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HISTORIA DE SEMANA SANTA - Contenido educativo
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¿Sabes cuál es la historia más grande del amor de Dios?
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¡Es la historia de la Pascua!
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Ay, ¿no te sabes la historia de la Pascua, Garabato?
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Es una historia muy poderosa acerca del Hijo de Dios que vino a la Tierra.
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¡Está escrita ahí en tu Biblia!
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La Pascua es la historia del Mesías,
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el Hijo de Dios y que nació hace mucho tiempo.
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Y vino a la tierra para convertirse en un rey muy especial
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Sí, Garabato, un rey
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Un rey como ningún otro
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Y ese bebé creció
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Y se convirtió en este hombre
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Jesús de Nazaret
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Ya lo sé, Garabato
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No se ve como un rey
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No tiene una corona y esas cosas
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Pero Jesús fue un rey muy diferente
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Jesús enseñaba del reino de Dios en cualquier lugar
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También enseñaba la importancia de amar a los demás y de tener fe
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Muchas veces las enseñanzas de Jesús eran muy diferentes a todo lo que la gente había oído antes
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Jesús decía, si alguien te lastima, tú no los lastimes
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Si alguien te pide ayuda, contéstales, claro
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Y siempre recuerda compartir lo que tienes con otras personas.
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A la gente no le habían enseñado esas cosas.
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Y luego Jesús les dijo algo muy importante.
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Todos dicen, ama a tus amigos y odia a tus enemigos.
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Pero yo les digo que amen a sus enemigos y oren por los que los tratan mal.
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Esto hace que Dios se ponga contento.
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Es muy difícil amar a alguien que no te quiere.
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Este es un mensaje muy diferente, ¿estás de acuerdo, Garabato?
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Pero no todos estaban contentos con lo que Jesús enseñaba
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Unas personas pensaban que un rey tenía que ayudarles a vencer a sus enemigos, no amarlos
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No entendían que Jesús era un rey muy diferente
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Él era un rey de paz
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Lo que él enseñaba ayudó a cambiar la forma en la que las personas trataban a los demás
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Él nos llamó a amar a todos.
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Ese es un mensaje maravilloso, ¿cierto, Garabato?
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¡Ay, qué bonito, bebé!
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A donde quiera que Él iba, Jesús les decía a los hombres y mujeres, niños y niñas, que dejaran todo y que lo siguieran.
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Y mucha gente lo siguió.
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Como Felipe, Bartolomé, Tomás, Santiago, María Magdalena, Joana, Tadeo, Simón, Andrés, otro Santiago, Susana, Juan y Judas.
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¡Ah! Y no debemos olvidar a Pedro.
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Sí, Pedro, al que Jesús quería tanto que lo llamó.
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A Pedro y a los demás les decían los discípulos y seguían a Jesús a todas partes.
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Bueno, a todas partes, pero del antiguo Medio Oriente.
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Muchas veces caminaban
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Pero otras veces viajaban en barco
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¡Oh, ya te conté, garabato!
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Jesús también hizo muchos milagros para ayudar a la gente
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Y para que entendieran quién era Él
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Los milagros son cosas asombrosas que sólo Dios puede hacer
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Pero todavía sigue aprendiendo qué es un milagro
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Pero Jesús, por el poder de Dios, sanó a los enfermos, calmó una tormenta e hizo que muy poquita comida se hiciera mucha para alimentar a miles y miles de personas.
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Jesús mandó a los muertos que revivieran y volvían a vivir, felices y saludables.
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Gracias a estos milagros, aún más personas venían a escuchar a Jesús hablar.
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Hasta que un día, Jesús les dijo a sus discípulos.
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Amigos, voy a la ciudad de Jerusalén.
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Tengo cosas muy importantes que hacer y quiero celebrar la Pascua allá con ustedes.
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¿Vienen conmigo?
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¿Oíste, Garabato?
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¡La Pascua!
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¡Te encantará la Pascua!
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Es una fiesta judía que celebra la historia del pueblo de Dios, o sea, los israelitas, cuando dejaron Egipto y comen cosas deliciosas.
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¡Es tan hermoso estar con la familia y amigos en la Pascua! ¡Vamos!
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¿Qué crees que está esperando Jesús?
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¡Es cierto, Garabato! Jesús pidió prestado un burro para entrar a Jerusalén montado en él.
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¡Mira, Garabato! ¡El burro quiere ser tu amigo!
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¡Ay, qué ternura!
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Bueno, amigos, ¡allá vamos!
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¡Mira eso!
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La gente de Jerusalén grita y canta para darle la bienvenida a Jesús.
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Los saludan con ramas de palma y las ponen en el suelo delante de Él.
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Le dan una bienvenida digna de un rey.
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Esta gente sí sabe que Jesús es un rey muy especial.
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Es como si fuera un desfile.
