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Comentario del soneto XXIII de Garcilaso - “En tanto que de rosa y azucena…”i - Contenido educativo
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Comentario literario de un soneto en que se condensan los temas y rasgos principales de la lírica renacentista (temas, tópicos y figuras retóricas).
Saludos a todos y a todas, aquí os traigo este análisis que voy a intentar que no se haga
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demasiado largo, den tanto que de rosa y de azucena. Vamos a intentar que con este análisis
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resulte mucho más clara la lectura del soneto y no solo eso, sino la comprensión en general
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de las líneas generales de lo que es la estética renacentista.
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Bien, vamos a empezar por el primer cuarteto, ya sabéis que se compone de dos cuartetos
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y después dos tercetos. En los cuartetos, generalmente los sonetos nos van a introducir
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el tema y nos van a desarrollar ese tema. Y luego en los tercetos se le va a dar la
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vuelta de alguna manera o se va a realizar una síntesis, se va a hacer algo con esa
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información anterior, algo que proporcionase un final un poco explosivo.
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Entonces aquí nos encontramos con que estos dos primeros cuartetos van a comenzar nada
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más y nada menos que con subordinadas adverbiales temporales. Mientras. Entonces nos van a
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generar una tensión. Mientras pasa esto, mientras pasa esto otro, hasta que lleguemos
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a este coged, que va a ser como el epicentro de todo el poema. Entonces nos van a mantener
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a la espera todo ese tiempo con subordinadas adverbiales temporales, que es como si fueran
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un complemento circunstancial de tiempos o que tienen verbos dentro. Esto realza la
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idea del tempus fugit, esto que hemos dicho de que el tiempo se escapa. Esta alusión
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directa al tiempo en una subordinada adverbial temporal nos remite a esa idea. Y después
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es el coged que nos llevará al Carpe Diem, como ahora veremos. Entonces dice, en tanto
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que de rosa y de azucena se muestra la color en vuestro gesto, y que vuestro mirar ardiente,
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honesto, con clara luz la tempestad serena. Aquí tenemos una idea de clara ascendencia
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neoplatónica, esta importancia que se concede a la mirada, el mirar, es algo muy neoplatónico,
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esa importancia de los ojos, y luego la clara luz, esa luz que representa la divinidad,
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que representa por tanto también a la amada, esa identificación que decimos entre la
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amada y la divinidad, la naturaleza, y esa tempestad que se serena, que no es otra cosa
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que el alma del poeta. Es una metáfora, una vez más, esto está llenito de metáforas,
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y fijaos aquí estos elementos como se van cruzando. Rosa, la pasión, el rojo, el color
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intenso, la azucena, el blanco, la pureza. Acordaos de cómo se equipara la amada con
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Dios y Dios con la bondad suprema y con la belleza suprema, todo ello en uno. Pues aquí
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tenemos esa bondad suprema representada por la azucena, esa belleza suprema representada
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por la rosa, además las flores van a ser un tópico favorito de esta época, y luego
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también en el barroco, porque representan la belleza, pero además la belleza que se
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nos escapa entre las manos con el tiempo, el carpe diem. Este tópico que no nos vamos
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a quitar de encima nunca, es uno de los más importantes en toda la historia de la literatura
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y lo tenemos que tener bien localizado. Vale, entonces tenemos rosa y azucena, ardiente
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y honesto, otra vez el mismo juego de opuestos que se equilibran mutuamente. La tempestad
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serena, esto es un verbo, serena la tempestad, pero funciona de la misma manera. Este serena,
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la azucena honesta, serena, la rosa ardiente causa tempestad, ¿no? Entonces la mirada
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de la amada es lo único que es capaz de calmar, de templar, de serenar esa tempestad. ¿Vale?
