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Cuento "LA ovejita que vino a cenar".

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Subido el 5 de mayo de 2020 por Ramona Damari L.

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La ovejita que vino a cenar. 00:00:00
¡Otra vez sopa de verdura! 00:00:04
Se quejó el viejo lobo. 00:00:07
Ojalá tuviera una ovejita. 00:00:09
Me prepararía un buen estofado. 00:00:11
Mi comida favorita. 00:00:13
Justo entonces... 00:00:15
Era una ovejita. 00:00:17
¿Puedo pasar? 00:00:20
Dijo la ovejita. 00:00:22
Sí, querida. 00:00:24
Pasa, pasa. 00:00:25
Llegas justo a tiempo para la cena. 00:00:27
Respondió el viejo lobo con un tono burlón. 00:00:30
La ovejita tiritaba de frío. 00:00:34
¡Brrr! ¡Brrr! ¡Santo cielo! pensó el viejo lobo. 00:00:36
No puedo comerme a una ovejita que esté tan helada. 00:00:43
¡Odio la comida fría! 00:00:46
Y la puso cerca de la chimenea para que entrara en calor. 00:00:48
El viejo lobo buscó la receta de un estofado en el libro de cocina. 00:00:53
¡Mmm! Se le hacía la boca agua solo de pensarlo 00:00:56
La ovejita también tenía hambre y le sonaban las tripas 00:01:01
¡Santo cielo! pensó el viejo lobo 00:01:05
No puedo comerme a una ovejita a la que le suenan las tripas 00:01:10
Podría tener una indigestión 00:01:14
Y le dio una zanahoria para que se la comiera 00:01:16
¡El relleno! se dijo 00:01:19
La ovejita se zampó la zanahoria tan rápido 00:01:22
que le entró hipo. ¡Santo cielo! pensó el viejo lobo. ¡No puedo comerme a una ovejita 00:01:26
que tenga hipo! ¡Podría darme hipo a mí también! Pero el lobo no sabía qué hacer 00:01:36
para que se le pasara el hipo. Lo intentó lanzando la ovejita por los aires, pero no 00:01:42
funcionó. La levantó sujetándola por los pies, pero no funcionó. Le hizo dar vueltas 00:01:49
y más vueltas, pero tampoco funcionó. El viejo lobo puso la ovejita sobre su hombro 00:01:56
y le dio unas palmaditas en la espalda con su grande y peluda garra. La ovejita dejó 00:02:03
de tener hipo, se acurrucó bajo el pelo del hocico del viejo lobo y al instante se quedó 00:02:09
dormida en sus brazos. El viejo lobo tenía una sensación extraña. Era la primera vez que su cena 00:02:15
lo abrazaba y de pronto perdió el apetito. La ovejita roncaba dulcemente bajo su oreja, 00:02:22
un ronquido tras otro. ¡Santo cielo! susurró el viejo lobo. ¡No puedo comerme una ovejita que ronca! 00:02:29
El viejo lobo se sentó en el balancín junto a la chimenea con la tierna ovejita en su regazo y 00:02:38
pensó que hacía mucho tiempo que nadie lo abrazaba. El lobo la olfateó una y otra vez. Aquella ovejita 00:02:44
olía muy, muy, pero que muy bien. ¡Oh! refonfoñó el viejo lobo. Si me la como rápidamente, no pasará nada. 00:02:53
Y cuando estaba a punto de zampársela, la ovejita se despertó y le dio un gran beso. ¡Mua! ¡Mua! 00:03:04
—¡Lobo! —gritó el viejo lobo. —¡No es justo! Soy un lobo grande y malo, y tú eres un estofado. 00:03:14
—¡Estofado! —dijo sonriendo la ovejita. Y señalando al viejo lobo, añadió. 00:03:24
—¡Lobo! —¡Oh, señor, dame fuerzas! —probó el viejo lobo. —¡Tienes que irte! 00:03:30
El lobo abrigó bien a la ovejita y la sacó fuera. 00:03:37
—¡Ahora vete! —gritó. —Si te quedas aquí conmigo, te comeré, y después los dos nos arrepentiremos. 00:03:40
Y cerró la puerta con un pum. 00:03:49
Fue el estagio oscuro y hacía frío. La ovejita golpeó la puerta. 00:03:52
—¡Dobo! —gritó. —¡Puedo entrar, Dobo! 00:03:57
Pero el viejo lobo se tapó las orejas con sus manos y empezó a cantar. 00:04:02
—¡Lo, lo, lo! —hasta que ya no oyó a la ovejita. 00:04:06
Al fin se hizo el silencio. 00:04:10
Gracias a Dios se ha ido, pensó el viejo lobo. 00:04:12
Aquí, con un viejo lobo hambriento como yo, no estaba a salvo. 00:04:16
Después se puso a pensar en la ovejita, sola en la oscuridad del bosque. 00:04:22
Quizás se ha perdido, quizás se ha congelado, quizás se la han comido. 00:04:27
¡Oh, no! ¡Qué he hecho! 00:04:32
Aulló el viejo lobo. 00:04:37
Se levantó y abrió la puerta. La ovejita se había ido. 00:04:39
El viejo lobo salió a toda prisa al oscuro bosque, gritando. 00:04:43
¡Ovejita, ovejita, vuelve! ¡No te comeré, te lo prometo! 00:04:48
Más tarde, mucho más tarde, el viejo lobo regresó a su casa, triste, decaído, cansado y solo. 00:04:53
El lobo abrió la puerta y ahí, junto a la chimenea, estaba la ovejita. 00:05:03
—¡Has vuelto! —dijo el viejo lobo. —¿No tienes otro lugar al que ir? 00:05:07
La ovejita dijo que no con la cabeza. —Entonces, ¿te gustaría quedarte aquí conmigo? —preguntó el viejo lobo. 00:05:13
La ovejita lo miró fijamente. —No me comerás, lobo, ¿verdad? —dijo. 00:05:24
—¡Santo cielo! —respondió el lobo. —No puedo comerme a una ovejita que me necesita. 00:05:30
—Podría darme ardor de estómago. 00:05:37
La ovejita sonrió y se lanzó a los brazos del viejo lobo. 00:05:40
—¿Tienes hambre, estofado mío? —le preguntó el lobo. 00:05:44
—¿Te apetece un poco de sopa de verdura? —Es mi comida favorita. 00:05:48
Subido por:
Ramona Damari L.
Licencia:
Dominio público
Visualizaciones:
122
Fecha:
5 de mayo de 2020 - 19:39
Visibilidad:
Público
Centro:
CP INF-PRI LOS ALMENDROS
Duración:
05′ 56″
Relación de aspecto:
16:10 El estándar usado por los portátiles de 15,4" y algunos otros, es ancho como el 16:9.
Resolución:
1152x720 píxeles
Tamaño:
71.81 MBytes

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