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Garabato, ¿tú siempre has querido estar en un desfile?
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Esas personas no están contentas con el desfile para Jesús.
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Nada contentas.
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Algunos líderes del templo dijeron,
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¡Silencio, Jesús! ¡Dile a tus amigos que se callen!
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¡Hacen mucho ruido!
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Creo que no saben que Jesús es un rey
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Jesús les contestó
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Podemos tratar de callarlos
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Pero no hará la diferencia
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Porque hoy toda la tierra está celebrando
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Parece que Jesús tiene razón
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Nadie se puede callar
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Todos están muy felices
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No te preocupes Garabato, ya se fueron
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Pero temo que no será la última vez que los veamos.
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Cuando era hora de celebrar la Pascua, las familias se reunieron en sus casas para la comida especial.
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Pero la Pascua que Jesús había planeado era un poco diferente.
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Antes de la comida, Jesús lavó los pies de todos los discípulos.
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Bueno, en ese tiempo los pies de las personas quedaban muy sucios de andar por el camino.
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Solo mira tus pies, garabato.
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Así que era muy normal lavarte los pies.
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Pero definitivamente no era algo normal que un rey te lavara los pies.
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Los discípulos estaban muy confundidos porque un rey nunca lavaría los pies de alguien.
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Pero recuerda, Garabato, que Jesús era un rey muy diferente.
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A veces era muy difícil, aun para los discípulos, entender que él era un rey tan diferente.
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Por ejemplo, Pedro pensó que no estaba bien que Jesús le lavara los pies.
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Cuando fue el turno de Pedro, él dijo, tú nunca me lavarás los pies.
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Jesús le explicó
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Pedro, no entiendes lo que estoy haciendo ahora
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Pero lo harás después
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Pedro amaba tanto a Jesús que le dijo
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Entonces no solo lávame los pies, sino la cabeza y las manos también
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Garabato, ¿eres el pequeño ayudante de Jesús?
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¡Sí!
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¡Bien por ti!
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¡Ahora ya estás limpio!
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¡Hora de cenar!
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¡Ahí está el pan para la cena, Garabato!
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¡Y también el vino!
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¡Oh, ten cuidado!
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Mientras cenaban, Jesús estaba triste y les dijo a los discípulos,
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Pronto, uno de ustedes me va a traicionar.
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Uno de ustedes les va a decir a los que me odian dónde estoy para que me lleven.
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Los discípulos se preocuparon al oír estas palabras y todos comenzaron a preguntar quién iba a ser.
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Pero cuando Judas preguntó, ¿verdad que no seré yo?
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Jesús suavemente contestó, sí, Judas, tú me vas a traicionar.
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Sí, lo sé, Garabato, esto es espantoso.
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¿Por qué dijo eso Jesús?
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¿Cómo lo sabía Jesús?
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Y bien después de eso, Judas se fue muy deprisa
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Luego Jesús levantó un pedazo de pan
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Lo bendijo y le dio un trozo a cada uno de sus amigos
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Jesús dijo
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Tomen este pan y cómanlo, porque este es mi cuerpo
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¿Escuchaste eso, garabato?
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No, yo no sé qué quiso decir.
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Tampoco lo sabían los discípulos.
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Luego, Jesús tomó una copa de vino, dio gracias y dijo,
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Beban esto, porque es mi sangre, la cual tengo que entregar para que los pecados de la gente sean perdonados.
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Creo que todo esto es muy complicado, ¿cierto, Garabato?
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Bueno, los discípulos también pensaban eso
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Nadie en todo el mundo había dicho nunca esas cosas
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Mucho menos en la Pascua
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Cuando acabaron de comer, Jesús fue a un lugar que se llama Monte de los Olivos para orar
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No, Garabato, eso tampoco es normal que pase en la Pascua
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¡Vaya! Parece que todos se fueron
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Allá van
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Apresúrate si quieres alcanzarlos
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¿Para qué quieres esa copa?
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¿Y para qué quieres la cuchara?
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¿Y ese pedazo?
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¡Oh, ya entendí! ¡Qué inteligente, Garabato!
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Jesús muy triste les dijo a los discípulos
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Muy pronto todos me van a abandonar
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Pedro le dijo a Jesús, aunque los demás te dejen, yo no lo haré
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Jesús suavemente le dijo, antes de que salga el sol, tres veces vas a decir que no me conoces
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Pedro le contestó, Jesús te amo demasiado como para hacerte algo así
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Y todos los discípulos también dijeron que nunca harían algo así
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Parece que Jesús sabe algo que nosotros no sabemos, Garabato
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Y se ve muy triste
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¿Qué crees que vaya a pasar?
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Cuando fueron al jardín, en el Monte de los Olivos, Jesús les pidió que se mantuvieran despiertos mientras Él oraba.
