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Teatro Alicia version reducida 3-6 PEAC ESTE - Contenido educativo
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Era así una vez una niña que se llamaba Alicia
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Y tuvo un sueño muy extraño
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¿Te gustaría saber de qué trataba su sueño?
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Venga, vamos a conocerlo
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Bien, lo primero que ocurrió fue esto
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Apareció un conejo blanco corriendo, con mucha prisa.
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Y precisamente al pasar junto a Alicia, se paró y sacó su reloj del bolsillo.
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¡Qué divertido, ¿verdad?
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¿Has visto tú alguna vez un conejo que tenga reloj y bolsillo para guardarlo?
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Naturalmente.
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Si un conejo tiene un reloj, necesita un bolsillo donde meterlo.
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No puede llevarlo en la boca y las manos le hacen falta a veces para correr.
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¿No te parece que tiene unos lindos ojos de color rosa?
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Yo pienso que todos los conejos blancos tienen los ojos de color rosa
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Y orejas rosadas y una bonita chaqueta marrón
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Y se puede ver la punta de su pañuelo rojo asomando por el bolsillo de la chaqueta
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Total, que con pajarita rosa y chaleco marrón
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La verdad es que forma un agradable conjunto
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¡Ay Dios mío! ¡Ay Dios mío! Dijo el conejo
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Llegaré demasiado tarde
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¿A qué llegaría tarde?
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Pues te lo voy a decir
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Tenía que ir a visitar a la duquesa
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La duquesa era una señora muy gruñona
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Y el conejo sabía que si le hacía esperar
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La encontraría de muy mal humor
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Por esa razón, el pobre estaba asustadísimo
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Porque pensaba que como castigo
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La duquesa le mandaría de capital
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Eso es solo lo que solía hacer también la reina de corazones cuando se enfadaba con alguien
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Bueno, solía ordenar que les cortaran la cabeza y siempre creía que le obedecían
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Pero en realidad no le hacían nunca caso
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Cuando el conejo blanco se alejó corriendo, Alicia quiso saber qué le ocurriría
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Y echó a correr tras él y corrió y corrió y corrió hasta que cayó en la madriguera
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Y entonces su caída fue prolongadísima
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Bajaba, bajaba, bajaba y bajaba
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Y hasta empezó a pensar que iba a atravesar completamente la tierra
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Y salir por el otro lado
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Era exactamente igual que un pozo muy profundo
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Solo que no tenía agua
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Si realmente una persona sufriera una caída como esa
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Probablemente se mataría
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Pero ya sabes que en sueños las caídas no hacen nada
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Porque mientras estás soñando que te caes
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La realidad es que estás tumbada tan tranquila y dormida como un tronco
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Esta tremenda caída terminó por fin
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Y Alicia fue a parar sobre un montón de palos y hojas secas
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Pero no se hizo nada de daño
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Y levantándose de un salto corrió de nuevo tras el conejo
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Y este fue el comienzo del extraño sueño de Alicia
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La próxima vez que veas un conejo blanco
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procura pensar que tú también
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vas a tener un sueño curioso
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igual que la simpática Alicia
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y así
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después que Alicia había caído al fondo de la madridera
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corrió un trecho larguísimo
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bajo tierra y de repente
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se encontró en una sala rodeada de puertas
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rodeada de puertas
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todas las puertas estaban cerradas con llave
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De manera que la pobre Alicia no podía salir de allí y se puso muy triste.
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Sin embargo, al cabo de un ratito, encontró una mesa pequeña con cuatro patas.
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¿La ves?
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Toda hecha de cristal y sobre la mesa había una llavecita.
