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Selección de poemas de la literatura española (declamación)
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Selección de poemas de la literatura española (declamación)
Somos primero de Diver y vamos a recitar algunos poemas
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El enamorado y la muerte
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Un sueño soñaba anoche, soñito del alma mía
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Soñaba con mis amores que mis brazos los tenía
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Vi entrar señora muy blanca, muy más que la nieve fría
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¿Por dónde has entrado amor? ¿Cómo has entrado a mi vida?
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Las puertas están cerradas, ventanas que te rocían
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No soy el amor amante, soy la muerte Dios me envía
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Hay muerte tan rigurosa, déjame vivir un día
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Un día no puede ser, una hora tienes de vida
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Muy deprisa se calzaba, más deprisa se vestía
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Ya se va para la calle, entiendo el sombrería
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Ábreme la puerta blanca, ábreme la puerta niña
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¿Cómo te podré yo abrir, si la ocasión no es venida?
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Mi padre no fue a palacio, mi madre no estaba conmigo.
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Si no me abres esta noche, ya no me abrirás querida.
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La muerte me anda buscando, junto a ti mi vida sería.
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Vete bajo mi ventana, donde labraba y cosía.
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Te echaré cordón de seda, para que subas arriba.
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Y si el hilo no alcanzaré, mis trezas añadiría.
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Se rompió el cordón de seda, la muerte que ahí venía.
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Vamos el enamorado, que la hora ya es cumplida
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El veneno de Moriana
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Madrugaba don Alonso a poco del sol salido
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Convidándolo a su boda a los parientes y amigos
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A la puerta de Moriana sofrinaba su rocino
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Buenos días, Moriana
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Don Alonso, bienvenido
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Vengo a brindarte, Moriana, para mi boda el domingo
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Esas bodas, don Alonso, debieran de ser conmigo
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Pero ya que no lo sean, igual el convite estimo
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Y en prueba de la amistad beberás del fresco vino
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El que solías beber dentro de mi cuarto florido
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Moriana, muy ligera, en su cuarto se ha metido
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Tres onzas de solimán con el acero ha morido
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De la víbora a los ojos, sangre de un alacrán vivo
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Bebe, bebe, don Alonso, bebe de este fresco vino
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Bebe primero, Moriana, que así está puesto en estilo
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Levantó el vaso Moriana, lo puso en sus labios finos, los dientes tiene menudos, gota dentro no ha vertido.
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Don Alonso, como es mozo, maldita gota ha perdido.
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¿Qué me diste, Moriana? ¿Qué me diste en este vino? Las riendas tengo en la mano y no veo a mi Rocino.
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Vuelve a casa, don Alonso, que el día vaya corrido, y si acelera tu esposa, si quedas acá conmigo.
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¿Qué me diste, Moriana? Que pierdo todo el sentido. Sáname de este veneno. Yo me he de casar contigo.
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No puede ser, don Alonso. El corazón te ha partido.
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Desdichada de mi madre, que ya no me beberá vivo.
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Más desdichada la mía, desde que te hube conocido.
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Sola me estoy en mi cama, enamorando mi cojín.
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¿Quién será ese caballero que a mi puerta dice?
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Abrid. Soy Bernal Francés, señora, el que te suele servir.
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De noche para la cama, de día para el jardín.
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Alzó sabanas de holanda, cubrió su de un mantellín.
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Tomó candil de oro en mano y la puerta bajó a abrir.
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Al entreabrir de la puerta, él dio el sople en candil.
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Válgame, Nuestra Señora. Válgame, el señor Sanjil.
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Quien apagó mi candela, puede apagar mi vivir.
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No te espantes, Catalina. Ni me quieres descubrir.
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Que a un hombre muerto en la calle, la justicia va tras mí.
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Le ha cogido de la mano y le ha entrado al camarín.
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Se entorló en silla de plata con respaldo de marfil.
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Bañóle todo su cuerpo con agua de toronjil.
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Hizo le cama de rosa a cabecera de Areli.
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¿Qué tienes, Bernal francés?
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¿Estás triste a par de mí?
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¿Tienes miedo de la justicia?
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No entrará aquí al alguacil.
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¿Tienes miedo a mis criados?
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Estará mejor dormir.
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No temo yo la justicia, que la busco para mí.
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Ni menos temo criados que duermen su buen dormir.
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¿Qué tienes, Bernal francés?
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No solía ser así. Otro amor dejaste en Francia, o te han dicho mal de mí.
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No dejo amores en Francia, que otro amor nunca serví.
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Si temes a mi marido, muy lejos está de aquí.
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Lo muy lejos hace de cerca para quien quiere venir, y tu marido, señora, lo tienes a par de ti.
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Por regalo de mi vuelta, te da rico vestir. Vestido de fina grana, torrado de carmesí,
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y gargantilla encarnada, como en damas nunca vi. Gargantilla de mi espada, que tu cuello va a ceñir.
