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¿Cuál será la verdadera liebre de primavera?
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Videos de cuentos
Colorín colorado, este cuento va a empezar.
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La liebre de primavera.
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Érase una vez una familia de liebres, el papá, la mamá y siete liebrecitas.
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Debían de decidir cuál ese año sería la verdadera liebre de primavera.
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Por eso el papá llamó primero a la mayor de ellas.
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Atenta, escucha bien.
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Debes de elegir un huevo de esta cesta y llevarlo al jardín de los niños.
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La mayor de las liebres eligió el huevo de color rosa.
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Fue andando por el bosque, cruzó el río, por el puente de madera y al llegar a la pradera encontró la casa de los niños.
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Pero la puerta estaba cerrada, así que tuvo que dar un gran brinco.
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Con tan mala suerte que el huevo se le cayó y se le rompió.
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Cuando llegó a casa, papá y mamá le dijeron que ella no podía ser ese año la verdadera liebre de primavera.
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Llamaron a la segunda liebre y ésta eligió un huevo de color plata.
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Iba caminando por el bosque cuando de repente oyó grandar una hurraca.
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—Liebrecita, liebrecita, ¿me cambias tu huevo de plata por una moneda dorada?
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No le dio tiempo a contestar a la liebre cuando de repente la hurraca le cogió el huevo y se lo llevó a su nido.
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Esa tampoco podía ser ese año la verdadera liebre de primavera.
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Llegó el turno de la tercera liebre, y ésta eligió el huevo de chocolate.
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Siguió el mismo camino que sus hermanas, y caminando, caminando, de repente se le cruzó
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una ardilla con unos ojos grandes, grandes y oscuros.
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—Liebrecita, liebrecita, ¿a qué sabe tu huevo?
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Pues no lo sé, no lo he probado porque se lo llevo a los niños.
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¿Me dejas probarlo un poquito? Ellos no se van a dar cuenta.
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Bueno, venga.
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Total que la liebre y la ardilla se pusieron a chupar, a chupar el huevo de chocolate hasta que se lo comieron.
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Cuando volvió a casa, sus papás le dijeron que ella tampoco ese año podía ser la verdadera liebre de primavera.
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Le tocó el turno a la cuarta hermana.
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Esta eligió un huevo con manchas de colores.
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Siguió el camino de sus hermanas, pero justo cuando llegó al río,
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se acercó y vio su cara reflejada.
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Tanto, tanto, tanto se inclinó, que el huevo se le cayó y la corriente se lo llevó.
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Tampoco ella podía ser ese año la verdadera liebre de primavera.
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Entonces llegó el turno de la quinta, que eligió el huevo amarillo.
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Siguió andando por el bosque y ya justo cuando llegaba a la pradera, de repente se le acercó un zorro.
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—Liebrecita, liebrecita, qué huevo más bonito llevas. ¿Podrías venir a mi casa para que jugaran mis niños?
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La liebre se fue con el zorro y le dejó el huevo a sus hijos.
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Eran tan cachorros y tan pequeños que jugando, sin darse cuenta, rodó por las rocas.
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El huevo cayó y el huevo se rompió.
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Esta tampoco podía ser la verdadera liebre de primavera.
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Llegó el turno de la sexta liebre y esta eligió el huevo de color azul.
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Caminando por el bosque, cruzó el río y llegó a la pradera.
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Y justo cuando llegaba al jardín de la casa de los niños, se le cruzó otra liebre.
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Empezaron a pelear y al final el huevo azul se rompió.
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Al llegar a casa, sus papás le dijeron que tampoco ella podía ser ese año la verdadera liebre de primavera.
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Así que llegó el turno de la más pequeñita, que escogió el huevo que quedaba, el de color rojo.
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Ella se fue tan contenta, empezó a andar por el bosque.
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Y primero se encontró con la liebre, pero casi no la hizo ni caso y se marchó corriendo.
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Atravesó el río y apareció la ardilla, pero no le hizo mucho caso.
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También se encontró con el zorro y con los cachorros, pero le dijo,
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¡Dejarme, dejarme, que tengo mucha prisa!
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Atravesó el puente, llegó a la pradera, llegó a la casa de los niños,
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pero la puerta estaba cerrada, así que tuvo que dar un brinco,
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pero no lo dio ni muy grande ni muy chico, así que consiguió meter el huevo en la cesta.
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Cuando llegó a casa, su papá y su mamá la felicitaron porque le dijeron que ella era la verdadera liebre de primavera.
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Y colorín colorado, este cuento se ha acabado.
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Espero que os haya gustado.
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Y antes de despedirme, quiero agradecer a mi amigo Iker, que me ha pintado todos estos huevos para que yo os pudiera contar el cuento.
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Así que muchas gracias Iker, y para vosotros chicos, un beso y hasta otro día.
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- Autor/es:
- CEIPS Santo Ángel de la Guarda
- Subido por:
- Cp santoangeldelaguarda chapineria
- Licencia:
- Dominio público
- Visualizaciones:
- 83
- Fecha:
- 14 de mayo de 2020 - 20:45
- Visibilidad:
- Público
- Centro:
- CP INF-PRI-SEC SANTO ANGEL DE LA GUARDA
- Duración:
- 05′ 06″
- Relación de aspecto:
- 1.82:1
- Resolución:
- 640x352 píxeles
- Tamaño:
- 47.68 MBytes