vamos a verlo con estos ejemplos. La palabra domina, dominae, es una palabra que está enunciada la primera forma en nominativo singular, la siguiente con la desinencia de genitivo ae, aunque haya que leerla domina, domina, dominae.
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Fijaos, yo solamente escribo la desinencia del genitivo, pero debo leerlo así entero.
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Esta palabra, cuya desinencia de genitivo acaba en ae, es de la primera.
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Insula, insulae, de la primera.
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Dominus, domini, de la segunda.
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Templum, templi, de la segunda.
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Res rei, de la quinta.
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Exerctus, exerctus, de la cuarta.
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Latus, lateris, de la tercera.
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Nomen nominis de la tercera. Hay que fijarse siempre en las desinencias exclusivas del genitivo para poder clasificar la palabra en su declinación.
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Podéis hacer estos ejercicios también que tenemos a continuación para practicar cómo ubicamos, cómo clasificamos las palabras en su declinación correcta.
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Así que repasamos conceptos importantes. En latín una palabra se enuncia en nominativo y genitivo singular seguida del género y es importante esto porque la desinencia de genitivo nos indica la declinación a la que pertenece esa palabra.
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una vez que sepamos la declinación a la que pertenece
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ya podemos declinarla
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en latín hay cinco declinaciones
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hay cinco grupos de desinencias
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y en los siguientes temas, en las siguientes unidades
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iremos viendo cada una de estas declinaciones
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para ir declinando las palabras
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y aprendiendo sus desinencias
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- Autor/es:
- MARÍA PILAR LEGANÉS MOYA
- Subido por:
- M.pilar L.
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- Fecha:
- 24 de septiembre de 2024 - 9:32
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- Centro:
- IES ARCIPRESTE DE HITA
- Duración:
- 13′ 08″
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