Adaptación del cuento El cuervo irisado | Mediateca de EducaMadrid

El cuervo irisado. En lo más crudo del invierno, muy lejos de aquí, la tierra amaneció un día 00:00:08

cubierta por un grueso manto de nieve. Los animales del bosque ciritaban de frío y se 00:00:18

morían de hambre. Tenemos que encontrar una solución para que deje de nevar, exclamó el 00:00:25

oso, mientras sus dientes castañeaban de frío y sus tripas rugían de hambre. El sabio búho 00:00:32

tomó la palabra y dijo. Tengo una idea. El más valiente de todos nosotros irá a ver al sol para 00:00:39

pedirle uno de sus rayos. Cuando regrese, volveremos a tener el calor y la luz que hemos perdido. ¿Quién 00:00:49

se atreve a ir? Dijo la liebre, pero enseguida cayó en la cuenta de que no sería capaz de saltar tan 00:00:56

alto como para llegar al cielo. ¡Yo! exclamó entonces el zorro, pero las trampas y travesuras 00:01:04

que siempre empleaba no le iban a servir de nada para alcanzar el sol. ¡Yo! dijo a continuación el 00:01:11

búho, pero él era ya demasiado viejo como para poder volar hasta el sol y además no veía bien. 00:01:18

Uno tras otro, todos los animales se ofrecieron para ir a por un rayo de sol, pero ninguno de 00:01:25

ellos podía hacerlo, menos... ¡el cuervo irisado! Los animales se dieron cuenta de que el hermoso 00:01:30

cuervo, con sus poderosas alas, sus reslumbrantes plumas multicolores y su voz dulce y cantarina, 00:01:38

era el héroe que estaban buscando. Él sabría cómo llegar hasta el sol y convencerlo para que 00:01:45

les diera un poco de calor. Sin perder ni un instante, el hermoso cuervo alzó el vuelo. 00:01:50

El viento soplaba con fuerza y la tormenta de nieve le impedía ver con claridad 00:01:56

Pero él no se desanimaba ni desfallecía 00:02:02

Al fin, atravesó la última borrasca y se adentró a un reino de luz cegadora 00:02:05

Donde entró el sol, sentado en su trono resplandeciente 00:02:10

El cuerpo inclinó la cabeza, hizo un saludo con las alas y suplicó con voz dulce 00:02:13

¡Oh, majestad! Los animales del bosque necesitamos ayuda. Nos estamos muriendo de hambre y de frío. Por favor, funda la nieve con sus rayos. Solo así podemos recuperar el calor. 00:02:21

El sol, que estaba medio dormido, abrió un ojo y dijo de muy mal humor. 00:02:35

¿Cómo se te ocurre venir a despertarme? 00:02:41

Gruñó. 00:02:43

Me he pasado todo el verano brillando sin parar y estoy agotado. 00:02:44

Todo lo que puedo hacer por vosotros es proporcionaros un poco de fuego. 00:02:49

Y al instante le dio una rama con una bola de fuego en su extremo. 00:02:53

El cuervo tomó la rama con la bola de fuego y le dio las gracias al sol. 00:02:59

Luego emprendió el largo viaje de regreso a casa. 00:03:05

Tuvo que atravesar una tormenta espantosa 00:03:08

Dando tumbos y volteretas por el cielo enfurecido 00:03:11

Pero conforme se acercaba a la tierra 00:03:16

El fuego de la rama le fue hecha muscando las alas 00:03:18

Hasta que todo el cuerpo se le quedó tan negro como el carbón 00:03:22

El cuervo no podía hacer otra cosa que seguir volando 00:03:27

Mientras grandaba de dolor 00:03:30

¡Ay, ay, ay! ¡Ay, ay, ronco y pinado, chamuscado y enrenegrido! 00:03:33

El cuervo parecía ahora un pájaro muy distinto. 00:03:44

Sin embargo, como ya era muy valiente y decidido, prosiguió su viaje hasta que llegó a la tierra y se posó en el manto nevado que cubría el bosque. 00:03:49

Sus amigos lo estaban esperando 00:03:59

Y al ver la rama ardiendo 00:04:01

Se pusieron a dar gritos de alegría 00:04:03

Y aclamaron al cuerdo 00:04:05

Maravillados por la intensidad del fuego 00:04:06

Los animales se reunieron en torno a la hoguera 00:04:09

Para calentarse 00:04:11

Mientras el pobre cuervo se alejaba 00:04:12

Poco a poco de sus amigos 00:04:15

Cuando contempló todo su cuerpo chamuscado 00:04:16

Unas lágrimas le cayeron 00:04:20

Rodando por el pico 00:04:21

El sol 00:04:22

Que acababa de despertar de su largo sueño 00:04:25

vio al cuervo llorando amargamente y se compadeció de él. 00:04:27

—¿Qué te ocurre, amigo cuervo? —le preguntó. 00:04:35

—¿Cómo es que un pájaro tan valiente como tú está triste y llorando a lágrima viva? 00:04:38

—Mis hermosas plumas irisadas se han abrasado y ennegrecido. 00:04:43

Ay, mi voz, que era dulce y cantarina, ahora no es más que un horrible gaznido. 00:04:49

Soy el zoo. ¿Cómo van a quererme así mis amigos? 00:04:55

—Querido cuervo —dijo el sol—, has demostrado ser fuerte, generoso y valiente. Y estas virtudes valen mucho más que la belleza exterior. Pero déjame que te vea bien. Tus plumas brillan ahora como nunca. No podrías ser más hermoso. 00:04:59

El cuervo se miró las alas y descubrió con asombro que, gracias a los rayos del sol, sus plumas negras despedían unos preciosos destellos verdes y azules, violetas y turquesas. 00:05:17

Así nadie podrá olvidar tu hazaña, dijo el sol. 00:05:33

El cuervo sonrió y al ver los rostros alegres de sus amigos 00:05:38

comprendió que poco importa el aspecto que tengamos 00:05:42

puesto que la verdadera belleza es la que resplandece en nuestro interior 00:05:45