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Alicia dio la vuelta a la sala tratando de abrir con ella alguna de las puertas
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Pobre Alicia, la llave no abría ninguna puerta
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Pero por fin llegó a una puertecita pequeñísima
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Y menuda alegría se llevó al ver que la llave servía para esa cerradura
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Entonces abrió la puertecita, se agachó y miró al otro lado
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¿Y qué crees que vio? Un jardín preciosísimo
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Y le dieron tantas ganas de entrar en él, pero la puerta era demasiado pequeña
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No podía pasar de ningún modo, lo mismo que tú no podrías pasar por una ratonera
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Así que la pobrecita Lucia cerró la puerta y se volvió para dejarla ya en su sitio
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Y esta vez se encontró sobre la mesa una cosa completamente diferente
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¿Qué crees que era?
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Era un frasco que tenía colgada una etiqueta en la que podía leerse claramente B de B
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Lo probó y estaba muy bueno
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De manera que puso manos a la obra y se lo bebió todo
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Y entonces le pasó una cosa curiosísima
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Jamás adivinarías lo que fue
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De modo que te lo voy a contar yo
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Empezó a hacerse pequeña, pequeña, pequeña
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hasta que se quedó del tamaño de una muñeca.
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Entonces pensó, ahora sí que llevo con la puertecita, y se fue hacia ella corriendo.
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Pero cuando llegó, la puerta estaba cerrada con llave, y la llave encima de la mesa, y no alcanzaba a cogerla.
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¿No era una lástima haber cerrado la puerta con llave?
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Bueno, pues lo siguiente que encontró fue un pastelito, en el que estaba escrita la palabra, cómelo.
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Y naturalmente se puso manos a la obra y se lo comió
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¿Y qué crees que le pasó entonces?
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No lo adivinarías jamás
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Tendré que contártelo como antes
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Creció, creció, creció y creció
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Se hizo más alta de lo que era antes
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Más alta que ningún niño
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Más alta que ninguna persona mayor
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Más y más y más alta
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¿Qué preferirías tú?
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¿Ser una Alicia chiquitita, como un gatito, o ser una Alicia alta y darte cabezazos en el techo a todas horas?
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Tal vez estás pensando que Alicia debió sentirse muy contenta cuando comió el pastel y se encontró que empezaba a crecer tantísimo.
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Porque claro, ahora ya podía coger la llavecita de la mesa de cristal y abrir la puertecita.
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Bueno, sí, efectivamente podía, pero ¿de qué le serviría abrir la puerta si ya no podía pasar por ella?
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su situación era peor que nunca, pobrecita
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si bajaba la cabeza hasta el suelo
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podía mirar por la puerta con un solo ojo
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pero esto era lo único que podía hacer
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de manera que no te sorprenderás
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si te digo que la pobre daquirucha se sentó en el suelo
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y lloró como si te hubiera destrozado el corazón
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lloró y lloró
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y sus lágrimas corrían por el centro de la sala como un río
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y muy pronto formaron un charco de lágrimas
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muy grande
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que ocupaba la mitad de la sala
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y así podría haber seguido Alicia
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hasta hoy mismo
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si no hubiera acertado a pasar por la sala
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el conejo blanco que iba a visitar a la duchesa
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venía magníficamente vestido
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y llevaba un par de guantes blancos en una mano
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y en la otra un pequeño abanico
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y no paraba de mascullar.
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¡Ay, la duquesa, la duquesa!
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¡Ay, cómo va a estar de enfadada si la he tenido esperando!
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Pero no vio a Alicia, ¿sabes?
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Por eso, cuando ella empezó a decir,
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por favor, señor,
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le pareció que la voz venía de lo alto de la sala
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porque la cabeza de Alicia estaba tan altísima.
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Y el conejo se llevó un susto horrible
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y dejando caer los guantes y el abanico
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salió corriendo a toda velocidad.
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Y entonces sí que ocurrió una cosa verdaderamente extraña.
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Alicia recogió el abanico y empezó a abanicarse.
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Y mira por dónde.
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Volvió a menguar y en un minuto se quedó del tamaño de un ratón.
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¿Verdad que todas estas lágrimas parecen el mar?
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Pues en realidad es el charco de lágrimas.