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Nueva Silana Francés, que arrastre el luto por ti.
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Hola, buenos días. Somos alumnos de tercero de la ESO del Instituto y de las Rozas 1
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y os vamos a recitar un par de poemas.
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Se titulan así.
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El primero es Vivo sin vivir en mí, de Santa Teresa de Jesús
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y el segundo es El soneto quinto, de Garcilaso de la Vega.
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Vivo sin vivir en mí y de tal manera espero que muero porque no muero.
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Vivo ya fuera de mí, después de muero de amor, porque vivo en el Señor que me quiso para sí.
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Cuando el corazón le di, puse en este letrero, que muero porque no muero.
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Esta divina prisión del amor con que yo vivo, ha hecho a Dios mi cautivo, libre mi corazón,
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y causa en mí tal pasión, ver a Dios mi prisionero, que muero porque no muero.
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¡Ay, qué larga es esta vida! ¡Qué duro estos destierros, esta cárcel, estos hierros, en que el alma está metida!
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Solo esperar la salida me causa dolor tan fiero que me muero porque no muero.
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¡Ay, qué vida tan amarga! Donóse goza el Señor, porque si es dulce el amor, no lo es la esperanza larga.
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Quíteme Dios esta carga, más pesada que el acero, que muero porque no muero.
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Solo la confianza vivo de que he de morir
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Porque muriendo el vivir me asegura mi esperanza
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Muerte, do el vivir se alcanza
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No te tardes, te espero
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Que muero porque no muero
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Mira que el amor es fuerte
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Vida, no me seas molesta
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Mira que solo te resta para ganarte, perderte
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Venga ya la dulce muerte
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El morir venga ligero
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Que muero porque no muero
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Aquella vida de arriba es la vida verdadera
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Hasta que esta vida muera, no se goza estando viva
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Muerte, no me seas esquiva
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Viva muriendo primero, que muero porque no muero
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Vida, ¿qué puedo yo darle a mi Dios, que vive en mí?
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Si no es el perderte a ti, para mejor el gozarte
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Quiero muriendo alcanzarle
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Pues tanto a mí, amado, quiero que muero porque no muero
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Escrito está en mi alma vuestro gesto
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Y cuanto yo escribir de vos deseo
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Vos sola lo escribisteis, yo lo leo
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tan solo que aún de vos me guardo en esto, en esto estoy y estaré siempre puesto,
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que aunque no cabe en mí, cuanto en vos veo, de tanto bien lo que no entiendo creo,
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tomando ya la fe por presupuesto.
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Yo no nací sino para quereros, mi alma os ha cortado a su medida,
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por hábito del alma mismo os quiero, cuando tengo confieso yo de veros,
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por vos nací, por vos tengo la vida, por vos he de morir y por vos muero.
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Soneto 23, Carcilaso de la Vega.
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En tanto que de rosa y azucena se muestra la color en vuestro gesto,
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y que vuestro mirar ardiente, honesto, con clara luz, la tempestad serena.
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Y en tanto que el cabello, que en la vena del oro se escogió con vuelo presto,
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por el hermoso cuello blanco, eniesto, el viento mueve, esparce y desordena.
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Cogete vuestra alegre primavera.
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El dulce fruto, antes que el tiempo ha irado, cura de nieve y la hermosa cumbre.
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Marchita de la rosa, el viento helado, todo lo mudará, la edad lige, por nacer mudanza en su costumbre.
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El amor, Francisco de Quevedo.
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Es hielo abrasador, es fuego helado, es herida que duele y no se siente, es un soñado bien, un mal presente, es un vero de descanso muy cansado.
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Es un descuido que nos da cuidado, un cobarde con hombre de valiente, un andar solitario entre la gente, un amar solamente será amar.
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Es una libertad encarcelada, que dura hasta el postrero paroxismo, enfermedad que crece si es curado.
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Este es el niño del amor, este es su abismo, mirad cual amistad tendrá con nada, el que en todo es contrario de sí mismo.
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Esto es amor, López de Vega
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Desmayarse, atreverse, estar furioso
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Áspero, tierno, liberal, esquivo
00:10:50
Alentado, mortal, difunto, vivo
00:10:53
Leal, traidor, cobarde y animoso
00:10:57
No hallar fuera del bien, centro y reposo
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Mostrarse alegre, triste, humilde, paltivo
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Enojado, valiente, objetivo, satisfecho, ofendido, receloso
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Huir el rostro al claro desengaño
00:11:16
Beber veneno por ricor suave
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Olvidar el provecho, amar el daño
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Creer que un cielo en un infierno cabe
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Dar la vida y el alma a un desengaño
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Esto es amor, quien lo probó lo sabe
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Con diez cañones más si no vuela
00:11:39
Por su bravura el temido
00:12:07
En todo mal conocido
00:12:14
Del uno al otro con fin
00:12:15
La luna en el ola gime el viento
00:12:17
Y el semblando movimiento
00:12:22
Olas de plata y azul
00:12:24
Y ve el capitán pirata
00:12:26
Cantando alegre en la copa
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Hacia un lado, a la otra Europa, y allá a su frente, Estambul.
