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Literatura de posguerra (vídeo locutado) - Contenido educativo
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Versión locutada de la presentación sobre literatura de posguerra que podéis ver en mi perfil.
Hola alumnos, como parece que no está muy claro que os hayáis leído de verdad los apuntes sobre la poesía de posguerra del tema 7,
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a juzgar por cómo habéis hecho el ejercicio correspondiente, o quizás simplemente que no lo habéis entendido,
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Voy a mezclar la información de poesía de posguerra que se da en el tema 7 con la información sobre novela y teatro de posguerra que se da en el tema 8.
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A ver si así, bueno, pues os enteráis de todo esto por si acaso en algún momento fuera posible hacer un examen porque hubiera terminado esta cuarentena.
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Bien, después de la guerra civil España no solo queda devastada, sino que además España queda aislada internacionalmente debido a la criatura mundial,
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lo que produce que haya una gran carestía. Esos años del hambre de los que hablaban, bueno, pues mis abuelos, mis padres y supongo que vuestros abuelos bisabuelos.
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En este contexto sería de esperar que la literatura transmitiera la desesperación que siente esa población,
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pero hay unos cuantos autores que al contrario se refugian en el recuerdo de la España imperial y en la exaltación de la dictadura.
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Eso es mucho más evidente en la poesía, con los autores reunidos alrededor de la revista escorial,
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a los que la crítica posterior denominará poesía arraigada.
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Algunos de esos autores son Luis Rosales o Leopoldo Pánero, aunque hay que decir que también esos autores tienen algún poema ligeramente crítico con toda la devastación de la guerra civil, como el poema Los muertos de Luis Rosales.
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Frente a ellos hay una serie de autores que muestran el pesimismo propio del momento
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Son los autores de la poesía desarraigada que se agrupan en torno a la revista Espadaña
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En ese grupo hay autores de la generación del 27 que siguen en España
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Como por ejemplo Damas Alonso y Vicente Alexander
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Vale, Damas Alonso en 1944 publica su libro fundamental que es Hijos de la Ira
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muy influyente en la época y Vicente
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Alexandre también publicará otro
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libro fundamental para la época
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que es Sombra del Paraíso
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Bien
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a continuación el poema
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Insomnio de Damas Alonso
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sacado del libro
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Hijos de la Isla
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Madrid es una
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ciudad de más de un millón de cadáveres
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según las últimas estadísticas
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a veces en la noche yo me
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revuelvo y me incorporo en este
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nicho en el que hace cuarenta y cinco años que me pudro. Y paso largas horas oyendo gemir
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al huracán, o ladrar los perros, o fluir blandamente la luz de la luna. Y paso largas
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horas gimiendo como el huracán, ladrando como un perro enfriurecido, fluyendo como
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la leche de la ubre caliente de una gran vaca amarilla. Y paso largas horas preguntándole
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a Dios, preguntándole por qué se pudre lentamente mi alma, por qué se pudren más de un millón
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de cadáveres en esta ciudad de Madrid, por qué mil millones de cadáveres se pudren
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lentamente en el mundo.
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Dime qué huerto quieres abonar con nuestra podregumbre, temes que se te sequen los grandes
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rosales del día y las tristes azucenas letales de tus noches aparte de estos autores de el 27
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en esa poesía desarrollada habrá también otras voces la que citan en vuestros apuntes es la de
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blas de otero en su etapa de ángel que la mente humana en la etapa en que blas de otero tienen
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preocupaciones existenciales como tienen todos esos poetas aquí tenéis la tierra que es el
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poema que da nombre un poco esta generación un mundo como un árbol desgajado una generación
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desarraigado unos hombres sin más destino que apuntalar las ruinas romperá el mar en el mar
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Como un inmenso mece en los árboles el silencio verde, las estrellas crepitan, yo las oigo.
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Solo el hombre está solo, es que se sabe vivo y mortal, es que se siente huir, es el río del tiempo hacia la muerte.
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Es que quiere quedar, seguir siguiendo, subir a contramuerte hasta lo eterno, le da miedo mirar.