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Todo formado por las lágrimas de Alicia.
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Y Alicia se había caído dentro del charco.
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Y el ratón también.
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y ahí los tienes, nadando juntos de un lado a otro.
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Pero, ¿por qué quiere un ratón alejarse de Alicia tan deprisa?
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Pues lo que pasa es que Alicia se puso a hablarle de gatos y de perros,
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y los ratones odian muchísimo que les hablen de gatos y de perros.
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Cuando Alicia y el ratón lograron salir del charco de lágrimas,
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estaban mojadísimos
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y lo mismo les ocurría a un montón de extrañas criaturas
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que también se habían caído al charco
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Había un dodo
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y un pato
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y un loro
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y un aguilucho
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y otros muchos animales
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Bueno, y a todo esto
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no tenían la menor idea de cómo podrían secarse
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Pero el dodo, que era un pájaro muy listo
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les dijo que lo más adecuado
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el hacer una carrera sin meta.
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¿Y qué crees que era eso?
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¿Que no lo sabes?
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Pues yo te lo voy a contar.
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Presta atención.
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En primer lugar, hay que tener una pista para la carrera.
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Debe ser de forma más bien circular,
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pero la forma no importa mucho,
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siempre que dé un rodeo bastante grande
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y acabe volviendo al punto de partida.
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A continuación, se colocan todos los corredores sobre la pista,
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aquí y allá, no importa dónde.
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Lo que hace falta es que no queden todos agrupados.
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Después no hace falta decir a la una, a las dos y a las tres, sino que se les deja que se pongan a correr cuando quieran y que lo dejen cuando les parezca.
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De manera que todas esas criaturas y también Alicia estuvieron corriendo por la pista hasta que se secaron por completo.
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Y entonces el todo dijo que todos habían ganado y que todos debían recibir un premio.
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Y claro, Alicia tuvo que darles sus premios
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Y no tenían nada que darles
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Sino unos pocos dulces que casualmente llevaban en el bolsillo
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Y hubo exactamente uno para cada uno
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Pero no quedaba premio para Alicia
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¿Qué crees que hicieron?
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A Alicia solo le quedaba su dedal
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Dame eso, dijo el dodo
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Entonces el dodo cogió el dedal
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Y se lo entregó de nuevo a Alicia
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Diciendo, le suplicamos que acepte este elegante de edad
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Y todas las demás criaturas aplaudieron
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¿Verdad que era un regalo un poco extraño?
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¿Cómo te van a regalar por tu cumpleaños algo que es tuyo?
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¿Te gustaría a ti?
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¿Recuerdas que al conejo blanco se le cayeron los guantes y el abanico del susto
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Que se llevó al oír la voz de Alicia que parecía venir del cielo?
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Bueno, comprenderás que no podía presentarse a visitar a la duquesa sin guantes y sin abanico
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De manera que al cabo de un rato volvió para buscarlos
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Para entonces ya se habían marchado el todo y las demás criaturas extrañas
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Y Alicia estaba deambulando solita por allí
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¿Y qué crees que hizo el conejo?
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En realidad creía que Alicia era su doncella y empezó a darle órdenes
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Marían, le dijo, vete a casa y tráeme un par de guantes
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Y un abanico, ahora, deprisa
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Tal vez con esos ojos de color de rosa no veía muy bien
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Porque sin duda Alicia no tenía aspecto de broncella, ¿verdad?