00:12:30
Navega de los ríos, mi bonanza, tu rumbo torcer alcanza, y sujetar tu guarda.
00:12:36
Veinte veces hemos hecho a los despechos del inglés, y han venido sus pendones y naciones.
00:12:45
Navega de los ríos, sin temor, que ni de mí o el avión, ni tormenta, ni bonanza,
00:12:51
Veinte retos hemos hecho del pecho del inglés, que han venido sus perdones y naciones a mis pies.
00:12:57
Que es mi barco, mi tesoro, que es mi Dios, la libertad, mi ley, la fuerza y el viento, mi única patria, la mar.
00:13:07
Yo aquí tengo por mí, cuando abarca el mar, para mí, a quien nadie puso leyes, y no hay playa, sea cualquiera, ni una pera de espíritu, que no sienta mi derecho y defensa mi valor, que es mi barco, mi tesoro, que es mi Dios, la libertad, mi ley, la fuerza, el viento, mi única paz y a la paz.
00:13:16
A cada voz de un barco viene, es de ver, como vira y se previene
00:13:45
A todo trapo escapar, que yo soy el rey del mar, y mi furia es de temer
00:13:50
En las tresas yo divido, lo cogido por igual, solo quiero por reguesa la belleza sin rival
00:13:56
Que es mi barco mi tesoro, que es mi Dios la libertad, mi ley la fuerza y el viento, mi única patria jamás
00:14:03
Sentenciado soy a muerte, yo me río, no me abandone la suerte
00:14:12
Y al mismo que me condena, colgaré de alguna antena, quizás en su propio avión
00:14:18
Y si caigo, ¿qué es la vida? Por perdida ya la vi, cuando el yugo del esclavo como bravo sacudí
00:14:24
Que es mi barco, mi tesoro, que es mi Dios, la libertad, mi ley, la fuerza y el viento, mi única patria, la mar
00:14:31
Son mis músicas mejor anquilones, el estrépito y el temblor de los cables sacudidos, del negro mar los bramidos y el ruido de mis cañones
00:14:39
Y del trueno al sol viviendo y del viento al rebramar, yo me encuentro socebado, agullado por el mar
00:14:50
Eres mi barco, mi tesoro, eres mi Dios, la libertad, mi ley, la fuerza, el viento y mi capacidad de amar
00:14:59
En tu balcón sus nidos a colgar, y otra vez, pero aquellas que el vuelo reprenaban, tu hermosura y mi dicha contemplar.
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Aquellas que aprendieron nuestros nombres, esas no volverán.
00:15:51
Volverán las estúpidas madres selvas, de tu jardín las taques a escalar, y otra vez a la tarde, aún más hermosas, sus flores se abrirán.
00:15:56
Pero aquellas cuajadas de rocío, cuyas botas mirábamos temblar y caer como lágrimas del día, esas no volverán.
00:16:06
Volverán del amor en tus oídos las palabras ardientes a sonar.
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Tu corazón en su profundo sueño tal vez despertará, pero mudo y absorto y de rodillas, como se adora a Dios resaltar.
00:16:22
Como yo te he querido, desengáñate, nadie así te amará.
00:16:32
¡Hola, chicas que os rompéis bramando en las playas desiertas y remotas!
00:16:40
¡Envuelto entre las sábanas de espumas, llevadme con vosotras!
00:16:46
¡Raza al huracán que arrebatáis del alto bosque las marchitas hojas!
00:16:51
¡Arrastrados en el ciego torbellino, llevadme con vosotras!
00:16:56
Nubes de tempestad que rompen el rayo y en fuego encienden las laminas olas
00:17:01
Arrebatado de la niebla oscura, llevadme con vosotras
00:17:07
Llevadme por piedad, a donde el vértigo con la razón me arranque la memoria
00:17:12
Por piedad, tengo miedo de quedarme con mi dolor a solas
00:17:18
Margarita de Valle, Rubén Darío
00:17:22
Margarita, está linda la mar y el viento
00:17:34
Lleva esencia sutil de azahar
00:17:38
Yo siento en el alma una alondra cantar tu acento
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Margarita, te voy a contar un cuento
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Este era un rey que tenía un palacio de diamantes
00:17:48
Una tienda hecha de día y un rebaño de elefantes
00:17:52
Un kiosco de malaquita, un gran manto de tisú
00:17:55
Y una gentil princesita tan bonita
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Margarita, tan bonita como tú
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Una tarde la princesa vio una estrella parecida.
