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Certamen literario 2022 CEPA ARganda
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Os voy a contar una historia que para mí fue la puerta a mundos maravillosos.
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Viajes estupendos y sitios y épocas en las que he podido estar con la imaginación.
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Mi iniciación a la lectura. La lectura para mí es una pasión más que un hobby.
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Cuando yo era pequeña, al lado de casa había una cantera en desuso que utilizaban para tirar todo tipo de materiales.
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Mi madre trabajaba por las mañanas y por las tardes con mi hermana nos íbamos a la cantera
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a ver si podíamos aprovechar algún material que hubiesen tirado,
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ya que la economía en casa en esos momentos no era muy buena.
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Una de esas tardes fue una de las más felices de mi vida.
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Cuando llegamos, habían tirado un camión de cuentos.
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La vida está llena de estaciones de paso.
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Si eres feliz, pasen avertidas. En esta vida hay momentos duros.
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En pleno siglo XXI parece que una guerra no sería posible y ahora vemos los carros de combate en la televisión y las personas huyendo de sus casas.
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Niños y mayores. Hay tanta crueldad que parece irreal.
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¡Qué dolor!
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Estamos saliendo de una pandemia triste, dos años donde ha habido mucho dolor, han fallecido muchas personas y sin poder despedirse de los suyos.
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En el día de ayer, 8 de marzo, se reivindicaban los derechos de igualdad de la mujer.
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esa estación de paso para los derechos que quedó perdido en Ucrania
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y en otros países que llevan en guerras tan cruentas
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que solo salen cuando interesa a los políticos
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La estación de mi pueblo es muy grande y vieja, pero muy bonita
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Tiene un bar muy antiguo, pero bien cuidado
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Cuando éramos niños, mis amigos y yo pasábamos muchas tardes en la estación
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jugando a subirnos en los antiguos vagones
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Todavía puedo recordar una noche fría que fui a esperar a mi amor a la estación
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Pero, ¿cuál fue mi sorpresa?
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Después de varias horas esperándola, ella no se presentó
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Y me fui a casa cabizbajo, pensando en mi amor y reflexionando conmigo mismo
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Volveré mañana, volveré a la estación mañana
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Volveré a llamarla por si puede venir mañana
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Era un domingo de 1984 cuando a las 7 de la mañana nací yo
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Era una niña muy tranquila, no lloraba nunca
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Mis padres eran buenas personas
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Mi padre trabajaba de agricultor y mi madre de ama de casa
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Mi hermano tenía 5 años más que yo
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Pero era totalmente diferente a mí, daba muchísima guerra
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Mi infancia fue maravillosa. Recuerdo ser muy feliz.
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Todos los veranos íbamos a la casa de campo. Allí teníamos muchos vecinos y muchos de ellos eran primos míos de segundo grado.
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Me pasaba el día jugando con ellos. En esa época, mis padres me llevaban casi siempre a la playa.
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¿Cómo hemos podido llegar a esto?
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No hemos salido de una epidemia mundial donde los muertos se cuentan a miles y los enfermos siguen sufriendo graves secuelas,
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donde parecía que todos los males de la humanidad se iban a solucionar cuando se venciera el virus.
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Por fin vamos ganando la batalla.
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Salimos de vivir una película de ciencia ficción y estamos presenciando ahora una de terror.
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Pero no de muertos vivientes y vampiros, sino de personas de verdad.
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Familias con niños pequeños y grandes, abuelos y abuelas que están bien de salud,
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pero otros que son muy dependientes.
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Todos viviendo tranquilos en sus casas y tienen que salir huyendo con lo opuesto a otro país que quiera acogerlos.
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Sus caras llenas de temor.
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Es un pato bastante arisco, desconfiado, que no permite el acercamiento y huye.
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Lo hacen bien en no fiarse ni de nada ni de nadie, porque estoy segura de que alguna vez han tenido una mala experiencia.
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Se alimentan de una gran variedad de semillas y otras materias vegetales.
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Por ejemplo, raíces, tubérculos, moscas, mariposas, libélula, gusanas...
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También se sumergen debajo del agua para buscar gusanas y algas.
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Por eso prefieren ríos y charcas de poca profundidad.
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A continuación os voy a contar mi experiencia que viví al conocerlos.
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Al igual que Almudena Grandes en El Capitán de la Fila India evocando los recuerdos del pasado,
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la vida es como un viaje en tren.
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Empezamos nuestra vida en el tren de la guardería.
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Seguimos por el de la primaria y después el de la secundaria.
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A partir de ahí, el tren empieza a no ser solo de un sentido.
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Hay varias vías, transbordos, estaciones de paso que nos permiten elegir entre diversas opciones,
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como PCPI, grados medios y superiores o la universidad.
