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El Principito- Cuarta parte cap 10-12

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Subido el 22 de abril de 2020 por Laura G.

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Se encontraba en la región de los asteroides 325, 326, 327, 328, 329 y 330. 00:00:03
Decidió visitarlos. 00:00:13
El primero estaba ocupado por un rey sentado en un majestuoso trono. 00:00:14
—¡Ah! —exclamó el rey—, aquí tenemos un súbdito. 00:00:18
—¿Cómo es posible que me reconozca? —se preguntó el principito. 00:00:22
Ignoraba que para los reyes todos son súbditos. 00:00:26
—Aproxímate, para que pueda verte mejor —le dijo el rey, 00:00:29
sintiéndose orgulloso del ser el rey de alguien. El principito buscó dónde sentarse, pero el 00:00:33
planeta era tan pequeño que no cabía. Se quedó de pie, pero como estaba cansado, bostezó. 00:00:39
La etiqueta no permite bostezar en presencia del rey, le dijo el monarca. Te lo prohíbo. 00:00:48
No he podido evitarlo, respondió el principito muy confuso. He hecho un viaje muy muy largo y 00:00:54
apenas he dormido. Entonces, le dijo el rey, te ordeno que bosteces. Hace años que no veo bostezar 00:00:59
a nadie. Los bostezos son para mí algo curioso. Vamos, bosteza otra vez, te lo ordeno. Me da 00:01:05
vergüenza, ya no tengo ganas. Bueno, te ordeno tan pronto que bosteces que no bosteces. Tartamudeaba 00:01:11
un poco y parecía viejado, pues el rey daba gran importancia que su autoridad fuese respetada. Era 00:01:18
un monarca absoluto, pero como era muy bueno, daba siempre órdenes razonables. —Si yo ordenara —le 00:01:25
decía frecuentemente—, si yo ordenara a un general que se transformara en ave marina y el general no 00:01:31
me obedeciese, la culpa no sería del general, sino mía. —¿Puedo sentarme? —preguntó tímidamente 00:01:36
el principito. —Te ordeno sentarte —le respondió el rey, recogiendo majestuosamente un faldón de su 00:01:42
manto de armiño. El principito estaba sorprendido. Aquel planeta era tan pequeño que no se explicaba 00:01:51
sobre quién podía reinar el rey. Señor, le dijo, perdone si le pregunto. Te ordeno que me preguntes, 00:01:57
se apresura a decir al rey. Señor, ¿sobre qué ejerce su poder? Sobre todo, contestó el rey con 00:02:03
gran ingenuidad. ¿Sobre todo? El rey con un gesto sencillo, señaló su planeta, los otros planetas 00:02:09
y las estrellas. ¿Sobre todo eso? Volvió a preguntar el principito. Sobre todo eso, respondió 00:02:15
el rey. No era solo un monarca absoluto, era además un monarca universal. ¿Y las estrellas 00:02:21
le obedecen? Naturalmente, le dijo el rey, y obedecen enseguida, pues yo no tolero la 00:02:26
indisciplina. Un poder tal maravilló al principito. Si él lo hubiera detentado, habría podido 00:02:32
asistir no a cuarenta y cuatro, sino a setenta y dos, o a una cien, o a una doscientas puestas 00:02:43
de sol en el mismo día, sin necesidad de mover jamás la silla. Y como se sentía un poco triste 00:02:49
por el recuerdo de su pequeño planeta abandonado, se atrevió a solicitar una gracia al rey. 00:02:55
—¡Quisiera ver una puesta de sol! ¡Dame el gusto! ¡Ordena el sol que se ponga! 00:03:02
Si ordena un general que vuele de flor en flor como una mariposa, o que escriba una tragedia, 00:03:08
o que se transforme en ave marina, y el general no ejecuta la orden recibida, 00:03:13
—¿Quién, él o yo, estaría en falta? —Vos —dijo firmemente el principito. —Exacto, hay que exigir a cada uno lo que cada uno puede hacer —replicó el rey. —La autoridad reposa, en primer término, sobre la razón. Si ordenas a tu pueblo que vaya a arrojarse al mar, hará una revolución. Tengo derecho a exigir obediencia porque mis órdenes son razonables. 00:03:19
—¿Y mi puesta de sol? —respondió el principito, que jamás olvidaba una pregunta una vez que la había formulado. —Tendrás tu puesta de sol, lo exigiré, pero esperaré, con mi ciencia de gobernante, a que las condiciones sean favorables. —¿Y esto cuándo sucederá? —indagó el principito. 00:03:45
—¡Ahem! —le respondió el rey, que consultó antes un grueso calendario. —Será a las... a las... será esta noche, a las siete y cuarenta en punto, y verás cómo soy obedecido. 00:04:05
El principito bostezó. Lamentaba la pérdida de su puesta de sol. 00:04:21
Y como ya se aburría un poco, no tengo nada más que hacer aquí, dijo al rey. Voy a partir. 00:04:28
No partas, respondió el rey, que estaba muy orgulloso de tener un súbdito. 00:04:36
No partas, te hago ministro. 00:04:41
¿Ministro de qué? 00:04:43
