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Perdido y encontrado, cuentacuentos
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Hola niños y niñas, en estos días en condiciones normales celebraríamos en el cole ya el libro
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y por ello se nos ha ocurrido una buena forma de celebrarlo desde casa pues sería contando un cuento
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en este caso yo he elegido este de aquí, perdido y encontrado
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y lo he elegido porque al estar solos en casa como estáis seguro que echáis mucho de menos a vuestros compañeros del cole
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que les vais a ver muy pronto.
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Así que, empezamos.
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Pelo para atrás, pelo para atrás,
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abro las orejas que el cuento va a empezar.
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Había una vez un niño que un día encontró un pingüino
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en la puerta de su casa.
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No tenía ni idea de dónde había salido,
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ni por qué lo seguía a todas partes.
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el pingüino se veía muy triste se habría perdido el niño decidió ayudarlo a encontrar el camino a
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su casa así que fue a la oficina de objetos perdidos pero nadie había reclamado un pingüino
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les preguntó a los pájaros si sabían de dónde había venido pero ellos lo ignoraron hay pájaros
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así. Le preguntó a su patito y el patito se alejó nadando. Tampoco sabía nada. Esa noche el niño se
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fue a dormir muy desanimado. Quería ayudar al pingüino y no se le ocurría cómo. A la mañana
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siguiente averiguó dónde viven los pingüinos. ¿Habría modo llegar hasta allí? El niño corrió
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hacia un barco en el muelle y preguntó si podían llevarlos al polo sur, pero su voz se perdió en
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el sonido de las sirenas del barco lo mejor sería ir remando en un bote fuerte y de buen tamaño
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sacaron el bote del cuarto de los trastos y lo equiparon con todo lo necesario empujaron su
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embarcación al agua y se hicieron a la mar remaron hacia el sur durante largos días y también muchas
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noches mientras el niño contaba historias que el pingüino escuchaba muy atento atravesaron mares
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tranquilos y también olas grandes como montañas hasta conseguir llegar al polo sur. El niño estaba
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feliz pero el pingüino parecía triste otra vez. Su compañero lo ayudó a bajar del bote y llegaron
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al polo sur y llegó el momento de despedirse. El niño se alejó remando y al volver la vista atrás
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se dio cuenta de que el pingüino se veía más triste que nunca.
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Era tan extraño viajar sin compañía, y mientras más lo pensaba, más comprendió su error.
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El pingüino no estaba perdido, se sentía muy solo.
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Tan rápido como pudo, el niño dirigió el bote hacia el sur, y llegó de nuevo al polo.
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Pero ¿dónde estaría el pingüino? Por más que buscó y buscó, no lo pudo encontrar.
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Así que triste el niño retomó el camino a casa
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¿A quién le contaría historias ahora?
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¿Al viento? ¿A las olas?
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En ese instante algo en la lejanía llamó su atención
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A medida que el bote avanzaba
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Ese algo fue creciendo hasta convertirse en...
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¡El pingüino!
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Después de un gran abrazo
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el niño y su amigo regresaron juntos a casa
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compartiendo maravillosas historias durante el viaje
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y colorín colorado, este cuento se ha acabado
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espero que os haya gustado mucho, hasta otra
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- Subido por:
- Cp eugeniademontijo madrid
- Licencia:
- Dominio público
- Visualizaciones:
- 119
- Fecha:
- 22 de abril de 2020 - 21:42
- Visibilidad:
- Público
- Centro:
- CP INF-PRI PARQUE EUGENIA DE MONTIJO
- Duración:
- 06′
- Relación de aspecto:
- 1.82:1
- Resolución:
- 640x352 píxeles
- Tamaño:
- 49.13 MBytes