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Cierra los ojos para dormir el sueño de los vivos
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Pero la muerte desde dentro ve
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Pero la muerte desde dentro vela
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Pero la muerte desde dentro mata
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El mar, la mar, como un himen inmenso
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Los árboles moviendo el verde aire
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La nieve en llamas, la luz en vilo
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Por último están los poetas del exilio
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No solo poetas del 27 como Salinas, Alberto y Indien, o sus linguneadas compañeras de generación, las del documental Las sin sombrero, como Champurtín o Teresa León o muchas otras, a las que luego se meten en el cajón de la poesía escrita por mujeres, cuando a veces eran mucho mejores que algunos de los hombres del 27.
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sino también autores que eran más jóvenes que ellos
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el más famoso de estos sería León Felipe
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de León Felipe tenéis un poema en los apuntes que no os he copiado
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y sin embargo cuando os he preguntado en los ejercicios por poetas del exilio
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pues me habéis hablado de gente como Antonio Machado
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que vivió 15 días en el exilio antes de estirar la pata o me habéis citado obras de los años 20
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de los poetas del 27 que aunque luego se exigiera el poeta en cuestión pues citadme una obra escrita
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después de exiliarse. Una obra en la que se vea que le duele haberse tenido que ir de España.
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En esos autores exiliados, pues la desesperación propia del momento convive con la añoranza de la patria de San
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¿Y qué pasa con la narrativa?
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Bueno, pues en 1944, ese año fundamental para la poesía, pues resulta que en la narrativa también hay algo importante
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Que se crea el premio Nadal
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Es un premio que se falla todos los años
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el 6 de enero del año siguiente, Nadal significa Navidad, y el primer premio Nadal lo gana una jovencísima autora,
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Carmen Laforet, que con 23 añitos se hace con el premio Nadal de 1944, entregado en enero del 45.
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Por lo tanto, su novela, Nada, se publicará en 1945. ¿Qué argumento tiene esta novela? Bueno, pues es la desilusión de una joven que va a estudiar a Barcelona, espera encontrarse en la gran ciudad, la universidad, pasar de su pueblo en la provincia de Lérida, que es un gran sitio, ¿no?
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va a casa de unos familiares y de repente, bueno, pues esa Barcelona es miserable en lo material,
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los parientes ricos resulta que han ido alquilando todos los cuartos de su casa
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y la dejan a ella viviendo en una especie de trasterito y también es miserable incluso en lo moral, ¿vale?
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Yo os recomiendo que leáis el resumen de ese libro que hay en el programa Un Libro, Una Hora de Cadena C. Aquí en el PowerPoint he metido un enlace, a ver si me acuerdo de subiros el PowerPoint fuerte, fuente, para que lo veáis, ¿vale?
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Bueno, pues sin nada es una novela desgarradora
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Aún así es menos brutal que una obra publicada dos años antes por Camilo José Cela
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En 1942 Camilo José Cela ha publicado La familia de Pascual Duarte
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Que es un libro narrado en primera persona por un vivo semialfabeto que está en la cárcel
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Que, bueno, pues el esquema puede recordar al de Lazarillo
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Ese personaje cuenta su historia y trata de justificar sus acciones inmorales.
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Dice que él no es un hombre malo, solo que la vida a veces nos lleva a hacer cosas malas.
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Lo que llama la atención es la brutalidad de las acciones que rodean al personaje.
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cerdos que devoran niños, enfermos a los que su familia encierra para que no contagien a los demás
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y crímenes brutales por celos.
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Bien, por esa brutalidad a las novelas de temática similar Clash en Globo en un movimiento llamado Tremendismo
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En el que incluso se podría meter novelas muy posteriores como quizá las ratas de Delibes, que muestran acciones rodeadas de todo ese salvajismo que en realidad ya había en la literatura del naturalismo.
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Bueno, aquí hay un trocito de la familia de Pascual Duarte.
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El nacer del pobre Mario, que así hubimos de llamar al nuevo hermano,
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más tuvo de accidentado y de molesto que de otra cosa, porque, para colmo,
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y por si fuera poca la escandalera de mi madre al parir, fue todo a coincidir con la muerte de mi padre.
