El increíble niño comelibros - Contenido educativo
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¡Uy! Me habéis pillado despistada. ¿Sabéis qué? Es que me estaba probando, porque se acercan las vacaciones, se acaba el cole, y me estaba probando a ver cómo me quedaba el bañador, las gafas de sol, el pañuelo de ir a la piscina, a ver si un día de estos podemos ir a la piscina, aunque sea un ratito.
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y me habéis pillado un poco despistada
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porque es que a mí algo que me gusta mucho, mucho, mucho
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cuando llegan las vacaciones es leer
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no me da tiempo a leer el resto del año
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porque estoy corrigiendo vuestros deberes
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los libros, los exámenes
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buscando fichas chulas
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y no me da tiempo
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entonces cuando llegan las vacaciones
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lo que me gusta mucho, mucho
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es salir de la piscina, echarme un poco de crema para no quemarme, buscar un árbol
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que dé sombra y coger un libro y ponerme a leer. Leo tanto en vacaciones que a veces
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empiezo un libro y aunque sea muy gordo me lo leo muy rápido y tengo que ir corriendo
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a comprar otro. Mis amigos dicen que parece que me como los libros, de lo rápido que
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los leo. Y hoy os voy a leer el cuento de un niño que también comía libros. Vamos
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a ver qué os parece, ¿vale? El libro se llama El increíble niño come libros. Y para
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poder leer bien, pues me voy a quitar ya un poco las gafas de sol, ¿vale? Voy a dejar
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el libro, la crema, porque de momento no estoy en la piscina, estoy en mi casa y aquí pues
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no me quemo. A Enrique le encantaban los libros, pero no como a ti o a mí, no, no. Le gustaban
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de otra manera. A Enrique le gustaba comérselos. Todo empezó por error, una tarde en la que
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estaba un poquito distraído. Al principio tenía muchas dudas y solo se comió una palabrita
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Por probar, a ver si estaba bueno
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Luego, lo intentó con una frase entera
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Después, se comió una página entera
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Y sí, definitivamente le gustó
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Para el miércoles, Enrique ya se había comido todo un libro entero
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Y para el final de ese mes, podía comerse del tirón sin parar en un día un libro entero
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Le encantaba comer toda clase de libros, novelas, diccionarios, libros de broma, de historia, hasta libros de mate.
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Pero sin ninguna duda, los que eran de color rojo eran sus libros favoritos
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Y los devoraba a un ritmo increíble, de lo rápido que se los comía
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Pero lo mejor, lo mejor era que mientras más libros comía, más listo se hacía
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El libro entra por la boca. La información de las páginas del libro llega al cerebro y las páginas, ya sin la información, se quedan en la barriga.
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Una vez se comió un libro sobre pececitos y en el momento supo lo que le tenía que dar de comer a su pececito Ginger.
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En muy poco tiempo, pudo resolver el crucigrama que su papá estaba haciendo en el periódico.
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Y hasta era más listo que los profes de su cole.
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A Enrique le gustaba ser listo.
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Creía que si seguía así, comiendo libros y quedándose en el cerebro con toda la información
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Podría llegar a ser la persona más lista del mundo y ganarse un premio
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Así que siguió comiendo libros
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Y se fue haciendo más listo
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Y más listo
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Y más listo
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Algo pasó de comerse un libro entero a comerse dos o tres de un solo golpe.
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Libros sobre cualquier cosa.
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No era melindroso porque es que quería saber de todo.
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Pero las cosas empezaron a ponerse un poquito complicadas.
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Más bien empezaron a ponerse muy, muy mal.
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Enrique comía demasiado y demasiado rápido y empezó, mira, qué pesadilla, soñó que le comía un libro a él, empezó a sentirse un poquito enfermo.
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Él cogía el libro, lo mordía, lo masticaba, lo masticaba muy bien, lo tragaba y empezaba a pasarle algo que antes no le pasaba.