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Hasta ahí creo que está claro. Vamos a seguir con el siguiente cuarteto. Bueno, atención
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a la descripción de lo que llamamos la donna angelicata. Esto es un término que proviene
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del propio Petrarca, ya sabéis que es un poeta italiano en el que se basa buena parte
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de la estética renacentista. Y esta donna angelicata se caracteriza básicamente por
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los rasgos que apreciamos en el nacimiento de Venus, de Botticelli. Este cuadro al que
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os he remitido y os seguiré remitiendo porque es tal cual esa imagen calcada, ¿no? Los
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labios rosas encarnados, la piel azucena blanca, ese mirar ardiente, honesto, proporcionado,
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esos ojos claros, la clara luz, ¿no? El cabello que en la vena del oro se escogió, es decir,
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que es del color del oro, ¿no? Que se ha escogido. Esa vena, por cierto, significa filón metálico,
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¿vale? Lo tenéis en la red como tal si buscáis vena. Una de las primeras acepciones es esa
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misma. ¿Y qué más? El hermoso cuello blanco, eniesto, además ese cuello largo, ¿no?,
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que vemos en la Venus de Botticelli. Fijaos también en los constantes hiperbatos, ¿vale?
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Se recurre mucho a la sintaxis latina por considerarse algo culto, por facilitar la
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rima, por una serie de motivos. Encontramos bastante hiperbato, aunque no tan exagerados
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como los que vamos a encontrar más adelante en el barroco. Pero sí que está bien señalar
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alguno de ellos, ¿no? Por ejemplo, que en la vena del oro se escogió, ¿no? En lugar de que se
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escogió en la vena del oro, recordad que el orden natural en castellano es primero sujeto,
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luego verbo, luego complemento. Cualquier orden que no sea ese lo podemos señalar como hiperbato, ¿vale?
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Bien, entonces, en tanto que el cabello que en la vena del oro se escogió con vuelo presto por
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el hermoso cuello blanco, eniesto, el viento mueve, esparce y desordena. Aquí tenemos una
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descripción, continúa la descripción de Satona Angelicata, esa mujer angelical que se nos
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presenta, ¿no? Ideal de perfección, que en última instancia refleja a Dios, como decimos. Y concluida
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esa descripción, ahora sí pasamos al medio de la cuestión. Todo esto, insisto, ha sido una
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introducción para mantenernos en vilo, que nos plantea un poco, con unos cuantos trazos, esa
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descripción selectiva de la amada, de Satona Angelicata, y ahora le va a decir lo que le
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quiere decir. Coged de vuestra alegre primavera el dulce fruto antes que el tiempo ha irado,
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cubra de nieve la hermosa cumbre. Es decir, aprovecha la juventud mientras te dure, aprovecha
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esa belleza que tienes, que desde luego que la tienes, pero aprovéchala, porque si no marchitará
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la rosa el viento helado, todo lo mudará, la edad ligera, por no hacer mudanza en su costumbre. Es
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decir, que llegará ese viento helado, el tiempo, todo lo mudará, todo lo cambiará, la rapidez de
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la vida, la rapidez con que transcurre la vida, la edad ligera, edad en el sentido de la vida humana,
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la breve vida humana, por no hacer cambio en su costumbre, por no cambiar su costumbre, porque el
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tiempo siempre lo cambia todo, y lo único que no cambia es su costumbre de cambiar las cosas. Ese es
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el juego que se nos plantea aquí un poco. Volvamos un momento aquí. Aquí tenemos tal cual la idea
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del carpe diem. Aquí es donde tenemos que señalarla, desde luego, este coged, que en latín es
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literalmente carpe, ¿no? Literalmente sería como coge, coge el día, carpe diem, coge o atrapa, también se
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puede traducir, atrapa el día, coge el día, aprovecha el momento, ¿no? Sería un poco la traducción un
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poco menos literal y más aceptable, más bonita. Entonces coged de vuestra alegre primavera el