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La vida es ahora como la red de metro. Caminos del día a día, caminos desconocidos,
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nuevos pasajeros, pasajeros habituales, todo cambia, fluye.
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Es un punto de encuentro y a la vez de separación.
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No sé cómo explicar lo que pasa por mi mente, mis pensamientos, en lo que pienso y siento.
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No puedo describir todas las sensaciones que siento al pensar que mi vida, mis años,
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mis vivencias que han pasado como si fuera un sueño, que no has vivido, que solo has pensado o soñado.
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Pensamos que para nosotros no va a pasar el tiempo
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Aunque cumplamos años tras años
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No nos damos cuenta que sin pensar los cumplimos
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Ya me encuentro en el tren para viajar por Madrid
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Solo quiero recorrer unas estaciones de pasos que conozco
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Estoy sentada en el vagón y me suena el móvil
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Lo saco del bolsillo de mi chaqueta, lo miro y es un WhatsApp
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Me conecto y es el grupo de amigas
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Me desconecto, lo pongo en silencio para que nadie me moleste
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y lo guardo en el bolsillo de la chaqueta.
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Nos vamos a mudar a una casa más grande y hemos venido a ver cómo es la casa.
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Aparte de estar mis padres, Hernán y yo, también está la familia de Mario aquí.
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No sé cómo se atreven a venir porque nuestras familias no se pueden ni ver.
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Mario es el hombre del que estoy enamorada y mi familia y la suya se llevan.
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4 estaciones
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Esta frase me ha acompañado durante toda mi vida
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y me pregunto cómo darme una respuesta
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Lo más lógico es buscar en la naturaleza
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y es fácil encontrarla
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Si preguntas a cualquiera
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te dirá que son la denominación de las estaciones del año
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primavera, verano, otoño e invierno
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Algunos otros, los más eruditos
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reivindicarán que son las cuatro estaciones de Vivaldi,
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donde sus sentimientos despertaban las diferentes estaciones del año,
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imitando los instrumentos de una orquesta sus diferentes sensaciones.
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Por ejemplo, los violines imitan el canto de los pájaros.
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Y por último, como no, los teólogos, haciendo referencia a su fe,
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afirmarán categóricamente que es el tránsito de nuestra vida hacia la muerte.
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En cualquier caso, no nos puede pasar de largo que nuestra vida es como las cuatro estaciones o como estaciones de paso.
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Eran años duros, llenos de precariedad.
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La miseria podía palparse en sus harapos desgarrados y sandalias con hebillas osciladas y corroídas por el paso de los años.
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Malvivían en chozas de caña y barro, pero aún así, y con tanta precariedad, sus rostros estaban llenos de luz y felicidad.
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Cuando aún ni el gallo había dado el primer canto, y el relente de la madrugada mojaba la fina hierba que rodeaba el hogar,
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ya estaba en pie José, un niño, que a pesar de su corta edad, era fuerte y valiente,
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con valor para trabajar duro y poder ayudar a su familia en aquellos años, pues corría principios del siglo XX.
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Es un mes de enero cualquiera. Estoy en la estación de Atocha leyendo el periódico como cada mañana,
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viendo un montón de gente pasando de un lado a otro como las hormiguitas.
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Es primavera. Estoy esperando que llegue el tren y pasa de largo.
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El siguiente sí para y me monto como todos los días con ganas de llegar al colegio e iniciar mis clases diarias con mis niños.
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Me lo paso en grande con ellos entre las putaditas y las salidas que tienen
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Es muy gratificante estar con ellos durante más de 35 años
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Así, semana tras semana
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Pero llega un día en que te dicen que te jubilas
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Te sientas en un banco, sigues viendo un montón de gente
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De un lado a otro con mucha prisa
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Y yo me pregunto
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¿Por qué corremos tanto si la vida es tan corta?
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Mi viaje a Alemania consistió en ahorrar dinero, ya que en Madrid no había trabajo para mantener a mi familia.
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Fue mi marido el primero en emprender el viaje, puesto que yo en ese momento estaba embarazada.
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Cuando llegó a Alemania me reclamó para ir con él, así que pronto preparé lo necesario para viajar y estar puntual.
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Cuando ya tenía los billetes para irme me puse de parto
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Y finalmente tuve que quedarme en España
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Cuando di a luz a mi hijo Antonio
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Tuvo que venir mi marido a reconocerle
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Porque entonces el padre tenía que reconocer al hijo
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A los 13 días de nacer mi hijo
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Fue cuando viajamos los tres juntos a Alemania
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Podríamos comparar la vida con un viaje
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Un viaje en el que tomamos diferentes direcciones
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Conocemos a diferentes personas
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Y vivimos diferentes experiencias
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Estas experiencias son como estaciones
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En las que debemos hacer parada en algún momento
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Y aprender algo que nos será útil durante el resto de nuestro viaje
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Una de esas estaciones fue el día que aprendí a montar en bicicleta
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Aquel día mi madre tenía preparada una sorpresa
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Cuando me desperté fui a la cocina y me senté a la mesa donde ya estaban preparadas las tostadas de pan de barra con mantequilla y mermelada de frambuesa
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Me encantaban
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Venga, tómate las tostadas, me dijo
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y cuando termines de desayunar, vístete que tenemos que ir a un sitio.