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Jesús sabía que pronto iban a pasar cosas muy difíciles.
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Por favor, Dios, Jesús oró.
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¿De verdad necesitas que lo haga?
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Si es así, por favor ayúdame, dame fuerzas.
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Tienes razón, Garabato.
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Cuando enfrentas pruebas, siempre será un buen momento para orar.
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¡Ay, vaya! Parece que los discípulos se quedaron dormidos después de que Jesús les pidió que no lo hicieran.
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¡Despierte!
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¡Despierte!
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¡Despierte!
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Miren, dijo Jesús, el traidor está aquí.
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¡Sí, los garabato!
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Regresó Judas y trajo a los soldados de los enemigos de Jesús.
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Judas le dio un beso en la mejilla a Jesús para enseñarles a los soldados que era él a quien buscaban.
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Los discípulos estaban tan asustados que corrieron a esconderse.
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Pero, ¿qué pasó con Jesús?
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¡Oh, no! ¡Los soldados arrestaron a Jesús!
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Más tarde, Pedro llegó afuera de donde estaban juzgando a Jesús.
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Una joven vio a Pedro y le dijo,
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Oye, ¿tú eres un amigo de Jesús?
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Pedro tenía mucho miedo, así que le contestó,
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No lo conozco.
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Esperen, ¿acaso Pedro acaba de negar que conoce a Jesús?
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Una mujer llegó y también le dijo,
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Pero yo te vi con Jesús
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Pedro dijo, no, no lo conozco
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Lo hizo de nuevo
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Y otra persona dijo, definitivamente tú eres amigo de Jesús
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Pedro dijo, les digo que no lo conozco
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Lo sé, ya son tres veces que Pedro
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Un momento, esto es exactamente lo que dijo Jesús
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¿Qué pasaría? Que antes de que amaneciera, Pedro negaría a Jesús tres veces.
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Pobre Pedro. Pedro se sintió tan triste por Jesús y estaba muy, muy arrepentido por decir mentiras.
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Pero todo estará bien, Garabato. Jesús sabía que Pedro lo amaba.
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Y sé que después, Pedro fue y le contó a mucha gente acerca de su mejor amigo Jesús.
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¿Quieres saber qué pasó con Jesús?
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Verás, Garabato, cuesta trabajo creerlo, pero mucha gente no quería a Jesús y querían deshacerse de Él.
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Lo sé, no puedo creer que alguien no quisiera a Jesús, pero así sucedió.
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Ellos no creyeron que Jesús era un rey muy especial o que fuera rey.
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Creían que su mensaje de amor era peligroso, que cambiaría demasiado al mundo.
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¿Qué pasará con nosotros si toda la gente sigue a Jesús?
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Gruñeron.
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¡Llevemos a Jesús con el gobernador Poncio Pilato para que se deshaga de él!
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Le dijeron a Poncio Pilato que Jesús había dicho que él era el rey de los judíos.
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Pensaron que eso metería en muchos problemas a Jesús.
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Cuando Poncio Pilato vio a Jesús, le preguntó, ¿Eres el rey de los judíos?
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Jesús no le contestó.
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Pilato pensaba que los reyes reinaban sobre países y sobre personas, pero Jesús sabía que su poder era amar a Dios.
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Su reino no era igual a otros.
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Le pidieron a Pilato que se deshiciera de Jesús, pero Pilato no creía que Jesús había hecho algo malo.
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Pilato no entendió quién era Jesús o por qué la gente no lo quería.
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Pero tampoco quería tener problemas.
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Así que aceptó deshacerse de Jesús, si eso era lo que todos querían.
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Y la gente no sólo quería deshacerse de Jesús, Garabato, sino que querían matarlo.
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Sí, debo ser honesta contigo, Garabato.
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La siguiente parte de la historia es muy, muy triste.
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Así que debemos ser muy valientes.
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¿Estás listo para continuar con la historia?
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Muy bien.
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Los soldados que arrestaron a Jesús se burlaban de él por pretender ser un rey.
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Hicieron una corona de espinas y se la pusieron en la cabeza.
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Lo hicieron cargar una cruz de madera muy pesada.
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La cruz era demasiado pesada para él.
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Jesús estaba muy cansado
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Pero un hombre le ayudó a Jesús
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Pusieron a Jesús en la cruz
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Y lo levantaron en una montaña en medio de dos hombres
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Los otros hombres eran ladrones
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Y también los estaban crucificando
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Uno de los hombres estaba enojado con Jesús
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Si eres un rey poderoso
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¿Por qué no te salvas y nos salvas a nosotros también?
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Pero el otro ladrón sí creía en Jesús
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¿No sabes quién es él?
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Él es el Hijo de Dios.
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Jesús no hizo nada malo, dijo triste el ladrón.