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Empezaba a encontrarse mal, se ponía verde, más verde, verdísimo y al final tenía que ir al baño.
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Pero eso no era lo peor
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Lo peor era
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Que como comía tan rápido
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Y tantos libros
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No le daba tiempo a hacer bien la digestión
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Y todo lo que había aprendido
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Empezó a hacerse un lío en la cabeza
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Ya no sabía
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Se le juntaban las respuestas de una cosa para otra
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Y cuando alguien le preguntaba una suma
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Le decía
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A ver Enrique, dos más seis
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Pues a él de repente le salía
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¡Elefante! Porque tenía todo ahí hecho un lío.
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Así que empezó a sentir vergüenza porque le salían cosas que no tenían mucho sentido
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y decidió que iba a intentar no abrir mucho la boca.
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Así que en el cole cuando los profes preguntaban algo y sus compañeros levantaban la mano,
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Pues Enrique intentaba pasar desapercibido y no decir nada
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Así que de repente Enrique ya no parecía tan listo
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Más de uno le aconsejó que dejase de comer libros
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No más libros, le dijo el director
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ya no podrás aguantar más información en la cabeza
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y ya no podrás aguantar más páginas de papel dentro de la tripa
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le decía el médico
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y además si te los comes
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nadie más podrá leerlos
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y nadie más podrá disfrutar de lo que pone en el libro
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y nadie más podrá aprender las cosas que hay dentro del libro
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Así que todo el mundo le aconsejó que dejase de comérselos
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Así que les hizo el caso y dejó de comer libros
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Pero estaba un poco triste ahí en su habitación porque
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¿Y ahora qué iba a hacer?
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Si él pasaba mucho de su tiempo comiendo libros y ahora ya no se los comía
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¿Qué iba a hacer ahora?
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Pero así, como sin querer, sin darse cuenta, Enrique cogió del suelo de su habitación un libro que estaba a medio comer, tenía algún que otro mordisquito.
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Pero en lugar de seguir mordiéndolo, porque había prometido que no se iba a comer más libros, lo abrió y empezó a leer.
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Y así, Enrique descubrió que le gustaba mucho leer y que si leía bastante, todavía podría llegar a ser la persona más lista del mundo.
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Aunque de esta manera, leyendo, pues iba a tardar un poquito más de tiempo que comiendo libros.
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Pero es que la manera de hacerlo era así, leyendo.
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Ahora, Enrique siempre estaba leyendo
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Aunque de vez en cuando se le escapaba un mordisquito
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Y colorín colorado, este cuento se ha acabado
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Y colorín colorete, por la chimenea sale un cohete
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Bueno, espero que al igual que Enrique, igual que yo
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A vosotros también os gusta estas vacaciones leer libros
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Leer libros no sirve solo para aprender un montón de cosas
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Y para aprender a leer cada vez mejor, más rápido
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Entendiendo mejor lo que leo
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No, no
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También sirve para divertirnos
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Para entretenernos
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Para aprender a hacer cosas
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Aprender a hacer manualidades
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Aprender a hacer una tarta
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y sirve para viajar, para viajar con la imaginación.
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Yo, sin querer, cuando estoy leyendo un libro, mi cabeza se está imaginando
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cómo será ese castillo del libro, o cómo será esa playa, o cómo será ese país.
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Así que sin querer, mi imaginación está viajando.
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Así que os deseo que en estas vacaciones vuestra imaginación viaje mucho gracias a los libros.
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Un beso.
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- Idioma/s:
- Autor/es:
- Mónica Pinilla Jiménez
- Subido por:
- Monica P.
- Licencia:
- Todos los derechos reservados
- Visualizaciones:
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- Fecha:
- 10 de septiembre de 2023 - 11:29
- Visibilidad:
- Clave
- Centro:
- CP INF-PRI MIGUEL DELIBES
- Duración:
- 16′ 02″
- Relación de aspecto:
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