De... de justicia. 00:04:45
Pero no hay a quién juzgar. 00:04:48
No se sabe, le dijo el rey. Todavía no he visitado mi reino. Soy muy viejo, no tengo lugar para una carroza y me fatiga a caminar. 00:04:50
Oh, pero yo ya lo he visto, dijo el principito, que se asomó para echar la otra mirada hacia el lado opuesto del planeta. 00:05:00
No hay nadie allí. Tampoco. 00:05:08
Te juzgarás a ti mismo, le respondió el rey. Es lo más difícil, es mucho más difícil juzgarse a uno mismo que a los demás. 00:05:11
Si logras juzgarte bien a ti mismo, eres un verdadero sabio 00:05:19
Yo, dijo el principito 00:05:23
Yo puedo juzgarme a mí mismo en cualquier parte 00:05:25
No tengo necesidad de vivir aquí 00:05:29
Dijo el rey 00:05:30
Creo que en algún lugar del planeta hay una vieja rata 00:05:33
La oigo por la noche 00:05:37
Podrás juzgar a la vieja rata 00:05:39
La condenarás a muerte de vez en cuando 00:05:41
Así su vida dependerá de tu justicia 00:05:43
Pero la indultarás cada vez para conservarla 00:05:46
no hay más que una. A mí no me gusta condenar a muerte, respondió el principito, y creo que me 00:05:49
voy. No, dijo el rey. Pero el principito, habiendo concluido sus preparativos, no quiso afligir al 00:05:56
viejo monarca. Si vuestra majestad desea ser obedecido puntualmente, podría darme una orden 00:06:03
razonable. Podría ordenarme, por ejemplo, que parta antes de un minuto. Me parece que las 00:06:09
condiciones son favorables. Como el rey no respondía a nada, el principito vaciló un momento 00:06:16
y luego, con un suspiro, emprendió la partida. —¡Te hago embajador! —se apresuró entonces a 00:06:23
gritar el rey. Tenía un aire muy autoritario. —Las personas grandes son bien extrañas —dijo 00:06:30
a sí mismo el principito durante el viaje. El segundo planeta estaba habitado por un 00:06:36
vanidoso. Ah, ah, un admirador viene a visitarme, gritó el vanidoso al divisar a lo lejos al 00:06:44
principito. Para los vanidosos todos los demás hombres son admiradores. Buenos días, dijo el 00:06:50
principito. Qué sombrero tan raro tiene. Es para saludar a los que aclaman, respondió el vanidoso. 00:06:56
Desgraciadamente nunca pasa nadie por aquí. Ah, sí, preguntó sin comprender el principito. Golpea 00:07:02
tus manos, una contra otra, le aconsejó el vanidoso. El principito aplaudió. El vanidoso 00:07:08
le saludó modestamente levantando el sombrero. Esto parece más divertido que la visita al 00:07:14
rey, le dijo para sí el principito, que continuó aplaudiendo mientras el vanidoso volvía a 00:07:18
saludarle quitándose el sombrero. A los cinco minutos, el principito se cansó con la monotonía 00:07:23
de aquel juego. ¿Qué hay que hacer para que el sombrero se caiga? preguntó el principito. 00:07:28
Pero el vanidoso no le oyó. Los vanidosos solo oyen las garabantas. ¿Tú me admiras 00:07:34
mucho, ¿verdad? preguntó el vanidoso al principito. ¿Qué significa admirar? Admirar 00:07:38
significa reconocer que yo soy el hombre más bello, el mejor vestido, el más rico y el 00:07:44
más inteligente del planeta. Si tú estás solo en tu planeta, admírse a favor, admírame 00:07:49
de todas maneras. Bueno, te admiro, dijo el principito encogiéndose de hondos, pero 00:07:54
¿para qué te sirve? Y el principito se marchó. Decididamente las personas mayores son muy 00:07:59
extrañas, le decía para sí el principito durante su viaje. El tercer planeta estaba habitado por un 00:08:04
bebedor. Fue una visita muy corta, pues hundió al principito en una gran melancolía. ¿Qué haces ahí? 00:08:13
preguntó al bebedor que estaba sentado en silencio ante un sinnúmero de botellas vacías y otras 00:08:20
tantas botellas llenas. Bebo, respondió el bebedor con tono lúgubre. ¿Por qué bebes? Volvió a 00:08:27
preguntar el principito. Para olvidar. ¿Para olvidar qué? Inquirió el principito ya conmovido. Para 00:08:35
olvidar que siento vergüenza, confesó el bebedor bajando la cabeza. ¿Vergüenza de qué? Se informó 00:08:45
el principito deseoso de ayudarle vergüenza de beber concluyó el bebedor que se encerró nueva 00:08:52
y definitivamente en el silencio y el principito perplejo se marchó no hay la menor duda de que 00:09:01
las personas mayores son muy extrañas seguía diciéndose para sí el principito durante su viaje 00:09:09
Subido por:
Laura G.
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Fecha:
22 de abril de 2020 - 13:52
Visibilidad:
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Centro:
CP INF-PRI CLARA CAMPOAMOR
Duración:
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