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Si Mario hubiera tenido sentido cuando dejó este valle de lágrimas,
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a buen seguro que no se hubiera marchado muy satisfecho de él.
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Poco vivió entre nosotros. Parecía que hubiera olido el parentesco de que le esperaba y hubiera preferido sacrificarlo a la compañía de los inocentes en el limbo. Bien sabe Dios que acertó con el camino. ¿Y cuántos fueron los sufrimientos que se ahorró al ahorrarse años?
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Cuando nos abandonó, no había cumplido todavía los diez años, que si pocos fueron para lo
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demasiado que había de sufrir, suficientes debieron de haber sido para llegar a hablar
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y a andar, cosas ambas que no llegó a conocer. El pobre no pasó de arrastrarse por el suelo
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como si fuese una culebra y de hacernos ruiditos con la garganta y con la nariz como si fuese
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una rata. Fue lo único que aprendió. Un día, teniendo a la criatura cuatro años, la suerte se
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volvió tan de su contra que sin haberlo buscado ni deseado, sin a nadie haber molestado y sin haber
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tentado a Dios, un guarro con perdón le comió las dos orejas, es decir, un cerdo le comió las dos
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orejas. Don Raimundo, el boticario, le puso unos polvos amarillos de ceroformo y tanto dolor daba
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el verlo amarillado y sin orejas, que todas las vecinas, por llevarle consuelo, le llevaban
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las más, un tejeringo los domingos, otras unas almendras, otras unas aceitunas en aceite
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o un poco de chorizo. Pobre Mario, ¿y cómo agradecía con sus ojillos negros los consuelos?
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Bueno, pues ese sería un trocito de la familia de Pascual Duarte, esa novela tremendista
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publicada en 1942
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¿Qué pasa con el teatro?
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Bueno, pues el teatro va a estar un poco aparte
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porque el teatro es el género literario más conservador
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Eso se debe a que es un género cuyas producciones
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necesitan el trabajo de mucha gente
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y muchos medios materiales
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Si un autor de poesía escribe un bodrio
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el problema es solo suyo
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Igual que si un escultor hace una mierda de escultura
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pues el problema es solo suyo
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Pero del mismo modo que si un arquitecto hace mal una casa, pues es un problema, si un autor de teatro escribe una obra y resulta un fracaso, es un desastre para la compañía.
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Eso le pasó, por ejemplo, a Lorca con el maleficio de la mariposa.
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Por eso, tradicionalmente, el teatro no se arriesga a innovar.
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En los años 20 y 30 había habido unos cuantos intentos de innovar un teatro.
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Los esperpentos de Vallinclán, las farsas y tragedias de Lorca.
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Sin embargo, seguía triunfando un teatro apegado a las modas de hacer tradicionales y con poca innovación.
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Por ejemplo, el teatro modernista de Jacinto Benavente.
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Jacinto Benavente, que se lleva el Nobel, dicen algunos que para que no se lo lleve cierto español un poco progresista llamado Valdós,
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pues había intentado innovar en el teatro con alguna obra interesante
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como los intereses creados o con obras de denuncia ambientadas en el campo
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como la malquerida, pero al final acaba haciendo el típico teatro burgués intrascendente
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entonces lo único que puede innovar un poquito es el teatro de humor
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El teatro de humor está lejanamente emparentado con el teatro del absurdo que se hace desde finales del siglo XIX, que es de cuando data Ubu Rey de Alfred Jarry.
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Y en España, bueno, pues este teatro de humor absurdo está desarrollado por Enrique Javier Poncela
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Que ya tiene obras importantes antes de la guerra civil como Angelina o Leonor de Brigadier
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Y que tiene su obra más famosa en el año 40, Eloísa, está debajo de un almendro
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Y también será importante Miguel Miura, que empieza a escribir hacia los años 40
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y estrena en 1952 una obra que en realidad había escrito mucho antes
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llamada Tres sombreros de copa.
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Las características generales de este teatro son la aparición de situaciones inverosímiles, increíbles.
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Por ejemplo, que un personaje que está hablando con su novia y básicamente diciéndole todo el rato
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Sí, cariño, sí, cariño, sí, cariño, le pase el teléfono a otro personaje para que siga esa farsa de conversación, ¿vale?
