Evaluación de la competencia social y los grupos, instrumentos de evaluación - Contenido educativo
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En esta presentación vamos a hablar rápidamente de la evaluación que podemos llevar a cabo para grupos especialmente y sobre todo en situaciones de campamento o actividades deportivas en las que en ocasiones los criterios que pretendemos evaluar se forman un poquito difíciles.
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Muy bien, lo primero que tenemos que tener en cuenta es que la técnica principal que vamos a utilizar para evaluar en la mayoría de ocasiones va a ser la observación sistemática. ¿Por qué? Por una sencilla razón.
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En el caso del monitor, del técnico deportivo, por regla general no tenemos que calificar a nuestros deportistas, a nuestros alumnos, a nuestros acampados. Esto hace que no sea necesario disponer de una calificación numérica.
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En cambio, la evaluación no deja de ser primordial en este tipo de casos porque nos guía en el proceso de enseñanza-aprendizaje que posteriormente vamos a aplicar.
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Por lo tanto, siempre debemos partir de unos objetivos. Este hecho es evidente. Debemos conocer los objetivos de nuestras actividades, de nuestras tareas para poder plantear unos contenidos en consecuencia.
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Un objetivo, por ejemplo, podría ser...
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Desarrollar las estrategias de comunicación verbal en grupo. Los contenidos podrían ser, por ejemplo, el trabajo de la técnica del sandwich para la resolución de conflictos y el trabajo del cambio, la variación de tonos y ritmos cuando estoy elaborando o desarrollando un discurso.
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Posteriormente, tenemos que plantear unos resultados de aprendizaje, unos estándares.
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O, sí, tienen que ser simplemente, bueno, pues, lo que pretendemos buscar de forma clara y concisa. Es decir, el resultado de que el proceso de enseñanza-aprendizaje se ha dado.
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Por lo tanto, tenemos que tener muy claro qué quiero evaluar y cómo se expresa ese aprendizaje en la práctica.
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Es decir, si nosotros pretendemos, por ejemplo, siendo técnicos o monitores de un equipo de baloncesto de etapa Levin, que estos chicos sean capaces de resolver sus conflictos.
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De una forma pausada y grupal y cooperativa en lugar de discutir o enfadarse, pues, ¿cómo podemos encontrar que ese aprendizaje o ese resultado de aprendizaje se desarrolla en la práctica?
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¿Cómo podemos encontrarlo bajado un poco al suelo, a la tierra? Pues, por ejemplo, planteando una dinámica de resolución de conflictos o una tarea en la que se puedan dar conflictos, una tarea de duelos, una tarea de dos contra dos en la que no hay mucho contacto.
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Y evaluar...
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O observar de forma sistemática, con unos ítems bien marcados, su comportamiento o cómo desarrolla en esa tarea.
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Por lo tanto, en muchas ocasiones, cuando llevamos a cabo observación sistemática en nuestro ámbito laboral, por desgracia, contamos con criterios difusos a evaluar.
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Por ejemplo, la participación. ¿Cómo evaluamos la participación? Evidentemente, nosotros como profesionales no podemos decir, bueno, pues, en la participación tienes un 10.
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No.
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Lo que tenemos que tener es una bajada a la tierra, es decir, un criterio claro y conciso, un estándar, mejor dicho, claro y conciso, que demuestra que efectivamente su participación es alta o baja.
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Algo que pueda evaluar y calificar de forma clara y numérica. Por ejemplo, en lugar de decir que la participación es un 10, porque sí, porque yo considero que es un 10, pues podemos tener ítems como que aporta la totalidad de las sesiones presenciales.
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Es decir, que...
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Aporta su opinión, que participa en la totalidad de las sesiones presenciales. Cuando vemos que una persona participa menos en las sesiones o en los ejercicios presenciales, pues tendrá una menor nota.
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Otra opción, otro ítem puede ser, no presenta faltas injustificadas a las actividades. Si participa siempre, si tiene un rol, digamos, de peso activo en las tareas, pues encontramos que su participación es alta. Es una expresión de la participación.
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La actitud, por ejemplo.
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Pues, bueno, podríamos irnos más a la resolución de conflictos, a si ha sido capaz de resolver los conflictos que se ha encontrado o, como el ejemplo que tenemos aquí, que adopta roles activos en todas las actividades. Es decir, que presenta una actitud positiva hacia la práctica y hacia la participación con sus compañeros.