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Después de un rato caminando y de no soltar prenda por más que le preguntaba e indagaba,
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llegamos mi madrillo por fin a ese sitio tan misterioso.
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Estábamos en la tienda de bicis de mi barrio.
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Había bicis de montaña, de carretera, bicis grandes y pequeñas.
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Al acercarnos tenían ya preparada una bicicleta.
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Esa es la tuya cariño, esa es tu bici
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Me contestó sin poder disimular ni la risa ni la emoción
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Conozco a Pedro desde hace años
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Me adoptó cuando yo apenas tenía unos meses
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Y hacía mis cosas por cualquier lugar
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Desde entonces vivo con él
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Siempre se ha preocupado por mí, a pesar de que ya es un anciano
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Cuando he estado enfermo, me he llevado a la clínica para que me curasen
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Nunca me ha faltado comida, juguetes y todo aquello que me hace feliz
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Duermo arropado junto a él, en su misma cama
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Lo mejor de nuestra vida en común han sido los paseos por el parque
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Ir a por la prensa, al bar y especialmente las vacaciones en la playa
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Donde disfrutábamos con el agua caliente del Mediterráneo
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Además, íbamos a la estación de tren para ver cómo pasaba
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Me encantan las estaciones de paso, decía con los ojos vidriosos
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Cada vez que pasa un tren, quiero marchar a alguna parte
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Su cariño por mí es especial
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Quizás por la falta de su esposa, muerta hace unos años
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Yo procuro corresponderle, ejecutando alguna monería
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Porque la nostalgia le invade e intento sacarle alguna sonrisa
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Desgraciadamente, todo comenzó a torcerse hace un mes
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Pedro cambió su habitual buen humor por un gesto de preocupación.
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Las salidas se volvieron esporádicas, un par de veces al día y siempre alrededor de nuestra casa.
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Muy poco tiempo, apenas unos minutos.
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Le oía mascullar entre dientes, maldiciendo a un maldito virus,
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que al parecer era el causante de que permaneciésemos casi todo el tiempo encerrados en casa.
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Yo apenas entendía nada, pues a mis cinco años todavía no estoy preparado para entender los asuntos de los adultos.
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Una tarde, Pedro comenzó a toser. La cara se le desencajó.
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Vi cómo llamaba a todas horas por teléfono, requiriendo atención médica, pero esta nunca llegaba.
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A los dos o tres días, no recuerdo bien, se tumbó en la cama con fiebre.
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Yo me puse a su lado intentando reconfortarle, pero su salud se debilitaba cada hora que pasaba
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Una mañana dejó de moverse
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Intenté llamar su atención tirando de sus manos, de sus pies, pero no respondía
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Estaba dormido como nunca le había visto dormir
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Intenté llamar la atención de los vecinos, pero nadie parecía escucharme
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Cansado, me tumbé junto a él hasta que tuve hambre
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Por fortuna había dejado comida y agua a mi alcance
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Así sobreviví una semana más, hasta que se acabó
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Pedro seguía dormido y un extraño olor inundó toda la casa
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Su cuerpo cambió de aspecto, se tornó hinchado y de color negro
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Sobreviví como pude
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Al fin y al cabo, Pedro era mi mejor y único amigo
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Y debía ser fiel, tanto como él lo había sido conmigo
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Una tarde, escuché el estruendo de la puerta al caer
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Entraron policías y bomberos ataviados con mascarillas
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Apenas pude ladrar y gruñir para ahuyentarles
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Pues estaba muy débil
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Aún así intenté proteger a mi amo
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Pero unos hombres me echaron un lazo al cuello
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Y me trasladaron por la fuerza a una furgoneta
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En cuyo interior me encerraron en una jaula
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Ahora estoy en otra jaula, mucho más espaciosa
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Donde me he recuperado
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Pero las personas que me cuidan me miran siempre de reojo
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y murmullan entre ellos como si fuese un criminal.
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Al fin y al cabo, lo único que hice fue comer su carne para sobrevivir.
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Además, ahora sí, somos amigos para siempre.
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- Autor/es:
- Mª Victoria Moreno Sanfrutos
- Subido por:
- Cepa arganda
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- Fecha:
- 23 de abril de 2022 - 2:20
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- Centro:
- CEPAPUB ENRIQUE TIERNO GALVAN
- Duración:
- 16′ 05″
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