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O, por ejemplo, también hay bastantes juegos de palabras en los que se burlan de las frases hechas del lenguaje burgués, ¿vale?
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A mí particularmente ese teatro me recuerda mucho las películas de los hermanos Marx.
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Si no las habéis visto, porque son un poquillo antiguas, yo os recomiendo que las veáis.
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Bien, la cosa es que a través del humorismo y las situaciones absurdas, lo que se quiere es criticar, aunque muy suavemente, las convenciones de la sociedad burguesa.
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Por eso se supone que este teatro tiene una cierta innovación.
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Bueno, muy a finales de los años 40 y a principios de los años 50, la literatura va a ir dando un giro social.
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La literatura ya no se preguntará por qué Dios permite una existencia vacía de sentido,
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donde los seres humanos se enfrentan a un mundo cruel, sino que propondrá la necesidad de cambiar el mundo.
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Vamos a empezar viendo esta literatura social a través del teatro.
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Antonio Buero Vallejo estrena en 1949 Historia de una escalera.
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Es una obra que todavía está un poco dentro de lo existencialista,
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es decir, hablar de la responsabilidad individual, del papel del hombre en el mundo, etc.
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pero que ya empieza a dar un giro social.
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En esta obra, Historia de una escalera, se relata la vida de los habitantes de un edificio humilde
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Desde que son adolescentes hasta que sus propios hijos tienen 15 años
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Es decir, es como la vida de toda una generación
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En su juventud, Urbano y Fernando eran dos chicos que trabajaban
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y que se proponían dejar atrás la vida de miseria en la que vivían sus padres
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y encontrar el amor y la fortuna.
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Urbano es un sindicalista, quiere a través del sindicato progresar
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y que todos los obreros de la fábrica consigan mejor sueldo.
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Fernando sería el punto de vista más individual, trabaja en una papelería
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y él quiere escalar personalmente esa escala jerarquía social.
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La escena crucial está al final del primer acto.
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Fernando está prometiéndole a Carmina, la chica a la que él ama, que él estudiará, que él se hará delineante,
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que estudiando para ser delineante conseguirá un trabajo y después podrá ser aparejador,
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seguirá con los estudios y finalmente esforzándose llegará a ser arquitecto
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ganará mucho dinero y podrá sacar a Carmina de toda esa miseria
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pero al final de ese diálogo se derrama la leche que llevaba Carmina
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lo que recuerda al final del cuento de la lechera
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es decir, Fernando se está haciendo ilusiones vanas de eso
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bueno, podéis ver en este enlace esa escena final
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De hecho, en el segundo acto vemos que el trabajador urbano no ha conseguido prosperar
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y Fernando, que en realidad es un perezoso, se ha convertido en un parásito social
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Además, ambos acaban casándose con chicas que en realidad no les querían o a las que ellos no querían
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Urbano se casa un poco por pena con Carmina cuya familia ha quedado arruinada
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y necesita un trabajador que la mantenga
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Fernando se casa por interés con Elvira que es una niña rica que quiere a Fernando
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pero que en realidad luego se arrepentirá toda la vida de ese matrimonio
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Es muy curioso que en esta obra los hijos de los protagonistas se llaman como ellos
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Es decir, el hijo de Fernando y Elvira se llama Fernando Hijo
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La hija de Urbano y Carmina se llama Carmina Hija
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Pues bien, cuando Fernando Hijo se enamora de Carmina Hija
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El espectador se pregunta si repetirán el error de sus padres
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O conseguirán ser fuertes y superar las dificultades
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Hay una escena que es clavada a la escena final del primer acto al final de la obra
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Pero la gracia es que el espectador se queda sin saber cómo acaba todo
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El final está abierto y el espectador ha visto lo triste que es la realidad actual
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Pero se abre la puerta a una esperanza, a un futuro que pueda ser mejor
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Precisamente por eso otros autores criticaron a Buro Vallejo
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Hay dos grandes tendencias en lo que será luego el teatro social
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Estará el teatro social más crítico y el teatro posibilista de Antonio Buro Vallejo
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En ese teatro posibilista se critica al régimen pero a través de símbolos
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Y se permite que haya cierta esperanza
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Ahí está el símbolo de la escalera social que se sube y baja, el símbolo del patio de vecindad que sería España, la profesión de urbano que simboliza al proletario y la de Fernando que simbolizaría al obrero de cuello blanco que se cree pequeño burgués sin serlo realmente,
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que quiere ser la clase media o, por ejemplo, ese símbolo de la lechera
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que se cae simbolizando que las ilusiones no sirven para nada.
