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Lectura compartida: La ovejita que vino a cenar - Contenido educativo
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Oye, ¿y a la ovejita?
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También.
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Ah, bueno, pues llamamos a la ovejita, venga.
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¡Ovejita!
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¡Ovejita!
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La ovejita que vino a cenar.
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Otra vez, sopa de verduras, se quejó el viejo lobo.
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Ojalá tuviera una ovejita, me prepararía un buen estofado, mi comida favorita.
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Así que justo entonces
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Ovejita
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Ovejita
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Puedo pasar
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Sí, querida, pasa
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Llegas justo a tiempo
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Respondió el lobo en tono guasón
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La ovejita
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Tiritaba de frío
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¡Qué frío!
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¡Santos cielos!
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¡Santos cielos!
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No puedo comerme una abejita que está tan helada
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Pero si odio la comida fría
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Así que la puso cerquita de la chimenea
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Para ver si entraba en calor la abejita
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Y el viejo lobo mientras tanto
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Se puso a buscar recetas de cocina
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Buscando recetitas de cocina
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¡Santos cielos!
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La abejita también tenía hambre
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Y le sonaban las tripas
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¡Santo miedo!
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¡No puedo comerme una ovejita que le suenan las tripas!
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Podría tener una indigestión.
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Y le dio una zanahoria para que se la comiera y dijo, bueno, pues será el relleno.
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¿Y la ovejita qué hizo?
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Se la zampó tan rápido, tan rápido, que le dio hipo.
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¡Santo cielo! pensó el lobo.
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No puedo comerme una ovejita que tiene hipo.
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Podría darme hipo a mí también.
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Pero el lobo no sabía qué hacer para que se le pasara el hipo.
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Así que probó y lo intentó lanzando a la ovejita por los aires.
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Y la ovejita
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Así que probó sujetándola por los pies y zarandeándola
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Y la ovejita
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Así que le hizo dar vueltas
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Pero la ovejita, ¿qué?
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La ovejita, ¿cómo seguía?
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Nada
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Que no funcionaba nada, chicos
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Nada
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Así que el viejo lobo
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Puso la ovejita sobre su hombro
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Y le dio unas palmaditas en la espalda
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Así
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La ovejita dejó de tener hipo
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Se apurrucó
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Bajo el pelo del viejo
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Lobo
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Así
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Y se quedó dormida
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Y al instante se durmió en sus brazos
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Así
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Así. Así, así. El viejo lobo tenía una sensación extraña. Era la primera vez que Susana lo abrazaba. Y de pronto perdió el apetito. La abejita estaba roncando dulcemente.
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A ver cómo roncas. Así, así.
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¡Santo cielo! Susurró el lobo.
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No puedo comerme una ovejita que no roncaba.
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No puedo comerme una ovejita que roncaba.
00:04:10
No puedo.
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Así que el viejo lobo se sentó en un balancín junto a la chimenea.
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Y menea con la tierna ovejita entre sus brazos, a puntito de zampársela, así, así, la ovejita se despertó y ¡Muah!
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Y la dio un beso, y la dio un beso, un beso como un dulce de amor.
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¡Noooo!
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¡Pensadlo, no es justo!
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¡No!
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Soy un lobo
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grande y malo
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y tú eres un
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estofado
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¿Qué es la comida?
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¡Favorita de la ovejita!
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Y ahora del lobo también
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porque se han hecho amigos
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y colorín colorado
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este cuento se ha acabado
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y colorín colorete
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chimenea se escapa un cohete. Oye, ¿qué ocurre en este cuento? ¿Qué les pasa? La ovejita
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iba a cenar. Se la quería comer, pero es que los lobos, ¿qué comen? Carne fresca.
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- Idioma/s:
- Autor/es:
- Calira Jiménez
- Subido por:
- Calira J.
- Licencia:
- Reconocimiento - Compartir igual
- Visualizaciones:
- 140
- Fecha:
- 3 de mayo de 2021 - 15:25
- Visibilidad:
- Público
- Centro:
- CP EE SANTIAGO RAMÓN Y CAJAL
- Duración:
- 05′ 37″
- Relación de aspecto:
- 1.78:1
- Resolución:
- 1280x720 píxeles
- Tamaño:
- 169.97 MBytes