00:18:05
La princesa era traviesa y la quiso ir a coger.
00:18:10
La quería para hacerla decorar un prendedor.
00:18:15
Con un verso y una perla y una pluma y una flor.
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Las princesas primorosas se parecen mucho a ti.
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Cortan lirios, cortan rosas, cortan astros, son así.
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Pues se fue la niña bella bajo el cielo y sobre el mar
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A cortar la blanca estrella que la hacía suspirar
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Y siguió camino arriba por la luna y más allá
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Mas lo malo es que ella iba sin permiso de papá
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Cuando estuvo ella de vuelta de los parques del señor
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Se miraba toda envuelta en un dulce respiro
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Y el rey dijo
00:18:50
¿Qué te has hecho?
00:18:51
Te he buscado y me has llevado
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¿Y qué tienes en el pecho?
00:18:55
¿Qué encendido se te ve?
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La princesa no mentía y así dijo la verdad
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Fui a cortar la estrella mía a la azul inmensidad
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Y el rey clama, ¿no te he dicho que el azul no hay que cortar?
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¡Qué locura! ¡Qué capricho!
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El señor se va a enojar
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Y ella dice, no hubo intento, yo me fui no sé por qué
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Por las olas, por el viento, fui a la estrella y la corté
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Y el papá dice enojado, un castigo has de tener
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Vuelve al cielo y lo he robado, vas ahora a devolver.
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La princesa se entristece por su dulce flor de luz.
00:19:30
Cuando entonces aparece sonriendo el buen Jesús.
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Y así dice, en mis campeñas esa rosa le ofrecí.
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Son mis flores de las niñas, que al soñar piensan muy.
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Viste el rey con palos brillantes y luego hace estilar.
00:19:45
Cuatrocientos elefantes a la orilla del mar.
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La princesa está bella, pues ya tiene el prendedor.
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En que lucen con la estrella verso, perla, pluma y flor.
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Margarita está linda a la mar y el viento lleva esencia sutil y azahar tu aliento.
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Ya que lejos de mí vas a estar, guarda, niño, un gentil pensamiento.
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Al que un día te quiso contar un pollo.
00:20:10
Canción de otoño en primavera.
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Juventud, divino tesoro, ya te vas para no volver.
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Cuando quiero llorar no lloro y a veces lloro sin querer
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Plural ha sido el celeste, historia de mi corazón
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Era una dulce niña en este mundo de duelo y de asfixio
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Miraba como el alba pura, sonreía como una flor
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Era su cabellera oscura hecha de noche y de dolor
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Yo era tímido como un niño, ella naturalmente fue
00:21:00
Para mi amor hecho de armiño, Herodías y Salomé.
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Juventud, divino tesoro, ya te vas para no volver.
00:21:09
Cuando quiero llorar, no lloro, y a veces lloro sin querer.
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Y más consoladora, y más alabadora, y explosiva.
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La otra fue más sensativa, cual no pensé encontrar jamás.
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Pues a su continua ternura una pasión violenta uní.
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En un peplo de gasa pura, una vacante se envolvía.
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En sus brazos tomó mi ensueño y lo arrulló con un bebé.
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Y te mató, triste y pequeño, falto de luz, falto de fe.
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Juventud divino tesoro, te fuiste para no volver.
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Cuando quiero llorar, no lloro, y a veces lloro sin querer.
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Otra juzgó que era mi boca el estuche de su pasión,
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Y que mi roería loca con mis dientes y el corazón.
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Poniendo en un amor de exceso la mirada de vos, de su voluntad.
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Mientras eran abrazo y beso, síntesis de la eternidad.
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Y de nuestra carne ligera, imaginar siempre un edén.
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Sin pensar que era la primavera y la carne acaban también.
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Juventud, divino tesoro, ya te vas para no volver.
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Cuando quiero llorar no lloro y a veces lloro sin querer.
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Y las demás en tantos climas, en tantas tierras siempre son
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Sino pretextos de mis rimas, fantasmas de mi corazón
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En vano busqué a la princesa que estaba triste de esperar
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La vida es dura, amarga y pesa, ya no hay princesa que cantar
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Mas a pesar del tiempo terco, mi sed de amor no tiene fin
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Con el cabello gris me acerco a los rosales del jardín
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Juventud, divino tesoro, ¿ya te vas para no volver?
00:23:01
Cuando quiero llorar, no lloro, y a veces lloro sin querer.
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Más es mía el algo de oro.
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El viaje definitivo, Juan Ramón Jiménez.
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Y yo me iré, y se quedarán los pájaros cantando.
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Y se quedará mi huerto con su verde árbol, y con su pozo blanco.
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Todas las tardes el cielo será azul y plácido, y tocarán, y como esta tarde están tocando.