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Bien, seguimos el enfoque social con la novela social.
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De nuevo un precursor. Camilo José Cela, el autor de La familia de Pascual Duarte,
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En 1951 publica La Colmena. Esta novela se publica en Buenos Aires, quizá para evitar la censura, y bueno, no es una novela tan dura como La Familia de Pascual Duarte en cuanto a que no haya hechos así tremendos, brutales, ¿vale?
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Pero el fondo es todavía más desagradable porque ya no es que haya un personaje que sea mísero, que sea brutal, sino que es toda la ciudad, es todo Madrid entero el que es, bueno, pues un nido de soledad, ¿vale?
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La Colmena es una novela polifónica, eso quiere decir que no tiene una sola voz, un solo personaje, sino muchos, ¿vale?
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No hay un protagonista, hay múltiples historias de personajes que se cruzan en esa colmena que es la ciudad de Madrid, ¿vale?
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No sé si habéis visto la típica película basada en historias que se van cruzando en la ciudad de Nueva York.
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Bueno, pues ese tipo de película está basada en una novela de principios del siglo XX llamada Manhattan Transfer.
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y sería a Nueva York lo que la colmena es a Madrid, muchas historias de personajes que se van cruzando, ¿vale?
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Entonces, los capítulos de la colmena además están desordenados, el lector los va a ordenar en su mente,
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pero la gracia no es tanto ordenarlos, sino que lo que queda es como un mosaico de escenas,
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más que capítulos, de hecho no hay capítulos como tales
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hay lo que se llaman secuencias, capítulos sin nombre
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en que queda un puzle de piezas de esa vida miserable de los personajes
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no importa tanto qué suceda antes, qué suceda después
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pues lo importante es que todo lo que sucede es horrible, ¿vale?
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Unos personajes son pobres, viven en cuartos lúgubres,
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la gente se aprovecha de ellos, tienen que sobrevivir mendigando
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o cantando en los bares o siendo amantes de otros personajes
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y hay otros que se aprovechan de la pobreza del prójimo.
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Está la dueña del café que sirve un café infecto
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Hecho con sobras y que aún así se queja de que le echen demasiado café
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A sus clientes, los camareros
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Está el gran señor burgués que tiene un amante en un piso sórdido
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Es todo como, no os digo, horrible, ¿vale?
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Y bueno, pues aquí va el trocito que a mí más me gusta de la cólera
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Es un trocito que no suele salir en la antología
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Pero que a mí me encanta
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Y que es un trozo que yo creo que es muy apropiado para los tiempos que corren
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Así que mejor leedlo con alguien a vuestro lado que os dé apoyo y cariño, ¿vale?
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Estaba enfermo y sin un real
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Pero se suicidó porque olía a cebolla.
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¡Huele a cebolla que apesta! ¡Huele un horror a cebolla!
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¡Cállate, hombre! Yo no huelo nada. ¿Qué quieres que abra la ventana?
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No, me es igual. El olor no se iría. Son las paredes las que huelen a cebolla.
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¡Las manos me huelen a cebolla!
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La mujer era la viva imagen de la paciencia.
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¿Quieres lavarte las manos?
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No, no quiero. El corazón también me huele a cebolla.
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Tranquilízate.
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No puedo, huele a cebolla.
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Anda, procura dormir un poco.
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No podría.
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Todo me huele a cebolla.
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Oye, ¿quieres un vaso de leche?
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No quiero un vaso de leche.
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Quisiera morirme nada más que morirme muy deprisa, que a la vez huele más a cebolla.
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No digas tonterías.
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Digo lo que me da la gana.
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Huele a cebolla.
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El hombre se echó a llorar.
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¡Huele a cebolla!
