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Comentario texto de Descartes - Contenido educativo
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Hola de nuevo. Este vídeo tiene la intención de ayudaros a hacer el primer ejercicio sobre el texto, en este caso, de Descartes.
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Bien, pues vamos a explicar un poquito este texto que se os propone, de unas diez páginas,
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y que corresponde a la tercera meditación de las meditaciones metafísicas de Descartes.
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Es decir, en este caso Descartes va a reflexionar sobre, como indica el título, sobre si existe Dios, la existencia de Dios.
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Y en esta tercera meditación, bueno, pues parte de la duda metódica, si queréis empezamos leyendo un poquito porque es muy famoso este fragmento.
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Dice así Descartes, cerraré ahora los ojos, me taparé los oídos, suspenderé mis sentidos, hasta borraré de mi pensamiento toda imagen de las cosas corpóreas, o al menos, como eso es casi imposible, las reputaré vanas y falsas.
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De este modo, en coloquio solo conmigo y examinando mis adentros, procuraré ir conociéndome mejor y hacerme más familiar a mí propio.
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Soy una cosa que piensa, es decir, que duda, afirma, niega, conoce unas pocas cosas, ignora otras muchas, ama, odia, quiere, no quiere y que también imagina y siente, pues, como he observado más arriba, aunque lo que siento e imagino acaso no sea nada fuera de mí y en sí mismo, con todo estoy seguro de que esos modos de pensar residen y se hallan en mí sin duda.
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Y con lo poco que acabo de decir, creo haber enumerado todo lo que sé de cierto, y al menos todo lo que he advertido saber hasta aquí.
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Bueno, como veis, en este texto está planteando un resumen de las meditaciones anteriores, la primera y la segunda,
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en donde sigue aplicando la famosa duda metódica, es decir, una duda radical que tiene como objetivo descubrir qué conozco de manera evidente,
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¿Qué ideas tengo en mi mente que sean claras y distintas? Y como vemos en este texto que acabo de leer, en este fragmento,
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lo único que hay de cierto es que existe una sustancia que piensa, el famoso cogito, el arres cogitans, ¿no?
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Entonces se plantea un problema, el problema siguiente es que ¿cómo es posible salir de uno mismo?
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¿Cómo puedo yo conocer algo exterior a mi existencia? Esto es lo que se denomina el problema del solipsismo, ¿vale? Entonces, para salir de este problema grave del idealismo, es decir, yo solo tengo acceso a mis ideas y estas ideas muy probablemente pueden ser creadas por mí,
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es decir, el mundo que yo veo a lo mejor ni siquiera existe, todo es una creación mía mental, lleva a este problema, el problema del solipsismo, que se sostiene sobre todo en la hipótesis del genio maligno.
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Es decir, puede ser, cabe la posibilidad de que exista un dios malvado, un genio maligno que me esté engañando constantemente, inclusive en mis razonamientos.
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Por lo tanto, ni siquiera las matemáticas podrían ser unas ciencias fiables, ni mucho menos la física, cualquier ciencia natural.
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Entonces, para eliminar esta hipótesis, la hipótesis del genio maligno, Descartes ve necesario o imprescindible la demostración de la existencia de Dios, de un Dios perfecto y por lo tanto bueno.
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Si es bueno, no me puede engañar. Bueno, pues esto es el texto. La tercera meditación lo que consiste es en demostrar la existencia de Dios, de un Dios bueno, lo cual elimina la hipótesis del genio maligno y, por lo tanto, con ello solventamos o superamos el problema del solipsismo, ¿vale?
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Y de esta manera, pues la ciencia o el conocimiento quedará fundamentado, ¿vale? Entonces, ¿cómo considera o cómo plantea él Descartes la existencia de Dios, ¿vale?
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Bien, bueno, pues la idea de Dios la analiza, pues primero clasificando, es una demostración a partir de las ideas, clasifica las ideas que encontramos en la mente, entre otras cosas porque no conocemos nada exterior a nosotros, así que esta es una vía, pues muy parecida a la de San Agustín, una vía a priori, ¿no?, de la existencia de Dios.
