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HFIL 2BACH - 38 El problema de la realidad en Ortega - Contenido educativo
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La metafísica raciovitalista de Ortega
La visión acerca de la realidad de José Ortega y Gasset parte de una crítica a las teorías
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metafísicas anteriores. Ortega creía que la historia de la metafísica puede dividirse en
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dos grandes bloques. Por una parte está el planteamiento metafísico de los antiguos,
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lo que Ortega denomina el realismo. Es, por ejemplo, la visión metafísica que tienen Platón
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o Aristóteles. Según el realismo, la auténtica realidad son las cosas, las cosas que existen
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realmente, y el objetivo de la metafísica es aclarar cuál es su esencia. La clave de la realidad
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está en las cosas mismas. Aunque esta visión ha sido predominante durante siglos, Kant nos enseñó
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que no es posible acceder a las cosas mismas, porque no podemos conocer nada más que lo que
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se nos presenta. El sujeto percibe la realidad, percibe los fenómenos, pero no puede acceder a
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los noumenos, a las cosas en sí mismas. Por eso, a partir de Descartes y de Kant, en la filosofía
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el papel del sujeto es cada vez más importante. Esta es la segunda manera de entender la metafísica,
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lo que denomina Ortega el idealismo de los modernos. En esta visión moderna de la metafísica,
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la que domina en los siglos XVII, XVIII, XIX e incluso a principios del XX, cuando escribe
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Ortega, el papel clave no está en las cosas, sino que está en el sujeto. Por eso Ortega lo llama un
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idealismo. El yo, el sujeto, tiene representaciones mentales de la realidad y la metafísica debe
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empezar, según nos invita a hacer Descartes, por el propio sujeto. Pues bien, Ortega pensaba que
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ambas visiones de la metafísica son equivocadas, porque la realidad, dice Ortega, no son ni las
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cosas ni un yo, sino que es la vida. La vida entendida en sentido biográfico, no en sentido
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biológico. La vida, tu vida, mi vida, la vida de cada cual, esa historia personal de cada uno con
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sus preocupaciones, sus proyectos, sus intereses, las cosas que le interesan, que le inquietan y que
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queremos hacer cada día. Esa es la auténtica realidad. No son las cosas ni es el yo, sino que
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es la relación del yo con las cosas en la vida. A esto lo llama Ortega la realidad radical, la
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realidad de raíz, la realidad en la cual arraigan todas las demás realidades. Es verdad que hay
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cosas, pero están en mi vida, y es verdad que hay un yo, pero también está en mi vida. Por eso la
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auténtica realidad, aquella por la que hay que empezar si queremos hacer metafísica, tiene que
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superar el planteamiento de los racionalistas y de los idealistas y partir de la vida.
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Si queremos estudiar la vida como realidad radical hace falta que estudiemos también sus
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características, lo que Ortega denominaba los atributos de la vida entendida como realidad
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radical. Esta es la teoría raciovitalista de Ortega. Se llama raciovitalista porque Ortega
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creía que la auténtica realidad era la vida, pero no una vida separada de la razón. La razón es
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necesaria para clarificar la vida. Lo que pasa es que no es una razón separada de la vida,
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independiente, pura, sino que es una razón encarnada, vital. Por eso se llama su teoría
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raciovitalismo. Y desde esta teoría Ortega nos recuerda que la vida tiene varias características,
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varios atributos, varias dimensiones. Exploremos este fenómeno que es la realidad radical.
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la vida. ¿Qué encontramos en ella? En primer lugar, la primera característica es la transparencia.
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La vida, dice Ortega, es transparente porque vivir es saberse viviendo. La primera característica de
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nuestra vida es que nos damos cuenta de que estamos vivos y de que ese es el punto de partida de todo
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lo que nos ocurre. Por eso la transparencia es el primero de los atributos de la vida. En segundo
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lugar, Ortega dice que la vida es qué hacer. En nuestra vida siempre estamos afanados, atareados,
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haciendo algo. Siempre tenemos algún proyecto entre manos, porque la vida es proyecto. La vida
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son esas cosas que nos traemos entre manos, nuestro afán, nuestra inquietud, que nos lleva a hacer
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cosas, porque la vida no nos viene dada, hecha, sino que nos viene por hacer. La tenemos que hacer
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nosotros. Por eso la vida es una tarea inacabada, un proyecto en el que nos tenemos que afanar.
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La tercera dimensión de la vida es, según Ortega, la fatalidad. ¿A qué se refiere Ortega con esta
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palabra? Ortega distingue en nuestra vida aquello que nosotros elegimos y aquello que no. En tu vida
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hay muchas cosas que te han venido impuestas pero que tú no has elegido. Por ejemplo, tú no has
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elegido nacer en la familia en que has nacido, ni en el país en que has nacido, ni hablar la lengua
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que te han enseñado de niño, ni vivir en el momento histórico, la época y la sociedad en la que te has
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criado. Todas estas cosas que están en nuestra vida, pero que nosotros no hemos elegido, forman
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parte de nuestra realidad. Tenemos que contar con ellas si queremos desarrollar nuestro proyecto
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vital, pero son cosas que escapan a nuestro control. A todo eso lo denominaba Ortega la
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circunstancia. Decía que nuestra vida debe contar con la circunstancia que no hemos elegido y tenemos
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que aprender a manejarnos con ella para poder desenvolver nuestro proyecto personal en esa
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circunstancia que nos ha tocado vivir. Por eso en la vida hay una dimensión de fatalidad, hay una
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serie de cosas que no hemos elegido. Pero también, y esta es la cuarta dimensión de la vida, el cuarto
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atributo, hay cosas que sí hemos elegido. La cuarta dimensión de la vida es la libertad. Hay partes de
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mi vida que yo sí que escojo. Escojo qué es lo que quiero hacer dentro de esa circunstancia que me
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ha sido impuesta. Elijo cómo quiero encaminar mi vida. Por eso dice Ortega, yo soy yo y mi
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circunstancia. Lo cual quiere decir, mi vida está compuesta por elementos que yo he elegido, mi yo,
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mis libres decisiones, pero también por cosas fatales, cosas imprevistas, cosas que no dependían
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de mí, que me he encontrado, que son mi circunstancia. La quinta y última dimensión de la vida, el último
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atributo, es su temporalidad. La vida, dice Ortega, que es un proyecto, una tarea que estamos llevando
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entre manos, usando nuestra libertad, pero teniendo en cuenta la circunstancia, siempre apunta al
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futuro. Cuando hacemos proyectos, estos proyectos apuntan a lo que queremos que nuestra vida sea en
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el futuro. Por eso dice Ortega, inventando una palabra, que la vida es futurición, es decir,
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proyección hacia el futuro de nuestros proyectos, de aquello que nosotros queremos hacer con nuestro
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particular proyecto personal de vida.
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- Idioma/s:
- Autor/es:
- César Prestel
- Subido por:
- César Pedro P.
- Licencia:
- Reconocimiento - No comercial - Compartir igual
- Visualizaciones:
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- Fecha:
- 1 de octubre de 2021 - 17:56
- Visibilidad:
- Público
- Centro:
- IES CERVANTES
- Duración:
- 07′ 10″
- Relación de aspecto:
- 1.78:1
- Resolución:
- 1280x720 píxeles
- Tamaño:
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