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Bueno, hombre, bueno, huele a cebolla.
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¡Claro que huele a cebolla! ¡Una peste!
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La mujer abrió la ventana.
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El hombre, con los ojos llenos de lágrimas, empezó a gritar.
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¡Viene a la ventana! ¡No quiero que se vaya el olor a cebolla!
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Como quiera, la mujer cerró la ventana.
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¡Oye! ¡Quiero agua en una taza!
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¡En un vaso no!
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La mujer fue a la cocina a prepararle una taza de agua a su marido
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La mujer estaba lavando la taza cuando se oyó un barrio infernal
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Como si un hombre se le hubieran roto los dos pulmones de repente
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El golpe del cuerpo contra las losetas del patio
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La mujer no lo oyó
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En vez de ello sintió un dolor en las sienes
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Un dolor frío y agudo
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Como el de un pinchazo con una aguja muy larga
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¡Ay!
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El grito de la mujer salió por la ventana abierta. Nadie le contestó. La cama estaba vacía. Algunos vecinos se asomaron a las ventanas y le dijeron, ¿qué pasa? La mujer no podía hablar. De haber podido hacerlo, hubiera dicho, nada que olía un poco a cebolla.
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Bueno, esa novela tan terrible, La Colmena, es precursora de una forma de hacer novela que se llamará novela social, en que se dará importancia a acceder a la vida de los más humildes.
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Habrá dos tendencias en esta novela social, el neorealismo y el realismo social o realismo crítico.
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La novela neorealista trata de mantener objetividad. Hay un narrador objetivo en tercera persona que no comenta los hechos y que además va sirviendo a distintos personajes. El ejemplo máximo del realismo social sería en Jarama de Sánchez Peloso.
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Bueno, os voy a contar del Jarama por lo que yo recuerdo, ¿vale?
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Hace mucho, mucho, mucho que no me lo he leído, quizá me patinen un poco las de oro.
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Pero lo que recuerdo yo es que el libro muestra varias escenas alrededor de un merendero a orillas del río Jarama,
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desde el domingo por la mañana hasta la noche, ¿vale?
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Es curioso que el pasaje más citado de este libro sea una cita que hay al principio del libro
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que no la escribió Sánchez Pelosio, y que con el lenguaje de la geología describe el Valle del Jarama.
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Y a la gente le llama la atención porque es una forma, como muy neutra,
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de hablar en la época de un sitio donde habían ocurrido las mayores barbaridades
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durante la Guerra Civil Española.
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alrededor del río Jarama, se lucha, hay batallas, hay asesinatos, hay fusilamientos,
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es un lugar, bueno, pues que para la gente de los años 50 representaba probablemente lo peor de la guerra civil.
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Lo curioso es que, bueno, pues a ninguna de las muchas escenas que salen en el libro se le da más importancia que a otra,
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Y el ritmo lento da la sensación de ajustarse al tiempo de lo narrado. Es como si tardáramos 16 horas en leer un libro que está relatándonos 16 horas de la vida de unos jóvenes. Cada hora que tardamos en la lectura es como otra hora, como si fuera todo en tiempo real.
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poco a poco nos damos cuenta
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de que los personajes importantes
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son los jóvenes de ciudad que han ido a bañarse
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en un río junto al merendero
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hay una charla intrascendente
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hay intentos de diboteo
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hay una buconada de los jóvenes
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y bueno pues
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cuando parece que
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esto es como Gran Hermano Big
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o como la casa de Gran Hermano
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o como ese especial de Gran Hermano
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que te permitía estar 24 horas
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viendo una casa donde no pasaba nada bueno pues aquí de repente va a pasar algo y no os puedo
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contar el que porque entonces no os vais a leer la novela y si alguno hace bachillerato es posible
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que le propongan su lectura es una novela bastante interesante pero la cosa es que el narrador no
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toma partido ni opina es el lector quien debe hacerlo vale quien debe pensar si lo que ha
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ha sucedido es normal. Si la vida de los jóvenes protagonistas seguirá siendo igual después
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de todo lo que ha pasado. Pues no os puedo decir mucho más. Frente a ese no tomar partido
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del neorealismo, los autores del realismo social harán lo contrario. Van a escribir
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novelas en las que el narrador esté simpatizando claramente con los oprimidos y diciéndote
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claramente lo que tú tienes que pensar. El narrador muchas veces va a ser omnisciento.