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Las campanas del campanario
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Se morirán aquellos que me amaron
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Y el pueblo se hará nuevo cada año
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Y lejos del bullicio distinto, sordo, raro, del domingo cerrado
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Del coche de las cinco, de las siestas del baño
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En el rincón secreto de mi huerto, florido y encalado
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Mi espíritu de vida rara no está
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Y yo me iré, y seré otro
00:24:14
Sin hogar, sin árbol verde, sin pozo blanco, sin cielo azul y plácido
00:24:18
Y se quedarán los pájaros cantando
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Antonio Machado, a un olmo seco
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Al olmo viejo, vendido por el rayo y en su mitad podrido
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Con las lluvias de abril y el sol de mayo, algunas hojas nuevas le han salido
00:24:50
El olmo centenario en la colina que lame el duero
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Un musgo amarillento le mancha la corteza blanquecina
00:24:58
Al tronco carcomido y polvoriento
00:25:01
No será cual los álamos cantores que guardan el camino y la ribera
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Habitado de pardos ruiseñores
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Ejército de hormigas en hilera va trepando por él
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Y sus entrañas hurden sus telas grises las arañas
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Antes que te derribe Olmo del Duero
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Con su hacha el leñador y el carpintero
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Te convierte en melena de campana
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Lanza de carro o yugo de carreta
00:25:23
Antes que roja el hogar mañana
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Ardas de algunas mísera caseta
00:25:28
Al borde de un camino
00:25:31
Antes que te descuaje un torbellino y tronche el soplo de las sierras blancas
00:25:33
Antes que el río hasta la mar te empuje por valles y barrancas
00:25:37
Olmo, quiero anotar en mi cartera la gracia de tu rama verdecida
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Mi corazón espera también, hacia la luz y hacia la vida
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Otro milagro de la primavera
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Proverbios y cantares, Antonio Machado
00:25:52
Ocho, hoy es siempre todavía
00:26:13
81. Si vivir es bueno, es mejor soñar. Y mejor que todo, madre, despertar.
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50. Con el tú de mi canción, no te aludo. Compañero, ese tú soy yo.
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El ojo que ves, no es ojo porque tú lo veas, es ojo porque te ve.
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Cuarenta y seis, anoche soñé que oía a Dios gritándome
00:26:52
¡Alerta! Luego era Dios quien dormía y yo gritaba, ¡Despierta!
00:27:00
Cincuenta y uno, demos tiempo al tiempo, para que el vaso rebose hay que llenarlo primero
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Tu verdad, no, la verdad, y ven conmigo a buscarla, la tuya, guárdatela
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29. Caminante, son tus huellas el camino, y nada más. Caminante, no hay camino, se hace camino al andar.
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Al andar se hace camino, y al volver la vista atrás, se ve la senda que nunca se ha de volver a pisar.
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Caminante, no hay camino, si no estelas en la mar.
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Yo voy soñando caminos de la tarde, las colinas doradas, los verdes pinos, los provenientes encinas
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¿A dónde el camino irá? Yo voy cantando, viajero, a lo largo del sendero
00:28:27
La tarde cayendo está, en el corazón tenía la espina de una pasión
00:28:31
Logré arrancármela un día, ya no siento el corazón y todo el campo un momento se queda
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Mudo y sombrio, meditando suena el viento de los alamos del río
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La tarde más oscurece y el camino que serpea y débilmente blanquea
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Se enturbia y desaparece
00:28:51
Mi cantar vuelve a preñir aguda espina dorada
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Quien te pudiera sentir en el corazón clavada
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Retrato
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Antonio Machado
00:29:26
Mi infancia son recuerdos de un patio de Sevilla
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Y un huerto claro donde madura el limonero
00:29:34
Mi juventud, veinte años en tierras de Castilla
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Mi historia, algunos casos que recordar no quiero.
00:29:41
Ni un seductor mañara, ni un bradomino he sido.
00:29:46
Ya conocéis mi torpe aliño indumentario.
00:29:52
Mas recibí la flecha que me asignó Cupido, y amé cuanto ellas puedan tener hospitalario.
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Hay en mis venas gotas de sangre jacobina, pero mi verso broto de manantial sereno.
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Y, más que un hombre al uso que sabe su doctrina, soy, en el buen sentido de la palabra, bueno.
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Adoro la hermosura, y en la moderna estética corté las viejas rosas del huerto de Ronsard.
00:30:17
Mas no amo los afeites de la actual cosmética, ni soy un ave de esas del nuevo Gaitlinar.
00:30:22
Desdeño las romanzas de los tenores huecos, y el coro de los grillos que cantan a la luna.
00:30:33
A distinguirme paro las voces de los ecos, y escucho solamente entre las voces una.
