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La carta robada - Edgar Allan Poe

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Subido el 23 de febrero de 2023 por Marco Antonio V.

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Texto narrado por Marco Vázquez 00:00:00
LA CARTA ROBADA DE EDGAR ALLAN POE 00:00:11
Niel Sapientiae Odiosius Acumine Nimio Sénica 00:00:16
Me hallaba en París en el otoño de 1800. Una noche, después de una tarde ventosa, 00:00:21
gozaba del doble placer de la meditación y de una pipa de espuma de bar, en compañía 00:00:27
de mi amigo C. Auguste Dupin, en su pequeña biblioteca o gabinete de estudios, del número 00:00:32
treinta y tres Rue du Nord, au Trois-Ciem, Faubourg Saint-Germain. Llevábamos más de 00:00:37
una hora en profundo silencio, y cualquier observador casual nos hubiera creído exclusiva 00:00:44
y profundamente dedicados a estudiar las onduladas capas de humo que llenaban la atmósfera de 00:00:49
la sala. Por mi parte, me había entregado a la discusión 00:00:55
mental de ciertos tópicos sobre los cuales habíamos de partido al comienzo de la velada. 00:00:58
Me refiero al caso de la Rue Maud y al misterio del asesinato de Marie Gauget. No dejé de 00:01:03
pensar, pues, en una coincidencia, cuando vi abrirse la puerta para dejar paso a nuestro 00:01:09
viejo conocido G., el prefecto de la policía de París. Lo recibimos cordialmente, pues 00:01:14
en aquel hombre había tanto de despreciable como de divertido, y llevábamos varios años 00:01:21
sin verlo. Como habíamos estado sentados en la oscuridad, Dupin se levantó para encender 00:01:26
una lámpara, pero volvió a su asiento sin hacerlo cuando G. nos hizo saber que venía 00:01:31
a consultarnos, o mejor dicho, a pedir la opinión de mi amigo sobre cierto asunto oficial 00:01:36
que lo preocupaba grandemente. —Si se trata de algo que requiere reflexión, 00:01:42
dijo Dupin, absteniéndose de dar fuego a la mecha, será mejor examinarlo en la oscuridad. 00:01:48
—He aquí una de sus ideas raras, dijo el prefecto, para quien todo lo que excedía 00:01:53
su comprensión era raro, por lo cual vivía rodeado de una verdadera legión de rarezas. 00:01:59
—Muy cierto, repuso Dupin, entregando una pipa a nuestro visitante y ofreciéndole 00:02:05
asiento. —¿Y cuál es la dificultad? Pregunté. 00:02:12
—Espero que no sea otro asesinato. —Oh, no, nada de eso. Por cierto que 00:02:15
es un asunto muy sencillo, y no dudo de que podremos resolverlo perfectamente bien por 00:02:21
nuestra cuenta. De todos modos, pensé que a Dupin le gustaría conocer los detalles, 00:02:26
puesto que es un caso muy raro. —Sencillo y raro, dijo Dupin. 00:02:30
—Justamente, pero tampoco es completamente eso. A decir verdad, todos estamos bastante 00:02:36
confundidos, ya que la cosa es sencillísima y, sin embargo, nos deja perplejos. 00:02:42
—Quizá lo que los induce a error sea precisamente la sencillez del asunto, observó mi amigo. 00:02:47
—¡Qué absurdas te hice usted! —repuso el prefecto, riendo a carcajadas. 00:02:54
—Quizá el misterio es un poco demasiado sencillo, dijo Dupin. 00:03:00
—¡Oh, Dios mío! ¿Cómo se le puede ocurrir semejante idea? 00:03:04
—Un poco demasiado evidente. —¡Ja, ja, jo, jo! reía el prefecto, 00:03:08
divertido hasta más no poder. —Dupin, usted acabará por hacerme morir de risa. 00:03:14
—Veamos de qué se trata, pregunté. —Pues bien, voy a decírselo, repuso el 00:03:19
prefecto, aspirando profundamente una bocanada de humo e instalándose en un sillón. 00:03:26
—Puedo explicarlo en pocas palabras, pero antes debo advertirles que el asunto exige 00:03:31
el mayor secreto, pues si se supiera que no he confiado a otras personas, podría costarme 00:03:36
mi actual posición. —Hable usted, dije. 00:03:41
—O no hable, dijo Dupin. —Está bien. He sido informado 00:03:45
personalmente por alguien que ocupa un altísimo puesto, de que cierto documento de la mayor 00:03:49
importancia ha sido robado en las cámaras reales. Se sabe quién es la persona que lo 00:03:55
ha robado, pues fue vista cuando se apoderaba de él. También se sabe que el documento continúa 00:03:59