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Los protagonistas de las novelas del realismo crítico-social van a ser individuos oprimidos,
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trabajadores, víctimas de la explotación o de la marginación. Un ejemplo podría ser
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Jesús López Pacheco. No es que sea el autor más importante, pero sí que de los libros que he leído es donde se ve más claramente.
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En 1957 escribe un libro llamado Central Eléctrica, que es una obra sobre la construcción de un pantano
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y una central eléctrica en un pueblo, y nos va contando cómo, bueno, pues al principio los habitantes están inquietos
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porque les dicen que van a construir un pantano
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luego se van dando cuenta
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de que bueno, sus tierras son
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más o menos improductivas, que necesitan
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trabajo, aceptan
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trabajar en la construcción
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las condiciones son durísimas
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el ingeniero
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está desesperado, no hay
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ninguna seguridad
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dos cuentas de que esta novela la escribe
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el hijo
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de un constructor de centrales
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eléctricas, el hijo de un ingeniero
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¿eh?
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Y, finalmente, la novela, pues, como remate, tiene un accidente que hace que se inunde todo el valle y se lleve cientos de vidas, ¿vale? Aquí yo creo que no os hago spoiler porque el que se lea esta novela es que tiene mucha, mucha, mucha vocación de ser profesor de lengua en su vida, ¿eh? ¿Vale?
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Ok, bueno, es curioso, a mí me llamó la atención que, bueno, pues este año hice un viaje a Zamora, me contaron la historia de un pueblo inundado por la rotura de una presa,
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y yo fui buscando en internet y vi que esta presa se había roto dos años después de que López Pacheco escribiera un libro
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donde salía una rotura parecida de una presa hidroeléctrica.
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Bueno, hay muy grandes narradores en esta época que seguirán siendo narradores durante toda la segunda mitad del siglo XX, ¿vale?
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Miguel de Libes, por ejemplo, escribe El Camino en lo que sería la novela social, es, bueno, pues una de sus primeras novelas.
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Ignacio Aldecoa escribe El pulgor y la sangre, que tiene un poco de neorealismo porque Ignacio Aldecoa en sus cuentos tiene un narrador muy objetivo, pero que a la vez se le ha reprochado que ese narrador a veces tiene el lenguaje de un burgués en lugar del lenguaje de la gente del pueblo de la que habla.
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El fulgor y la sangre es una novela sobre unas esposas de guardias civiles que se enteran de que han matado a uno de los guardias civiles y en la casa cuartel todas se preguntan cuál de ellas será la viuda.
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Bueno, y Carmen Martín Gaite escribe Entrevisillos, que es una novela sobre la vida de las jóvenes que se dedican a la costura, a servir, a las pequeñas tiendas de barrio, etc.
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El enfoque social dentro de la poesía se llama poesía social y viene de la mano de antiguos autores de la poesía desarraigada, como Blas de Otero.
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Blas de Otero, en Pido la Paz y la Palabra, da un giro social a su poesía.
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El poema más representativo de ello es este a la inmensa mayoría con que se presenta su nueva idea de lo que es la poesía.
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Aquí tenéis encanto y alma al hombre aquel que amó, vivió, murió por dentro y un buen día bajó a la calle.
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Entonces comprendió y rompió todos sus versos
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¿Qué nos está diciendo?
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El hombre aquel que amó como aman los poetas
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Que vivió y murió por dentro
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Lo que nos entronca con esa poesía existencial de la poesía desarraigada
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Pero que un buen día bajó a la calle
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A la calle donde está la gente normal. Y comprendí, rompió todos sus versos, y comprendió que tenía que dedicar su obra a la inmensa mayoría, a la gente común, al trabajador, al obrero.
