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El Cid: primera parte - Contenido educativo
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El cantar de mi Cid
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Fíjate, por cierto, aprendételo, ¿eh?
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Cantar de mío, con mayúscula y sin tilde
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Mío Cid, el cantar de mío Cid
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Así con mayúscula, como si fuera un nombre propio
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¿Y esto qué es?
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¿Esto qué es? ¿Por qué es importante?
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¿Por qué es importante?
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Mira, esto es importante por varias razones
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La primera, es que es la primera obra literaria
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Escrita en castellano, que conservamos
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Pero bueno, eso haría un poco lo mismo
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Porque su valor no solo está ahí
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Sino también en su calidad literaria
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¿Quién escribió esto? ¿Quién lo escribió?
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A ver si lo adivinas, el Cid
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¿Por qué no lo escribe el Cid Tolai?
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¡Hombre, no!
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El autor es anónimo, hombre, anónimo
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No sabemos quién fue, aunque es muy probable
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Que su autor seguramente
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Fuera un jugular
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Sí, seguro que fue un jugular
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Aunque hay quien dice que no fue uno, sino que fueron dos
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Bueno, esto no lo sabemos
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¿Cuándo se escribió? Eso sí que, bueno, más o menos
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Se estima, se calcula, se intuye
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Que fue escrito hacia el año
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¡Uh! ¿Qué pone ahí?
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Hacia el año 1110
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Es decir, acuérdate que en el siglo XII
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Por tanto, en el siglo XII
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El Cid, el personaje real, es decir, Rodrigo Díaz de Vivar
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Había muerto en el 1099
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Pasó el tiempo suficiente
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Para que se empiece a gestar
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Esta obra, cuyos hechos suman
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Entre lo histórico y también
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Lo legendario. Ten en cuenta que surgió
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Oralmente, se difundió oralmente
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Hasta que alguien decidió ponerla por escrito
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Pero que alguien la pusiera por escrito
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Fuera quien fuera, no significa
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Que los jugulares la cantaran exactamente así
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Ni muchísimo menos. Cada cual cogía la obra
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Y la cantaba al cual le parecía
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O mejor dicho, al cual nos parecía
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Ese documento
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Escrito del cantante de Mío Cid
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Que se conserva, por cierto, en la biblioteca nacional
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Y es súper valioso, es más valioso que tú
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Y toda tu vida, es una de las copias
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Que nos ha llegado. Vamos ya con la obra
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Con lo que es la obra literaria
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Lo más importante que tienes que saber es el argumento
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Que yo te lo cuento, a ver si se te queda
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La obra está dividida en tres partes. El Cantar del Destierro
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El Cantar de las Bodas
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Y el Cantar de la Frenta de Corpes
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Son como tres grandes capítulos
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Vayamos con el primero. El Cantar del Destierro
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Nuestro colega el Cid
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Ha sido desterrado por su señor
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¿Su señor quién es? Por su señor es su majestad
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El Rey. Ahí lo tienes al Rey
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¿Quieres que le pongamos cara? Venga, va a ponerle careto
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Careto del Rey
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Porque ha desterrado a su noble
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Bueno, pues el Rey le dice
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¡Caterpillaros que te destierran el reino del castillo!
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Y tú dirás, pero si había dicho
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Que el Cid era la caña, ¿cómo es que lo destierran?
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Pues lo destierran
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Porque al de saber que el Cid
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Era un noble muy importante
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Pero de la baja nobleza
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Y los altos nobles
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Los condes, duques, grandes señores
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Pijales, hola soy un duque
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Hola soy un conde
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Le tenían mucha envidia
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Y después de conspirar diciéndole cosas feas al Rey
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Le envenenaron la mente
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Y al final por lo desterró
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De hecho la obra comienza en el momento
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En que el Cid va abandonando
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Sus posesiones
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Saliendo de Castilla
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Rumbo al destierro
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Pero ojo, no va solo, porque se le unen
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Aquellos hombres fieles
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Que deciden unir su destino a él
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Yo me piro con el Cid, tronco
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Ya ves si me piro
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Yo también, yo también, yo también
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Como nos falta el principio de la obra
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Lo que tenemos dice
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Así empieza el cantar del Cid
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Y por lo tanto son los primeros versos escritos
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O que conservamos en lengua castellana
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De sus ojos fuertemente llorando
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Volvía a la cabeza
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Y los estaba mirando
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Y se refiere a que estaba mirando
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Sus castillos, sus posesiones
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Mientras va llorando al destierro
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Pobrecito, mira lo que mono es
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Llega al camino del destierro con todos sus hombres
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Y para ante una puerta
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Para que alguien le dé cobijo
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Le den comida, alimento, descanso
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Llama, pero nadie le abre
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Llama, pero nadie le abre
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Llama, nadie le abre
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Y de repente
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Tímidamente la puerta
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Simplemente se entreabre
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A la puerta se asoma
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Una niñita
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De nueve años
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Y le dice, señor Cid
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Sabed, aquel rey
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Ha sentenciado que nadie puede
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Ayudaros bajo pena
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De que nos quemen todas las posesiones
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Y nos arranquen los ojos de la cara
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Y mira que hojitas azules tengo
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Señor
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En nuestro mal vos no ganéis nada
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Poco le habría costado al Cid
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Echar la puerta abajo de una patada
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O de un espadazo
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Pero simplemente
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Se da la vuelta y le dice
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Vamos caballeros, cabalguemos
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Y así, polvo, sudor
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Y hierro
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Con doce de los suyos, al destierro
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El Cid cabalga
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Bueno aquí no tiene caballo, pero tú te lo imaginas
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El Cid y sus hombres se tienen que ganar la vida
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Y para ello se dedican, ¿a qué?
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Pues a lo que saben hacer mejor, que es luchar
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De este modo, bien sea porque es él
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El que busca la batalla, o porque se le presenta
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El Cid va derrotando enemigos
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¡A saco!
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¡A saco!
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Para que tú lo flipes
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Salí de aquí con unos pocos
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Pero claro, empecé a conquistar territorios
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Por aquí, por aquí, por aquí
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Se me fue uniendo más gente
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Que de algún modo querían unir su fortuna a la mía
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Fuimos conquistando, conquistando
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Hasta llegar hasta aquí
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Y conquistamos todo esto, el Reino de Valencia
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Flipalo chaval, todo lo que conquisté
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De pequeño noble a
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Señor de Valencia
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