00:30:38
Soy clásico romántico, no sé
00:30:43
Dejar quisiera mi verso, como deja el capitán a su espada
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Famosa por la mano viril que la ablandiera
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No por el docto oficio del forjador preciada
00:30:57
Converso con el hombre que siempre va conmigo
00:31:00
Quien habla solo, espera hablar a Dios un día
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Mi solo eloquio es plática con ese buen amigo
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Que me enseñó el secreto de la filantropía
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Y al cabo, nada os llevo
00:31:12
Me debéis cuanto he escrito
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A mi trabajo acudo
00:31:18
Con mi dinero pago
00:31:20
El traje que me cubre y la mansión que habito
00:31:21
El pan que me alimenta
00:31:24
Y el lecho en donde llego
00:31:26
Y cuando llegue el día del último viaje
00:31:28
Y esté al partir la nave
00:31:33
Que nunca ha de tornar
00:31:35
Me encontraréis a bordo
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Ligero equipaje, casi desnudo
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Como los hijos de la mar
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Recuerdo infantil
00:31:41
Antonio Machado
00:31:51
Una tarde parda y fría de invierno
00:31:52
Los colegiales estudian monotonía de lluvia tras los cristales
00:31:58
Es la clase, en un cartel se representa Caín
00:32:03
Fugitivo y muerto Abel junto a una mancha de acarmio
00:32:08
Con timbre sonoro y hueco rena el maestro, un anciano
00:32:11
Al vestido injusto y seco que lleva un libro en la mano
00:32:15
Y todo un coro infantil va cantando la lección
00:32:18
Mil veces ciento, cien mil
00:32:22
Mil veces mil, un millón
00:32:26
Una tarde parda y fría de inviernos colegiales
00:32:29
Estudian monotonía de la lluvia en los cristales
00:32:32
La voz a ti de vida, Pedro Salinas
00:32:35
Tú vives siempre en tus actos
00:32:55
Con la punta de tus dedos pulsas el mundo
00:32:57
Le arrancas auroras, triunfos, colores, alegrías
00:33:00
Es tu música, la vida es lo que tú tocas
00:33:04
De tus ojos, solo de ellos, sale la luz que te guía a los pasos
00:33:07
Andas por lo que ves, nada más
00:33:14
Y si una duda te hace señas a diez mil kilómetros, lo dejas todo
00:33:17
Te arrojas sobre proas, sobre alas, estás ya allí
00:33:23
Con los besos, con los dientes la desgarras, ya no es duda
00:33:29
Tú nunca puedes dudar.
00:33:33
¿Por qué has vuelto a los misterios del revés?
00:33:37
Y tus enigmas, los que nunca entenderás.
00:33:40
Son esas cosas tan claras.
00:33:43
La arena donde te tienes, la marcha de tu reloj.
00:33:44
Y el tierno cuerpo rosado que te encuentras en tu espejo cada día al despertar.
00:33:47
Y es el tuyo, los prodigios que están desfrisbrados ya.
00:33:52
Y nunca te equivocaste.
00:33:56
Más que una vez, una noche que te encaprichó una sombra.
00:33:58
La única que te ha gustado. Una sombra aparecía y la quisiste abrazar. Y era yo.
00:34:01
Romance de la luna, luna. De Federico García Lorca.
00:34:23
La luna vino a la fragua con su polizón de nardos. El niño la mira, mira. El niño la está mirando.
00:34:28
En el aire conmovido, mueve la luna sus brazos y enseña, lúbrica y pura, sus senos de duro estaño.
00:34:38
Huye luna, luna, luna, si vinieran los gitanos habrían con tu corazón collares y arellos blancos
00:34:44
Niño, déjame que baile, cuando vengan los gitanos te encontrarán sobre el yunque con los ojillos cerrados
00:34:53
Huye luna, luna, luna, que ya siento los caballos
00:35:01
Niño, déjame, no pises mi blancor almidonado
00:35:08
El jinete se acercaba, tocando el tambor del llano
00:35:11
Dentro de la fragua el niño tenía los ojos cerrados
00:35:16
Por el olivar venían, bronce y sueño, los gitanos
00:35:19
Las cabezas levantadas y los ojos entornados
00:35:25
¿Cómo canta el azumayo? ¡Ay, cómo canta el árbol!
00:35:28
Por el cielo va la luna con un niño de la mano
00:35:34
Dentro de la fragua lloran, dando gritos, los gitanos
00:35:36
El aire de la vela, vela, vela.
00:35:42
El lagarto está llorando.
00:35:58
Federico García Lorca.
00:36:00
El lagarto está llorando.
00:36:04
La lagarta está llorando.
00:36:06
El lagarto y la lagarta con delantalitos blancos.
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Han perdido sin querer su anillo de desposados.
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Ay, su anillito de plomo.
00:36:17
Ay, su anillito plomado.
00:36:19
Un cielo grande y sin gente.
00:36:21
Monta en su globo a los pájaros.
