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FIL 1BACH - 09 Descartes y el problema de la sustancia - Contenido educativo
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El problema de la sustancia en Descartes
El filósofo francés René Descartes ocupa un lugar muy importante en la historia de la filosofía. Descartes, que vivió en el siglo XVII, es a menudo considerado el primer filósofo verdaderamente moderno, porque su manera de filosofar marca una diferencia radical con la que se desarrollaba anteriormente a él.
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¿Qué es lo que hace singular a Descartes? Descartes se propuso encontrar verdades que
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fueran absolutamente indudables. Se dio cuenta de que creía muchas cosas de las que no podía
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estar absolutamente seguro y para poder encontrar certezas verdaderas lo que hizo fue aplicar un
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método radical. Este método consistía en poner en duda todo aquello que no fuera absolutamente
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seguro. Su camino para encontrar la verdad se denomina la duda metódica y comenzó por poner
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en duda lo que nos dicen los sentidos. Descartes pensaba que no nos podemos fiar de los sentidos
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porque a menudo nos engañan, de manera que toda la información sensorial podría considerarse falsa.
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No sabemos si es verdaderamente cierta. De manera que lo más sensato, dice Descartes, sería prescindir
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de ella. Pero Descartes tampoco se fiaba de los razonamientos porque aunque a menudo estamos muy
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convencidos de un razonamiento, nos damos cuenta después de que estaba equivocado. Si los
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razonamientos nos conducen a error, en algunas ocasiones no deberíamos utilizar el razonamiento
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como un camino absolutamente seguro para encontrar una verdad indudable. Descartes llevó su duda
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metódica incluso más allá, porque puso en duda la existencia verdadera de las cosas que nos rodean,
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de los objetos que vemos y tocamos. ¿Cómo podemos estar seguros, pensaba Descartes, de que ahora
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mismo no estamos metidos en un sueño? Quizá esto te parezca exagerado, pero a Descartes le parecía
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que a menudo los sueños parecen reales y sin embargo no lo son. Si prescindimos de todas estas
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cosas que creemos saber, ¿qué nos queda? ¿Hay alguna cosa de la que podamos estar realmente seguros,
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con una certeza absolutamente indudable? Parece que no, pero Descartes encontró una primera verdad
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que, según pensaba, era absolutamente cierta y del todo indudable. Esta verdad era, si yo estoy
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ahora mismo, pensando, haciéndome estas preguntas tan extrañas y dudando de todo? Entonces eso quiere
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decir que por lo menos una cosa es segura, y es que yo existo. Esto que Descartes explicó en latín
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se ha convertido en una de las afirmaciones más famosas de la historia de la filosofía. En latín
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Descartes escribió cogito ergo sum, que significa pienso y por lo tanto existo. El cogito cartesiano,
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esta primera verdad absolutamente indudable, sirvió a Descartes para edificar todo el resto
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de su filosofía. Lo primero que se preguntó Descartes es, efectivamente, ya tengo una verdad,
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yo sé qué soy, que existo, pero ¿qué soy yo? Si yo soy eso que se hace preguntas, eso que duda,
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eso que se interroga, entonces yo soy algo que piensa, una mente, pensamiento. Y esto es algo
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muy distinto de mi cuerpo. Mi cuerpo quizá exista o quizá no, dice Descartes, porque incluso puede
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ser que yo tenga la impresión de que mi cuerpo existe, de que tengo manos y tengo piernas, pero
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que esto no sea real, sino que esté metido en un sueño o que mi cerebro esté conectado a un
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ordenador, como ocurre en la película Matrix. Lo que es absolutamente indudable es que yo soy una
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pensante. Una cosa, dice Descartes, que existe por sí misma y que consiste en pensar. A esto,
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a una cosa que existe por sí misma y no necesita de nada más para existir, se le llama en filosofía
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sustancia. Por eso Descartes pensaba que yo soy una sustancia pensante o, como expresaba él en latín,
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res cogitans. Quizá existan también otras sustancias. A lo largo de su filosofía, Descartes
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afirmó que existía también otra, la materia, a la que él denominó res extensa, sustancia extensa.
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Para Descartes, la materia y el pensamiento son dos cosas absolutamente distintas, dos sustancias
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diferentes, que existen por sí mismas pero que son del todo independientes. Pensaba esto porque,
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para Descartes, la materia es extensa, ocupa un lugar en el espacio, y en cambio el pensamiento
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es inmaterial, no ocupa un lugar en el espacio. Otros filósofos del siglo XVII también reflexionaron
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sobre el problema de la sustancia, es decir, intentaron explicar cuántas cosas hay que existan
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por sí mismas. Sin embargo, llegaron a conclusiones distintas a las de Descartes. El filósofo alemán
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Leibniz, por ejemplo, pensaba que hay infinitas sustancias distintas a las que denominó monadas,
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Y el filósofo holandés Spinoza pensaba que hay una única sustancia que equivale a todo lo que existe, al cosmos que él identificaba además con Dios.
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- Idioma/s:
- Autor/es:
- César Prestel
- Subido por:
- César Pedro P.
- Licencia:
- Reconocimiento - No comercial - Compartir igual
- Visualizaciones:
- 116
- Fecha:
- 22 de octubre de 2021 - 13:11
- Visibilidad:
- Público
- Centro:
- IES CERVANTES
- Duración:
- 05′ 04″
- Relación de aspecto:
- 1.78:1
- Resolución:
- 1280x720 píxeles
- Tamaño:
- 83.67 MBytes