en su poder. —¿Cómo se sabe eso? —preguntó Dupin. 00:04:04
—Se deduce claramente —repuso el prefecto— de la naturaleza del documento y de que no se 00:04:08
hayan producido ciertas consecuencias que tendrían lugar inmediatamente después de que aquél pasara 00:04:14
a otras manos. Vale decir, en caso de que fuera empleado en la forma en que el ladrón ha de 00:04:19
pretender hacerlo al final. —Sea un poco más explícito —dije. 00:04:25
—Pues bien. Puedo afirmar que dicho papel da a su poseedor cierto poder en cierto lugar donde 00:04:30
dicho poder es inmensamente valioso. —El prefecto estaba encantado de su jerga 00:04:36
diplomática. —Pues sigo sin entender nada —dijo Dupin. 00:04:42
—No, veamos. La presentación del documento a una tercera persona que no nombraremos pondría 00:04:46
sobre el tapete el honor de un personaje de las más altas esferas, y ello da al poseedor del 00:04:52
documento un dominio sobre el ilustro personaje cuyo honor y tranquilidad se ven de tal modo 00:04:57
amenazados. —Pero ese dominio —interrumpí— dependerá de que el ladrón supiera que dicho 00:05:03
personaje lo conoce como tal. ¿Y quién os haría? —El ladrón —dijo G— es el ministro de, 00:05:09
que se atreve a todo, tanto en lo que es digno como lo que es indigno de un hombre. La forma 00:05:15
en que cometió el robo es tan ingeniosa como udar. El documento en cuestión —una carta, 00:05:21
para ser francos— fue recibido por la persona robada mientras se hallaba a solas en el Budó 00:05:26
arreal. Mientras la leía se vio repentinamente interrumpida por la entrada de otra eminente 00:05:31
persona, a la cual la primera deseaba ocultar especialmente la carta. Después de una apresurada 00:05:36
y vana tentativa de esconderla en un cajón, debió dejarla, abierta como estaba, sobre una mesa. 00:05:42
Como el sobrescrito había quedado hacia arriba y no se veía el contenido, la carta podía pasar 00:05:48
sin ser vista. Pero en ese momento aparece el ministro de. Sus ojos de lince perciben 00:05:54
inmediatamente el papel. Reconoce la escritura del sobrescrito. Observa la confusión de la 00:05:59
persona en cuestión y adivina su secreto. Luego de tratar algunos asuntos en la forma 00:06:05
expeditiva que le es usual, extrae una carta parecida a la que nos ocupa, la abre, finge 00:06:11
leerla y la coloca luego exactamente al lado de la otra. Vuelve entonces a departir sobre 00:06:17
las cuestiones públicas durante un cuarto de hora. Se levanta finalmente y al despedirse, 00:06:22
toma la carta que no le pertenece. La persona robada ve la maniobra, pero no se atreve a 00:06:27
llamarle la atención en presencia de la tercera, que no se mueve de su lado. El ministro se marcha, 00:06:34
dejando sobre la mesa la otra carta sin importancia. —Pues bien —dijo Dupin dirigiéndose a mí—, 00:06:39
ahí tiene usted lo que se requería para que el dominio del ladrón fuera completo. 00:06:46
Éste sabe que la persona robada lo conoce como el ladrón. —En efecto —dijo el prefecto—, 00:06:50
y el poder así obtenido ha sido usado en estos últimos meses para fines políticos, 00:06:57
hasta un punto sumamente peligroso. La persona robada está cada vez más convencida de la 00:07:01
necesidad de recobrar su carta. Pero, claro está, una cosa así no puede hacerse abiertamente. 00:07:07
Por fin, arrastrada por la desesperación, dicha persona me ha encargado de la tarea. 00:07:13
—Para lo cual —dijo Dupin, envuelto en un perfecto torbellino de humo—, 00:07:19
no podía haberse deseado o siquiera imaginado a gente más sagaz. 00:07:24
—Me halaga usted —repuso el prefecto—, pero no es imposible que, en efecto, 00:07:29
se tenga de mito a la opinión. —Como hace usted notar —dije—, 00:07:34
es evidente que la carta sigue en posesión del ministro, pues lo que le confiere su poder es 00:07:39
dicha posesión y no su empleo. Apenas empleada la carta, el poder cesaría. 00:07:43
—Muy cierto —combino G—. Mis pesquisas se basan en esa convicción. Lo primero que hice fue 00:07:48
registrar cuidadosamente la mansión del ministro, aunque la mayor dificultad residía en evitar que 00:07:55
llegara a enterarse. Se me ha prevenido que, por sobre todo, debo impedir que sospeche nuestras 00:08:01