00:36:23
El sol, capitán redondo, lleva un chaleco de raso
00:36:25
Miradlos, qué viejos son
00:36:31
Qué viejos son los lagartos
00:36:33
Ay, cómo lloran y lloran
00:36:36
Ay, ay, ay, cómo están llorando
00:36:38
Si el hombre pudiera decir
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De Luis Cernuda
00:36:58
Si el hombre pudiera decir lo que ama
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Si el hombre pudiera levantar su amor por el cielo
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Como una nube en la luz
00:37:05
Si como muros que se derrumban
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Para sudar la verdad erigida en medio, pudiendo derrumbar su cuerpo.
00:37:10
Dejando solo la verdad de su amor, la verdad de sí mismo, que no se llama gloria, fortuna o ambición, sino amor o deseo.
00:37:14
Yo sería aquel que imaginaba, aquel que con su lengua, sus ojos y sus manos, proclama ante los hombres la verdad ignorada, la verdad de su amor verdadero.
00:37:23
Libertad no conozco, sino la libertad de estar preso en alguien, cuyo nombre no puedo oír sin escalofrío.
00:37:32
Alguien por quien me olvido de esta existencia me esquina.
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Por quien el día y la noche son para mí lo que quiera,
00:37:42
y mi cuerpo y espíritu flotan en su cuerpo y espíritu como leños perdidos que el mar aniga o levanta.
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Libremente con la libertad del amor, la única libertad que me exalta,
00:37:52
la única libertad porque muero.
00:37:56
Tú justificas mi existencia, si no te conozco no he vivido,
00:37:58
si muero sin conocerte no muero porque no he vivido.
00:38:02
Tú vives siempre en tus actos, con la punta de tus dedos, pulsas el mundo, le arrancas auroras, triunfos, colores, alegrías, es tu música
00:38:05
La vida es lo que tú tocas, de tus ojos, solo de ellos, sale la luz que te guía a los pasos, andas por lo que ves, nada más
00:38:20
Y si una duda te hace señas a diez mil kilómetros, lo dejas todo, te arrojas sobre proas, sobre alas, estás ya allí
00:38:29
Con los dientes las desgarras, ya no es duda, tú nunca puedes dudar
00:38:37
Porque has vuelto a los misterios del revés, y tus enigmas, lo que nunca entenderás
00:38:42
Son esas cosas tan claras, la arena donde te entiendes, la marcha de tu reloj
00:38:47
Y el tierno cuerpo rosado que te encuentras en tu espejo
00:38:53
Cada día al despertar, y es el tuyo los prodigios que están descifrados ya
00:38:56
Y nunca te equivocaste, más que una vez
00:39:01
Una noche que te encaprichó una sombra, la única que te ha gustado
00:39:05
Una sombra parecía, y la quisiste abrazar, y era yo
00:39:09
La poesía es un arma cargada de futuro, Gabriel Zelaya
00:39:14
Cuando ya nada se espera personalmente exaltante
00:39:21
Más se palpita y se sigue más acá de la conciencia
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Fieramente existiendo, ciegamente afirmando
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Como un pulso que golpea las tinieblas
00:39:32
Cuando ya se miran de frente los vertiginosos ojos claros de la muerte
00:39:34
Se dicen las verdades, las bárbaras, terribles, amorosas crueldades
00:39:38
Se dicen los poemas, se ensanchan los pulmones de cuantos asfixiados
00:39:43
Piden ser, piden ritmo, piden ley para aquello que sienten excesivo
00:39:48
Con la velocidad del instinto, como el rayo del prodigio, como mágica evidencia
00:39:54
Lo real se nos convierte en lo idéntico a sí mismo
00:39:59
Poesía para el pobre, poesía necesaria como el pan de cada día
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Como el aire que exigimos tres veces por minuto
00:40:05
Para ser y en tanto como somos dar un sí que glorifica
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Porque vivimos a golpe, porque apenas si nos dejan decir como quienes somos
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Nuestros cantares no pueden ser sin pecado un adorno
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Estamos tocando el fondo
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Maldigo la poesía concebida como un lujo cultural por los neutrales
00:40:23
Que lavándose las manos se desentienden y evaden
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Maldigo a la poesía de quien no toma partido hasta mancharse.
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Hago mía las faltas, siento en mí a cuantos sufren, y canto respirando.
00:40:37
Canto y canto, y cantando más allá de mis penas personales, me ensancho.
00:40:41
Quisiera daros vida, provocar nuevos actos, y calculo, por eso con técnica.
00:40:47
¡Qué pedo!
00:40:52
Me siento un ingeniero del verso y un obrero que trabaja con otros a España en sus aceros.