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Pero ella era una niña muy amable y no se sintió nada ofendida
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Sino que salió a todo correr tan rápido como pudo hacia la casa del conejo
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Por fin encontró la puerta abierta
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porque si hubiera tenido que llamar al timbre supongo que habría salido a abrir la verdadera María
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y esa no habría dejado entrar Alicia por nada del mundo
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y menos mal que tampoco apareció María mientras Alicia subía por las escaleras
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porque me temo que lo hubiera tomado por una ladrona
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por fin descubrió la habitación del conejo y había un par de guantes sobre la mesa
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y cuando los iba a coger y marcharse vi un frasquito en la mesa
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Y naturalmente en la etiqueta ponía, bébeme
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Y Alicia bebió
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Bien, pues yo creo que también eso fue una suerte
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Porque si no hubiera bebido nada, no habría ocurrido toda esta aventura maravillosa que te voy a contar
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Ya vas conociendo también las aventuras de Alicia
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Que me apuesto a que te imaginas lo que ocurrió a continuación
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Y si no te lo imaginas, te lo contaré
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Creció y creció y creció
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Y en muy poco tiempo la habitación estaba llena de Alicia
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Exactamente igual que un tarro está lleno de mermelada
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Había Alicia hasta en el techo
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Y Alicia estaba en todos los rincones de la habitación
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La puerta abría hacia el interior
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Y naturalmente no había sitio para abrirla
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Y cuando el conejo se cansó de esperar
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Y vino él mismo a buscar sus guantes
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Naturalmente no pudo entrar
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¿Y qué crees que hizo entonces?
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Envió a la cartolina al tejado y le mandó a bajar por la chimenea
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Pero resulta que Alicia tenía un pie en el fuego
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Y cuando yo que vi, bajaba por la chimenea
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Le di una patada flojita
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Y Bill salió volando por los aires
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Pobrecito Bill, ¿no te da mucha pena?
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¿Qué susto debió pasar?
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Bueno, pues Alicia estuvo andando sin rumbo
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Y no sabía qué podía hacer para volver otra vez a su tamaño normal
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Naturalmente sabía que tendría que comer o beber algo
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Ya sabemos que ese era el sistema
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¿Lo recuerdas?
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Pero no se le ocurría qué hacer
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Sin embargo, pronto se encontró entre una gran seta
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Tan alta
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Que para ver la parte de arriba tuvo que ponerse de puntillas
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¿Y qué crees que dio?
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Una cosa con la que estoy seguro que tú no has hablado en toda tu vida
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Era una gran oruga
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¿Ves la nariz alargada y la barbilla de la oruga?
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Parece que son la barbilla y la nariz, ¿verdad?
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Pues en verdad son dos patas
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Ya sabes que las orugas tienen muchísimas patas
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Un poco más abajo podéis ver algunas más
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A las orugas debe parecerles una pesadez
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Tener que contar tantas patas todas las noches para comprobar
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que no han perdido ninguna. Y otra cosa pesadísima debe ser el tener que decidir qué pata les
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conviene mover primero. Yo creo que si tú tuvieras 40 o 50 patas y quisieras dar un
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paseo, tardarías tanto en decidir con qué pata o pie ibas a empezar que nunca darías
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el paseo. ¿Y de qué hablarían Alice y la Oruba? Bueno, Alice le explicó lo desconcertante
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que era eso de andar cambiando de tamaño. Y la oruga le preguntó si le gustaba el tamaño
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que tenía en ese momento. Y Alicia le respondió que le gustaría ser un poquitín más pequeña.