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A nosotros nos están castigando por nuestros errores, pero Jesús no debería estar aquí.
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El hombre volteó hacia Jesús y le preguntó, ¿me llevarías al cielo contigo?
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Jesús miró al hombre y lo amó.
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Jesús le contestó, sí, hoy mismo estaremos juntos en el cielo.
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Después de un rato, el mundo se obscureció.
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Como si se acercara a una terrible tormenta.
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Era como si toda la creación estuviera llorando porque Jesús estaba a punto de morir.
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Jesús se sentía muy solo y oró para ver si Dios aún estaba ahí.
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Claro que Dios nunca abandonó a Jesús.
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Dios estuvo con Él todo el tiempo.
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Jesús volteó a ver a la gente.
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Él estaba muy triste porque la gente no creyó que Él era el Hijo de Dios.
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Le pidió a Dios que los perdonara.
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Jesús dijo, Dios, el trabajo que me mandaste a hacer, ya lo terminé.
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Respiró por última vez y luego murió.
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Lo sé, Garabato, es terrible.
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Como te dije, esta parte de la historia es muy triste.
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Pero hay una esperanza.
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Sí, porque este no es el final de la historia.
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Tres días después de que Jesús había muerto, fueron cuatro mujeres, María Magdalena, María, la mamá de Santiago, Salomé y Joana, a poner especias al cuerpo de Jesús.
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Sí, Garabato. En ese tiempo era común poner especias en el cuerpo de los que acababan de morir.
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La puerta de la cueva donde pusieron a Jesús había sido cerrada con una enorme piedra.
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Pero cuando llegaron las mujeres, vieron que habían quitado la piedra.
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Se asomaron y vieron que la cueva estaba vacía.
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¡Jesús no estaba!
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De pronto, un ángel se apareció en vestidos blancos brillantes.
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¡Mira eso, Garabato!
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Un ángel
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Ellos siempre traen grandes noticias de parte de Dios
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Me pregunto lo que este va a decir
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El ángel dijo, no tengan miedo, Jesús no está aquí
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Este lugar es para los muertos
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Jesús está vivo
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El ángel dijo, apresúrense, vayan a decirles a los demás discípulos que Jesús ha resucitado
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Las mujeres se apresuraron para contarles a los amigos de Jesús lo que habían visto y oído
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Esperen, pero, ¿quién es?
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¿Puede ser?
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¡Sí es!
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¡Jesús! ¡Lo hizo! ¡En verdad lo hizo!
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¡Jesús volvió de la muerte!
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Hola, amigos, les dijo Jesús. Vayan a decirle a los demás las buenas noticias de que yo estoy vivo.
00:24:55
Nos vemos en Galilea. Ya quiero verlos a todos.
00:25:03
¡Sí, garabato! ¡En verdad es Jesús y está vivo!
00:25:10
Pero no nos podemos quedar aquí.
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Ya escuchaste a Jesús. Tenemos una misión importante.
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Debemos decirles a todos que Jesús resucitó.
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En los días siguientes, Jesús se les apareció a los discípulos.
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Sí, los discípulos estaban muy contentos de volver a ver a Jesús vivo y sano
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Excepto por un discípulo, Tomás
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Tomás no estuvo ahí cuando Jesús apareció
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Cuando volvió, los discípulos, muy emocionados, le dieron la buena noticia
00:26:17
Pero Tomás dijo, no les creo
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Solo voy a creer cuando pueda tocar las heridas de Jesús
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Una semana después, los discípulos todavía no podían convencer a Tomás
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De que habían visto a Jesús vivo y sano
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Lo sé, Garabato, Tomás parece que es muy necio
00:26:47
Pero es muy difícil creer en algo que no has visto
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¿Alguna vez has tenido que creer en algo que no has visto?
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Entonces vino Jesús con Tomás y le dijo, La paz sea contigo.
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Tomás le ordenó a Jesús, Acércate.
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Dame tus manos, dijo Jesús. Pon tus dedos en las heridas de mis manos y en la herida de mi costado.
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Ya no dudes. Es tiempo de que creas.
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¡Mi Señor y mi Dios! exclamó Tomás
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Y entonces le dijo Jesús
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Creíste porque estoy aquí contigo y puedes verme
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Piensa en los que no me han visto, pero de todas formas creen en mí
00:27:46
Debes creer aun cuando no puedas ver
00:27:51
- Autor/es:
- Tere A
- Subido por:
- Mª. Teresa A.
- Licencia:
- Reconocimiento - Sin obra derivada
- Visualizaciones:
- 57
- Fecha:
- 20 de marzo de 2022 - 9:11
- Visibilidad:
- Público
- Centro:
- CP INF-PRI ALICIA DE LARROCHA
- Duración:
- 27′ 55″
- Relación de aspecto:
- 1.78:1
- Resolución:
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- Tamaño:
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