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Por último, otro ítem bastante difuso que se puede utilizar es la constancia. Este es el más evidente. Podemos plantear como resultado o como estándar que realice la entrega de todas las actividades o que participe en todas las actividades que se exija.
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O que tenga un rol activo en todas las resoluciones de conflictos en caso de que tengamos una tarea como una gincana o algo por el estilo. En definitiva, tenemos que tratar de objetivizar los ítems o criterios de evaluación que planteamos en nuestro trabajo.
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Es muy importante que, previo a esto, realicemos un análisis de la estructura del grupo. Todo este tema ya lo hemos tratado el segundo trimestre. Y esto nos va a llevar a elaborar una evaluación formativa.
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La evaluación formativa no es otra cosa que una evaluación.
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Es una evaluación que me permite adaptar mi respuesta en el proceso de enseñanza-aprendizaje como docente o como monitor. En este caso, es muy importante, por ejemplo, que la evaluación formativa cuente con varias pruebas temporalizadas que me permitan adaptarme.
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Por ejemplo, si yo estoy dando clase en equipo de tenis o en la escuela municipal, por ejemplo, pues la evaluación de sus...
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De su golpe de derecha, por ejemplo, no puede ser llevada a cabo únicamente al inicio y al final del proceso. ¿Por qué? Porque voy a estar tratando al inicio un diagnóstico y al final, pues un resultado.
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Pero me pierdo todo lo que pasa entre medias. Si yo, en cambio, llevo a cabo una evaluación periódica cada mes, cada dos, cada tres meses, en función, evidentemente, del grupo de trabajo y del proceso de aprendizaje que estamos llevando a cabo,
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imagínate, por ejemplo, que tengo una evaluación inicial y veo que el chico o la chica, pues, no sabe, no coordina bien el movimiento del tren superior para golpear a la derecha. Perfecto, pues elaboro una serie de ejercicios, una respuesta en su proceso de enseñanza-aprendizaje y a los dos meses vuelvo a evaluar.
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¿Y qué me encuentro? Pues que empieza a coordinar mejor la rotación del tren superior, pero la empuñadura no es la correcta.
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Entonces, adapto mi proceso de enseñanza-aprendizaje o el proceso de enseñanza-aprendizaje de este deportista para que el trabajo se vaya un poco más hacia este ítem que he evaluado y que tiene que evaluar.
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Es decir, la evaluación tiene que permitirme adaptar mi proceso, adaptar el proceso de la persona que está aprendiendo, evidentemente, lo más adecuadamente e individualmente posible.
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Para esto, ¿qué opciones tenemos, además de la heterodinámica?
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Tenemos la co-evaluación, que sería la evaluación por parte del monitor o del docente hacia el alumno.
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Tenemos la co-evaluación, que es la evaluación de uno a otro y la auto-evaluación, que es, como su propio nombre indica, la evaluación a mí mismo.
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La co-evaluación es muy interesante porque permite identificar en otros errores que podrían aportarme a mí mismo y la auto-evaluación es muy interesante,
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pero es cierto que requiere de unos conocimientos previos porque, evidentemente, si yo no conozco los errores técnicos de la derecha de tenis, no voy a ser capaz de identificar estos errores en mi mismo.
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Ni en los demás tampoco.
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Conclusión. Si la evaluación no es formativa, yo me pregunto ¿para qué debemos evaluar?
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La evaluación sirve para adaptar el proceso de enseñanza-aprendizaje y optimizar el aprendizaje.
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Si evaluamos solamente para poner una calificación, no tiene mucho sentido, y menos aún en nuestro ámbito laboral.
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Un buen ejemplo, por ejemplo, de evaluación de la competencia social sería el desarrollado por Marta Colomé,
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que es una persona que ha trabajado para la Diputación de Barcelona, un instrumento,
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para la evaluación de la competencia social del lado de la extensión.
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Y he planteado este como ejemplo porque creo que es bastante específico de lo que nos vamos a encontrar en nuestro ámbito laboral
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y está muy orientado a la competencia social, como su sistema me indica, en jóvenes, que va a ser uno de nuestros principales focos de población.
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Marta, esta profesional, diferenció cuatro áreas de la competencia social o de competencias básicas relacionadas con la socialización.
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El área cognitivo-conductual, cuyas competencias básicas son la artística, la lingüística, la matemática, la sociedad social y ciudadana, etc.