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Pues que tres metros es una estatura demasiado grande. Y la oruga le dijo que un lado de
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la seta le haría crecer y el otro le haría menguar. Así que Alicia cogió dos trozos
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de seta y dándoles mordisquitos consiguió ponerse de un tamaño bastante adecuado antes
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de ir a visitar a la duquesa. Alicia se quedó completamente sola, sola, sola. Pobre Alicia,
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ni una oruga, ni un gato, nada para hacerle compañía. Así que puedes creerme cuando
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te diga que se alegró muchísimo al ver al gato subido en una rama de un árbol. El gato
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tiene una sonrisa agradable, pero fíjate qué cantidad de dientes tiene. ¿No crees
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que Alicia está un poco tímida con él? Pues sí, un poquito. Pero claro, ya sabes,
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él no podía dejar de tener dientes y para dejar de sonreír habría tenido que estar
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de mal humor. De manera que teniendo todo en cuenta, Alicia lo prefería así. ¿Verdad
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que Alicia está muy formalita con la cabeza tan levantada y las manos atrás como si fuera
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recitarle una lección al gato. Alicia llamó al gatito. Gatito, ¿querrías decirme hacia
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dónde debo ir desde aquí? El gatito le dijo en qué dirección debía ir si quería
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visitar al sombrerero y en qué dirección ir para visitar al amigo. Los dos están un
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poco locos, le dijo el gato. Y a continuación el gato desapareció. Lo mismo que la llama
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de una vela cuando se apagó. De modo que Alicia se encaminó a visitar a nadie. Y por
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el camino se encontró otra vez con el gato. Y le dijo que no le gustaba verle aparecer
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y desaparecer tan deprisa. Así que esta vez el gato desapareció lentamente. Empezando
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por el rabo y terminando por la sonrisa. Eso sí que es raro, ¿no? Solo una sonrisa
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sin gato. ¿Queréis verlo? ¿Os acordáis de aquel jardín tan bonito que os hablé que
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estaba detrás de la puerta pequeñita? Alicia por fin había conseguido volverse pequeñita
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y pudo entrar por la puertecita. Yo supongo que estaría más o menos tan alta como un
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ratón encima de los patitas, así que ya comprendes que ese rosal es muy pequeño y
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esos jardineros también. ¡Qué hombrecitos tan curiosos! Pero ¿tú sabes qué son hombres?
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Yo creo que deben ser naipes vivientes, que tienen cabeza y brazos y piernas para parecer
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hombres. ¿Y qué estarán haciendo con esa pintura roja? Pues verás, esto es lo que
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ellos contaron a Alicia. La reina de corazones quería tener un rosal de rosas rojas precisamente
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en ese rincón. Y esos pobrecitos jardineros habían cometido un gran error y habían plantado
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un rosal de rosas blancas. Y estaban asustadísimos porque con toda seguridad la reina se iba
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a enfadar mucho y entonces ordenaría que les cortaran la cabeza a todos. Era una reina
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terriblemente feroz y siempre decía lo mismo cuando se enfadaba con alguien. ¡Que le corten
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la cabeza! Bueno, no se la cortaban de verdad porque nadie obedecía a la reina. Pero eso
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Eso es lo que ella decía siempre. Ahora, ¿puedes adivinar lo que pretenden hacer los hombrecitos calvineros? Están intentando pintar las rosas de color rojo y tienen muchísima prisa por dejarlas terminadas antes de que llegue la reina.
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De esa manera, tal vez la reina no se dé cuenta de que en un principio el rosal era blanco y entonces tal vez no les cortarían la cabeza a los hombrecitos.
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Como ves, haría cinco grandes rosas blancas en el rosal
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Menudo trabajo pintarlas todas de rojo
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Pero ya tienen terminadas tres y media
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Y si no perdieran el tiempo hablando
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Porque es que vamos, anda que no charlan
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Trabajad hombrecitos, ponedos a trabajar
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Que si no va a llegar la reina antes de que terminéis
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Y si encuentro una sola rosa blanca en ese rosal
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¿Sabéis lo que va a pasar?
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Sucederá que dirán
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¡No los corten la cabeza!
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¡Ay, hombrecitos, trabajad! ¡Venga, deprisa, deprisa!
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¡Que viene la reina! ¡Que la vemos al final!
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¿Está enfadadísima? ¡Ay, pobre Alicia!
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¡Ay, pobre Alicia!
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- Autor/es:
- PEAC ESTE 2020
- Subido por:
- Enriquecimientoeducativo
- Licencia:
- Dominio público
- Visualizaciones:
- 107
- Fecha:
- 14 de septiembre de 2020 - 12:35
- Visibilidad:
- Público
- Centro:
- C RECURSOS Programa de Enriquecimiento Educativo
- Duración:
- 22′ 18″
- Relación de aspecto:
- 1.78:1
- Resolución:
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