La libélula.4ºA - Contenido educativo
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En un río cristalino vivía un grupo de libélulas, a las orillas de una pequeña poza.
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Sus alas eran transparentes, pero teñidas de un intenso tono azul.
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Danzaban todo el día entre los cálizas y las mimbreras que bordeaban el río.
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A veces también se posaban en alguna roca que sobresalía de las aguas,
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desafiando al tumultuoso correr del agua, como si fueran las capitanas de un velero rocoso.
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Cuando algunas personas iban al río a pescar o a bañarse, siempre admiraban la delicada belleza de las libélulas.
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Por eso ellas se sentían muy bufanas y orgullosas de sus coloridas alas.
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En aquella poza vivían también otros seres, más pequeños y menos vistosos que las libélulas. Eran los zapateros.
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Ellos eran de color negro y además no podían volar como las graciosas libélulas.
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Por eso a nadie llamaba la atención. A veces algunos niños se divertían tirándoles piedras para ver cómo los pobres zapateros se veían asustados.
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Aquella fresca mañana de verano, una joven libérula volaba de hoja en hoja de espadaña a otra.
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Entonces se dio cuenta de que un zapatero que se había quedado enredado en una planta de agua
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intentaba sin éxito soltar sus patas
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La liberula comenzó a reír al ver el apuro del zapatero
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y con burla le dijo
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¡Zapatero! ¿Por qué no vuelas y sales desenredo?
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El zapatero la miró con asombro
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Sabes que no puedo volar, yo no tengo alas como tú
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Es verdad, eres solo un pobre zapatero que se pasa el día entero
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Panza abajo en el agua, corre que te corre por toda la poza
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Tú eres preciosa, ya lo sé, vuelas sin cesar de un lado para otro
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Pero no puedes ver lo que yo veo en el fondo de la poza
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La libélula se quedó asombrada y molesta al oír lo que el zapatero le estaba diciendo
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¿Qué? ¿Qué? ¿Qué? ¿Que sabe que yo no puedo ver? ¿No sé qué cosa?
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Yo puedo ver muy bien, tonterrón, feo y negro zapatero.
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Está bien, princesa, si tú puedes ver también, no necesitas que yo te cuente nada de lo que veo en el agua de la poza.
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El zapatero cayó y siguió intentando desenredar sus patas de aquella planta de agua.
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La libélula se quedó pensativa y moviéndose inquieta de rama en rama.
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Quería irse rápido de allí, pero no podía dejar de mirar al zapatero y recordar sus palabras.
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¿Qué era lo que este feo insecto podía ver boca abajo en el agua?
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Que ella no viera en sus alegres vuelos.
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Entonces sucedió algo inesperado.
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Un gran sapo saltó sobre la hoja de espadaña en la que la libélula estaba posada y ésta cayó a la posa.
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Sus delicadas alas se empaparon en el agua y, aunque lo intentaba, no podía emprender de nuevo el vuelo.
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La libélula iba a morir ahogada y en ese último instante vio lo que había en el fondo del agua.
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Los rayos del sol al atravesar el agua dejaban en esta destellos en multicolores.
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Podía ver en el fondo pequeños pececillos, bonitas plantas acuáticas meciéndose con la suave corriente y piedrecillas de todos los colores, avivados por los destellos del sol.
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El zapatero había presenciado el rápido salto del sapo y la caída al agua de la libélula.
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Quería salvarla de una muerte segura e hizo un último y desesperado intento por zafarse de aquellas hierbas que lo retenían.
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El viento la ayudó pues, en el momento que el zapatero tiraba de sus patas, una ráfaga movió las plantas y el insecto pudo soltarse.
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Con rapidez fue hacia la libélula y poniéndose debajo de ella comenzó a avanzar hacia la orilla, llevándola con gran esfuerzo sobre él.
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Al llegar a la orilla, la dejó en una hoja que caía sobre el agua. La libélula estaba viva y poco a poco fue recuperándose a medida que sus alas se iban secando.
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Cuando pudo ponerse de nuevo sobre sus patas, miró al zapatero avergonzada. Me has salvado la vida, a pesar de que yo no te ayudé cuando estabas en apuros. Y me reí de ti porque no podías volar.
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Es verdad, contestó el zapatero, pero me alegro de haberte salvado.
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Dime, ¿viste algo cuando estabas en el agua boca abajo?
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Sí, vi lo que en mi rápido vuelo nunca puedo ver, los pececillos y renacuajos, las plantas acuáticas y las piedras de colores.
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Es maravilloso lo que ves desde tu lugar en la poza.
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Si quieres podemos ser amigos y yo podría contarte lo que veo en mis vuelos alrededor de la poza y el río
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El zapatero estuvo encantado de ser amigo de la libélula
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Juntos compartieron buenos momentos alrededor de la poza
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El zapatero le hablaba del murmullo del agua, de los seres que viven dentro de la poza
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y de las ondas de colores que se forman cuando se refleja en el agua
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La libélula le contaba sobre los pajarillos que se acercaban volando a la ribera del río,
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de las mariposas multicolores y de las flores que había entre las hierbas.
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Y la libélula nunca más volvió a reírse del zapatero.
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- Autor/es:
- Roberto R.
- Subido por:
- Roberto R.
- Licencia:
- Reconocimiento - No comercial
- Visualizaciones:
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- Fecha:
- 17 de abril de 2022 - 11:44
- Visibilidad:
- Clave
- Centro:
- CP INF-PRI CARMEN IGLESIAS
- Duración:
- 05′ 30″
- Relación de aspecto:
- 1.78:1
- Resolución:
- 1920x1080 píxeles
- Tamaño:
- 602.24 MBytes