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El área emocional-relacional, que está más relacionado con la gestión de conflictos.
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El área laboral, que sería enfocado a los proyectos y al emprendimiento, y el área instrumental, que sería el cuidado de uno mismo, la participación, las normas de convivencia, etc.
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Sobre esta base ella planteaba, por ejemplo, un instrumento de evaluación que sería que nos encontramos a la derecha, en el cuadrado grande.
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En el área emocional-relacional, por ejemplo, en la etiqueta de gestión y resolución de conflictos,
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ella lo ha definido como la capacidad para identificar, posicionarse y actuar en una situación problemática, aportando soluciones, etc.
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¿Qué ítems o qué elementos o resultados de aprendizaje busca?
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Pues que la persona sea capaz de identificar la situación.
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Que la persona sea capaz de identificar las situaciones que pueden derivar en un conflicto, que sea capaz de analizar el conflicto identificando los elementos e intereses que hay en juego, el poder, etc.
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Que participe en un conflicto reconociéndose como parte implicada, que comunique de forma sencilla y comprensible.
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Esto sería la bajada a la tierra de la que hablábamos.
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Por último, una actividad práctica que propongo sería la elaboración de un instrumento de evaluación.
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Para no llevarnos tampoco el tiempo que nos llevaría una rúbrica, vamos a plantearlo como escala de valoración o guía de evaluación.
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Es prácticamente sinónimo.
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Para evaluar al menos tres ítems que crees que pueden darse en una actividad o sesión que ya tengas preparada.
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Es decir, puedes adoptar una sesión que ya tengas preparada de lo que sea, la de liderazgo que acabamos de hacer en el primer trimestre, una grupal de la de gamificación o cualquiera de las sesiones que has preparado en el primer trimestre también.
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Y elaborar, como puedes ver en el ejemplo de abajo, tres criterios.
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El instrumento para analizarlo, evaluarlo.
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Es importante que tenga estructura de tabla, para que sea más funcional y lo puedas utilizar el día de mañana.
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Y que cuente con criterios de diversa índole.
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Es decir, que no me analices como he hecho yo en el ejemplo, únicamente la comunicación.
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Puedes analizar la comunicación de una persona, puedes analizar su participación para el grupo, etc.
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Esta actividad no va a tener una calificación asociada, pero sí es obligatoria.
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¿De acuerdo? Porque es una parte de los contenidos del tercer trimestre.
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Es una actividad que, bueno, debería llevarte bastante poquito tiempo.
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Creo que te puede aportar mucho a nivel evaluar tus propias propuestas.
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Y acabo con un poco la presentación de este ejemplo.
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En esta tabla podemos encontrar una escala de valoración, o una guía de valoración, en la que tenemos dos criterios.
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La comunicación no verbal y la comunicación verbal.
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Esos criterios se desarrollan en estándares o resultados competenciales.
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Es decir, la bajada a la tierra.
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Para la comunicación no verbal sería el uso de las manos y la mirada para acompañar el discurso.
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Tomar tu vida, mirando a todo el mundo, etc.
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Y en la comunicación verbal tendríamos...
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Los cambios de volumen y ritmo de forma coherente con el discurso.
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Es decir, que acompañe su comunicación verbal con una buena aplicación de tonos, volúmenes y ritmos.
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Y a eso le asociamos una puntuación de 1 a 3 en escala creciente.
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Evidentemente el 3 sería lo más de acuerdo y el 1 lo más en desacuerdo.
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Es decir, la mayor capacidad sería el 3 y la menor el 1.
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Y por último, dejar un apartado de notas que es muy interesante porque puedes anotar...
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Al final estas escalas o guías son genéricas.
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Y no pueden reflejar la totalidad de información que nos gustaría.
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Entonces, para no quedarnos solamente en la calificación numérica como hablábamos antes,
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podemos dejar un apartado de notas que nos sirva para anotar la redundancia.
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Lo que consideramos que esta persona debe trabajar cuando adaptemos su proceso a raíz de esta información que hemos obtenido de su evaluación formativa.
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- Idioma/s:
- Autor/es:
- José Oriol Setién
- Subido por:
- Jose O.
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- Fecha:
- 9 de febrero de 2024 - 9:45
- Visibilidad:
- Clave
- Centro:
- IES ORTEGA Y GASSET
- Duración:
- 12′ 46″
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