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Otro de estos poetas sociales es Gabriel Zelaya
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Gabriel Zelaya expone su poética en un poema llamado La poesía es un arma cargada de futuro
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De este poema existen numerosas versiones hechas por cantautores
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en lo que se llamaba en los años 60 y 70 la canción protesta
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Sin embargo, yo creo que hoy día el lenguaje poético de la protesta es el rap
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Así que voy a intentar rapearlo como veréis sin demasiado éxito
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Cuando ya nada se espera, personalmente exaltando más se palpita y se sigue más acá de la conciencia
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Finalmente existiendo, ciegamente afirmado, como un pulso que golpea las tinieblas
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Cuando se miran de frente los vertiginosos ojos claros de la muerte
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Se dicen las verdades, las bárbaras, terribles, amorosas crueldades
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Se dicen los poemas que ensanchan los pulmones de cuantos asfixiados
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Piden ser, piden ritmo, piden ley para aquello que sienten excesivo
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Con la velocidad de instinto, con el rayo del prodigio
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Como mágica evidencia lo real se nos convierte en idéntico a sí mismo
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Poesía para el pobre, poesía necesaria
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Como el pan de cada día, como el aire que exigimos trece veces por minuto
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Para ser, y en tanto somos, dar un sí que glorifica.
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Porque vivimos a golpes, porque apenas si nos dejan decir que somos quien somos,
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nuestros cantares no pueden ser, sin pecado, un adorno.
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Estamos tocando el fondo.
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Maldigo la poesía concebida como un lujo cultural por neutrales
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que lavándose las manos se desentienden llevados.
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Maldigo la poesía de quien no toma partido hasta mancharse.
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Agomías las faltas, siento en mía cuanto sufre mi canto respirando.
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Canto y canto y cantando más allá de mis penas personales, Monsancho
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Quisiera daros vida, provocar nuevos actos
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Y calculo por eso con técnica que puedo
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Me siento como un ingeniero del verso
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Y un obrero que trabaja con otros españos y saceros
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Tal es mi poesía, poesía herramienta
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A la vez que latido de lo unánime y ciego
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Tal es arma cargada de futuro expansivo
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Con que te apunto al pecho
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No es una poesía gota gota pensada
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No es un bello producto, no es un fruto perfecto
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es algo como el aire que todos respiramos y es el canto que espacia cuanto dentro llevamos,
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son palabras que todos repetimos sintiendo como nuestras y vuelan, son más que lo mentado,
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son lo más necesario, lo que no tiene nombre son gritos en el cielo y en la tierra son actos.
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También Gloria Fuertes pertenecerá a esa tendencia y bueno, pues todos la recordaréis como una autora de poemas infantiles,
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Pero en realidad, ella, si tiene esas rimas facilonas, esos ripios, esos juegos de palabras absurdos, pues en realidad los tiene por la misma razón que Gabriel Celaya o Blas de Otero los tienen, ¿vale?
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Recordad, no es una poesía gota a gota pensada, no es un fruto perfecto que decía Celaya, ¿vale?
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es porque quieren acercar la poesía al pueblo, ¿vale?
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Entonces aquí hay un poema de Gloria Fuertes que dice
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Si el mar es infinito y tiene redes, si su música sale de la ola,
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si el alba es roja y el ocaso verde, si la selva es lujura y la luna caricia,
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si la rosa se abre y perfuma la casa, si la niña se ríe y perfuma la vida,
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si el amor va y me besa y me está temblando.
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qué importancia tiene todo esto
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mientras haya en mi barrio
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una mesa sin patas, un niño sin zapatos
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un contable tosiendo, un banquete de cáscara
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un concierto de perros
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una ópera de sarna
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la poesía social entonces
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se preocupa por
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el hombre de la calle
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no por los grandes sentimientos, ni por Dios, sino por las pequeñas cosas.
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Los que seáis latinoamericanos y quizá hayáis estudiado algún año en vuestra infancia, en vuestro país original,
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pues allí en Latinoamérica se enseñan las escuelas que no son tan chauvinistas como las españolas,
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a Neruda, Neruda hace muchas de sus odas a cosas de la calle, de la vida cotidiana
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porque tiene la misma idea, acercar la poesía al pueblo.
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- José Gabriel Moya Yanguela
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- José Gabriel M.
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- Fecha:
- 27 de enero de 2021 - 14:17
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