intenciones, lo cual sería muy peligroso. —Pero usted tiene todas las facilidades 00:08:06
para este tipo de investigaciones —dije—. No es la primera vez que la policía parisiense las 00:08:11
practica. —Oh, naturalmente, por eso no me preocupé 00:08:16
demasiado. Las costumbres del ministro me daban, además, una gran ventaja. Con frecuencia pasa 00:08:20
la noche fuera de su casa. Los sirvientes no son muchos y duermen alejados de los aposentos de su 00:08:25
amo. Como casi todos son napolitanos, es fácil inducirlos a beber copiosamente. Bien saben 00:08:31
ustedes que poseo llaves con las cuales puedo abrir cualquier habitación de París. Durante estos tres 00:08:38
meses no ha pasado una noche sin que me dedicara personalmente a registrar la casa de D. Mi honor 00:08:44
está en juego, y para confiarles un gran secreto, la recompensa prometida es enorme. Por eso no 00:08:50
abandoné la búsqueda hasta no tener seguridad completa de que el ladrón es más astuto que yo. 00:08:57
Estoy seguro de haber mirado en cada rincón posible de la casa, donde la carta podría haber 00:09:01
estado escondida. —No sería posible —pregunté— que si bien la carta se haya en posesión del 00:09:07
ministro, cosa que parece incuestionable, ¿este la haya escondido en otra parte que en su casa? 00:09:13
—Es muy poco probable —dijo Dupin—. El especial giro de los asuntos actuales en la 00:09:18
corte, y especialmente de las intrigas en las cuales se hayan vuelto D, exigen que el documento 00:09:24
esté a mano y que pueda ser exhibido en cualquier momento. Esto último es tan importante como el 00:09:29
hecho mismo de su posesión. —¿Que el documento pueda ser exhibido? —pregunté—. —Si lo 00:09:35
prefiere, que pueda ser destruido —dijo Dupin. —Pues bien —combine—, el papel tiene entonces 00:09:40
que estar en la casa. Supongo que podemos descartar toda idea de que el ministro lo 00:09:48
lleve consigo. —Por supuesto —dijo el prefecto—. He mandado detenerlo dos veces por falsos 00:09:52
salteadores de caminos, y he visto personalmente cómo le registraban. —Puede usted ahorrarse esa 00:09:58
molestia —dijo Dupin—. Supongo que D no es completamente loco y que ha debido prever esos 00:10:04
falsos asaltos como una consecuencia lógica. —No es completamente loco —dijo G—, pero es un 00:10:10
poeta lo que, en mi opinión, viene a ser más o menos lo mismo. —Cierto —dijo Dupin— antes 00:10:17
de aspirar una profunda bocanada de su pipa de espuma de mar. Aunque, por mi parte, me confieso 00:10:24
culpable de algunas malas rimas. —¿Por qué no nos da detalles de su requisición? —pregunté—. 00:10:30
—Pues bien, como disponíamos del tiempo necesario, buscamos en todas partes. Tengo 00:10:35
una larga experiencia en estos casos. Revisé íntegramente la mansión, cuarto por cuarto, 00:10:42
dedicando las noches de toda una semana a cada poseto. Primero examiné el moblaje. Abrimos todos 00:10:47
los cajones. Supongo que no ignoran ustedes que para un agente de policía bien adiestrado no hay 00:10:53
cajón secreto que pueda escapársele. En una búsqueda de esta especie, el hombre que deja sin 00:10:59
ver un cajón secreto es un imbécil. ¿Son tan evidentes? En cada mueble hay una cierta masa, 00:11:05
un cierto espacio que debe ser explicado. Para eso tenemos reglas muy precisas. No se 00:11:11
escaparía ni la quincuagésima parte de una línea. Terminada la inspección de armarios, 00:11:16
pasamos a las sillas. Atravesamos los almohadones con esas largas y finas agujas que me han visto 00:11:22
ustedes emplear. Levantamos las tablas de las mesas. ¿Por qué? Con frecuencia, la persona 00:11:28
que desea esconder algo, levanta la tapa de una mesa o de un mueble similar, hace un orificio 00:11:34
en cada una de las patas, esconde el objeto en cuestión y vuelve a poner la tabla en su sitio. 00:11:39
Lo mismo suele hacerse en las cabeceras y postes de las camas. 00:11:44
—¿Pero no puede localizarse la cavidad por el sonido? —pregunté. 00:11:48
—De ninguna manera, si luego de haberse depositado el objeto, se lo rodea con una 00:11:52