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Entonces, encontramos que la idea de Dios ni es una idea adventicia que yo pudiera captar del exterior a mí, ni es una idea facticia creada por mí, puesto que yo soy un ser finito y yo no he podido crear una idea perfecta, ¿no?
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Como es la idea de Dios, Dios como ser infinito y perfecto, y por lo tanto tiene que ser una idea innata.
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Esto es así porque según Descartes, la idea de Dios no puede originarse por un ser finito como él.
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Algo más perfecto debe haberla causado. ¿Quién ha causado la idea de Dios? Algo más perfecto que la propia idea.
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Lo cual conduce a la conclusión de que Dios existe, Dios ha sido aquel ser que ha introducido la idea de infinitud y perfección en mi mente, ¿vale?
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Luego existe, luego plantea otra demostración de Dios, que es a través de la causa, a través del principio de causalidad.
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En este sentido, se asemeja, de alguna manera, a la vía de Santo Tomás, ¿no? Aplicando la vía de causalidad. Entonces, el principio de causalidad, según lo entiende Descartes, toda causa debe contener al menos tanta realidad como su efecto, ¿vale?
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Entonces, la idea de un ser perfecto, es decir, la idea de Dios, no puede provenir de una causa imperfecta. Es un poquito la misma idea que ante Dios, ¿no? Entonces, un ser, la idea perfecta tiene que provenir de un ser perfecto.
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entonces por otro lado como yo soy un ser finito porque sé que soy un ser finito porque soy un ser
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que duda no que sabe y la duda es peor que el conocimiento entonces yo como no sé simplemente
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dudo soy un ser imperfecto entonces como ser finito descartes concluye que su existencia y
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la de todo lo que conoce depende de un ser perfecto que lo conserva en cada momento vale
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Entonces, en tanto que ser infinito no puedo ser yo mismo la causa de mí mismo, entonces tiene que existir un ser perfecto, tiene que ser un ser perfecto que garantice mi existencia, un ser eterno e infinito.
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Y entonces Descartes, por lo tanto, si Dios existe como hemos llegado, es un ser perfecto y bueno, no puede ser, como os he contado, un ser engañador.
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Lo que refuerza esto es que todos mis razonamientos y todos mis conceptos, mis percepciones que sean claras y distintas deben tomarse como verdaderos.
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¿Cuáles son las percepciones que son claras y distintas? Pues las percepciones que se puedan mesurar, medir, es decir, todas las percepciones sobre el movimiento y la forma o volumen de los objetos.
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De tal manera que, tras demostrar Descartes la res infinita, es decir, Dios, eso me garantiza que existe un mundo, una res extensa, un mundo, y que yo capto por mis percepciones y mis mediciones.
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Y esas mediciones no son falsas porque Dios me ha hecho bien, ya que no es un Dios engañador, sino que es un Dios perfecto y, por lo tanto, bueno.
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De tal manera que la demostración de Dios nos va a permitir superar el problema del solipsismo.
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Bueno, espero que con estas pequeñas nociones sobre el texto, que os invito a que lo leáis entero, pero insisto, va sobre todo sobre las argumentaciones sobre la existencia de Dios,
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¿Vale? Os sirva para entender el texto y poder hacer esta primera pregunta. ¿Con quién podríais vosotros comparar las reflexiones de Descartes sobre la demostración de Dios?
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Pues sobre todo lo podéis comparar con San Agustín, porque es una demostración muy paralela a través de las ideas innatas, y también con Santo Tomás, puesto que también utiliza el principio de causalidad no de la misma manera que él, partiendo de las observaciones del mundo.
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Y yo que sé, como hay seres contingentes o hay seres que se mueven, tiene que haber una causa de esos seres contingentes o una causa del movimiento, una primera motor. Por lo tanto, Dios existe. En este caso sería, pues, en tanto que yo existo como res cogintans, como alma y como me percibo como imperfecto, tiene que existir un ser perfecto que sea causa de mi existencia.
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De esta manera es muy parecida a la demostración a partir del principio de causa de Santo Tomás, ¿vale?
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Bueno, pues espero que os sea de ayuda.
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- Materias:
- Filosofía
- Etiquetas:
- Historia Moderna
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- Gabriel A.
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- 13 de diciembre de 2024 - 13:57
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