00:40:53
Tal es mi poesía, poesía herramienta, a la vez que el latido de lo unánime y ciego tal es
00:40:58
Arma cargada de futuro expansivo, con que te apunta el pecho
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No es una poesía gota a gota pensada, no es un bello producto, no es un fruto perfecto
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Es algo como el aire que todos respiramos, y es el canto que espacia cuanto dentro de ella llevamos
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Son palabras que todos repetimos sintiendo como nuestras y vuelan
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Son más que lo mentado. No son lo más necesario, lo que no tiene nombre. Son gritos en el cielo y en la tierra. Son actos.
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Me basta así, Ángel González. Si yo fuese Dios y tuviese el secreto, haría un ser exacto a ti.
00:41:37
Lo probaría, a la manera de los panaderos cuando prueban el pan, es decir, con la boca.
00:41:45
Y si ese sabor fuese igual al tuyo, o sea tu mismo olor y tu misma manera de sonreír y de guardar silencio y de estrechar mi mano estrictamente y de besarnos sin hacernos daño, de esto sí estoy seguro, pongo tanta atención cuando te beso, entonces, si yo fuese Dios, podría repetirte y repetirte, siempre la misma y siempre diferente, sin cansarme jamás del juego idéntico, sin desdeñar tampoco la que fuiste por la que ibas a ser dentro de nada.
00:41:50
Ya no sé si me explico, pero quiero aclarar que si yo fuese Dios, haría lo posible por ser Ángel González, para quererte tal como te quiero,
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para guardar con calma a que te crees tú misma cada día, a que sorprendas todas las mañanas la luz recién nacida con tu propia luz,
00:42:24
y corras la cortina impalpable que separa el sueño de la vida, resucitándome con tu palabra, Lázaro alegre, yo, mojado todavía de sombras y pereza,
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Sorprendido y absorto la contemplación de todo aquello que
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En unión de mí mismo recuperas y salvas
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Mueves, dejas abandonado cuando luego callas
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Escucho tu silencio, oigo constelaciones
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Existes, creo en ti, eres, me basta
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Hombre, blas de otero
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Luchando cuerpo a cuerpo con la muerte
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Al borde del abismo estoy clamando a Dios
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Y su silencio retumbando ahoga mi voz en el vacío inerte
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Oh Dios, si he de morir, quiero tenerte despierto
00:43:13
Y, noche a noche, no sé cuándo oirás mi voz
00:43:17
Oh Dios, estoy hablando solo, arañando sombras para verte
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Haz la mano y tú me la cercenas
00:43:25
Abro los ojos, me los sajas vivos
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Sed tengo y sal se vuelve en tus arenas
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Esto es ser hombre, horror a manos llenas
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Ser y no ser, eternos fugitivos
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Ángel con grandes alas de cadenas
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Es bueno convivir con nuestros sueños, pero en habitaciones separadas
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Luis García Montero
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Nunca ha sabido nadie el peso de los sueños
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Azules son sus pies, pero nadie ha llegado a predecir el color y las formas de sus huellas
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Yo vengo de unos sueños que son como un país
00:43:59
Recuerdo los veranos, conozco la caída de sus hojas
00:44:02
Sus épocas de lluvia sobre la libertad y las banderas
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Tampoco sabe nadie cuánto tardan los sueños en ponerse intratables de sus mentiras
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en doler por los muebles de la casa, tropezando con todo y rompiendo las copas.
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Cuando expulsé a los sueños para no traicionar la realidad, conocí a su herida, el peso de la noche y su presencia, pero no calculaba su vacío.
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El vacío de un sueño pesa como la risa de los cínicos, como los ojos débiles que miran a otro lado,
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como el soberbio de pureza fría que vive más allá de las tormentas.
00:44:34
los paraguas se vuelven del revés por decisión del viento de levante
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y la altura del cínico se parece a una torre de marfil igual que las promesas del ingenuo
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llamo para pedirles que regresen
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me humillo en el teléfono
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les digo lo que quieren oír sobre su ausencia
00:44:50
y cuando vuelven
00:44:53
tengo preparadas dos camas en distintos dormitorios
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dos frentes
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dos verdades al otro lado del pasillo
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para quedar en medio y vigilarnos
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si beben demasiado
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no les dejo negar la realidad de forma temeraria
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y si yo me comporto como un cínico
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se abrazan a mis pies
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menos azules y muchos más cansados
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para que no los borre de mi agenda
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resistimos así el paso de los años
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convivo con mis sueños
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pero en habitaciones separadas
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- Idioma/s:
- Autor/es:
- Alumnos del IES Las Rozas I
- Subido por:
- Elena C.
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- Todos los derechos reservados
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- 20 de junio de 2024 - 19:43
- Visibilidad:
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- Centro:
- IES LAS ROZAS I
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- 5:4 Es el estándar al cual pertenece la resolución 1280x1024, usado en pantallas de 17". Este estándar también es un rectángulo.
- Resolución:
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