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dulce fruto, una vez más tenemos el fruto, el fruto como la rosa, como la azucena, como las flores, los
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frutos son una de las metáforas preferidas de los autores nacentistas y lo seguirán siendo
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en el barroco. ¿Por qué? Porque por un lado están muy ricas, por un lado destilan vida, pero
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también son caducas, ¿vale? Nos resaltan la caducidad de esos elementos, la rosa, el fruto, llegar al
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viento helado, que es claramente el tiempo, como decimos. Fijaos en toda esta semántica también, todas
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estas palabras con significados relativos al tiempo y a la caducidad, marchitará, ese viento que mueve,
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esparce y desordena. Aquí tenemos, por cierto, una gradación ascendiente. Primero mueve,
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luego esparce y finalmente desordena, ¿no? Cada vez más. También es otra metáfora del tiempo, como el
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viento llega y lo trastoca todo, ¿no? ¿Qué más? Tenemos por aquí alusiones muy directas al tiempo,
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como decimos, todas ellas encaminadas a resaltar esa caducidad, esa urgencia de aprovechar esa
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belleza que en poco tiempo no será ya tal. Bueno, y finalmente pues esta conclusión, ¿no? Marchitará
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la rosa el viento helado, es el viento helado el que marchita la rosa. Aquí tenemos un hiperbato
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también bastante destacable. Tenemos aquí este mudará y mudanza, esto se llama polipto, tono,
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polipote, lo tenéis en el archivo de las figuras literarias. Esta figura retórica consiste en
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emplear el mismo lexema, este mud, mud, en diferentes formas. Pues ahí lo tenemos. Y bueno,
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lo último ya, destacar esa búsqueda de la armonía y el equilibrio, que constatamos sobre todo en
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estos paralelismos, esta estructura paralelística o estructura en paralelo,
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rosa y azucena, ardiente y honesto, tempestad y serena, y este juego en vertical que tiene también
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en posiciones finales. Y bueno, aquí también que tenemos esto de recoged de vuestra alegre
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primavera el dulce fruto, esto está claro que significa, esa alegre primavera es una metáfora que
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es la juventud, esa alegre juventud, el dulce fruto, aprovecha esa alegre juventud, ¿no? Antes de que
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el tiempo ha irado, el tiempo ha enfadado, cubra de nieve la hermosa cumbre. ¿Cómo que cubra de nieve
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la hermosa cumbre? Pues esa cumbre es claramente una metáfora, está convirtiendo a la amada como en
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una montaña, y esa cumbre es la cabeza, ¿verdad? ¿Y cubrirla de nieve cómo? Pues con canas. Esa
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nieve son las canas, el tiempo que llega y lo arrasa todo. Esto es algo muy frecuente, ya digo,
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este Carpe Diem, este Tempus Fugit, son tópicos muy frecuentes en el Renacimiento, que además luego
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pervivirán y serán todavía más exagerados en el Barroco, como veremos dentro de poco.
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Y bueno, pues con eso creo que está más o menos todo, no hace falta tampoco recordar
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absolutamente todo ni mucho menos, pero sí que creo que con esto pues tenéis un poco, unos cuantos
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elementos con los que jugar, a cada uno le llamará más la atención una serie de cosas, cuantas más
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mejor, pero bueno, lo que quiero pues es que me hagáis un comentario lo más completito posible y
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que lo relacionéis con la teoría que estamos estudiando. Y eso es todo, ¿vale? Que paséis buen
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día y nos vemos pronto. Si tenéis cualquier duda, ya sabéis, aquí estoy, ¿vale? ¡Hasta pronto!
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- Idioma/s:
- Autor/es:
- Marcos Guarch Guardia
- Subido por:
- Marcos David G.
- Licencia:
- Reconocimiento
- Visualizaciones:
- 270
- Fecha:
- 25 de enero de 2024 - 10:00
- Visibilidad:
- Público
- Centro:
- CP INF-PRI SAN MIGUEL
- Descripción ampliada:
- Se busca iniciar al alumno en los temas y rasgos clave de la cosmovisión renacentista en su expresión literaria.
- Duración:
- 10′ 40″
- Relación de aspecto:
- 1.43:1
- Resolución:
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