capa de algodón. Además, en este caso estábamos forzados a proceder sin hacer ruido. 00:11:58
—Pero es imposible que hayan ustedes revisado y desarmado todos los muebles donde pudo ser 00:12:03
escondida la carta en la forma que menciona. Una carta puede ser reducida a un delgadísimo rollo. 00:12:09
Casi igual en volumen al de una aguja larga de tejer. Y en esa forma se la puede insertar, 00:12:14
por ejemplo, en el travesaño de una silla. —¿Supongo que no desarmaron todas las sillas? 00:12:19
—Por supuesto que no, pero hicimos algo mejor. Examinamos los travesaños de todas las sillas 00:12:24
de la casa y las junturas de todos los muebles con ayuda de un poderoso microscopio. Si hubiera 00:12:31
habido la menor señal de un reciente cambio, no habríamos dejado de advertirlo instantáneamente. 00:12:37
Un simple grano de polvo producido por un barreno nos hubiera saltado a los ojos como si fuera una 00:12:42
manzana. La menor diferencia en la encoladura, la más mínima apertura en los ensamblajes, 00:12:48
hubiera bastado para orientarnos. —Supongo que miraron en los espejos entre los marcos y el 00:12:54
cristal, y que examinaron las camas y la ropa de cama, así como los coordinados y alfombras. 00:13:00
—Naturalmente. Y luego que hubiéramos revisado todo el moblaje en la misma forma minuciosa, 00:13:05
pasamos a la casa misma. Dividimos su superficie en compartimentos que numeramos, 00:13:10
a fin de que no se escapara ninguno. Luego escrutamos cada pulgada cuadrada, incluyendo 00:13:16
las dos casas adyacentes, siempre ayudados por el microscopio. —¿Las dos casas adyacentes? —exclamé. 00:13:21
—Habrán tenido toda clase de dificultades. —Sí, pero la recompensa ofrecida es enorme. 00:13:28
—¿Incluían ustedes el terreno contiguo a las casas? —Dicho terreno está pavimentado con 00:13:35
ladrillos. No nos dio demasiado trabajo comparativamente, pues examinamos el musgo 00:13:41
entre los ladrillos y lo encontramos intacto. —¿Miraron en los papeles de té, naturalmente, 00:13:46
y en los libros de la biblioteca? —¡Claro está! Abrimos todos los paquetes, y no sólo 00:13:52
examinamos cada libro, sino que lojeamos cuidadosamente, sin conformarnos con una 00:13:57
mera sacudida, como suelen hacerlo nuestros oficiales de policía. Medimos asimismo el 00:14:02
espesor de cada encuadernación, escrutándola luego de la manera más detallada con el microscopio. Si 00:14:08
se hubiera insertado un papel en una de esas encuadernaciones, resultaría imposible que 00:14:14
pasara inadvertido. Cinco o seis volúmenes que salían de las manos del encuadernador fueron 00:14:18
probados longitudinalmente con las agujas. —¿Exploraron los pisos debajo de las 00:14:24
alfombras? —¡Sin duda! Levantamos todas las alfombras y examinamos las planchas con el 00:14:29
microscopio. —¿Y el papel de las paredes? —Lo mismo. —¿Miraron en los sótanos? —¡Miramos! 00:14:34
—Pues entonces —declaré— se ha equivocado usted en sus cálculos y la carta no está en 00:14:40
la casa del ministro. —Me temo que tenga razón —dijo el prefecto—. Pues bien, Dupin, 00:14:47
¿qué me aconseja usted? —Revisar de nuevo completamente la casa. —¡Pero es inútil! —replicó 00:14:53
He. —¡Tan seguro estoy de que respiro como de que la carta no está en la casa! —No tengo 00:15:00
mejor consejo que darle —dijo Dupin. —Supongo que posee usted una descripción precisa de la 00:15:06
carta. —¡Oh, sí! Después de extraer una libreta, el prefecto procedió a leernos una minuciosa 00:15:11
descripción del aspecto interior de la carta, y especialmente del exterior. Poco después de 00:15:18
terminar su lectura, se despidió de nosotros, desanimado como jamás lo habíamos visto antes. 00:15:24
Un mes más tarde nos hizo otra visita, y nos encontró ocupados casi de la misma forma que 00:15:31
la primera vez. Tomó posesión de una pipa y un sillón, y se puso a charlar de cosas triviales. 00:15:36
Al cabo de un rato le dije —Veamos, He, ¿qué pasó con la carta robada? —Supongo que, 00:15:42
por lo menos, no es cosa fácil sobrepujar en astucia al ministro. —¡El diablo se lo lleve! 00:15:48
Volví a revisar su casa como me lo había aconsejado Dupin, pero fue tiempo perdido. 00:15:54
Ya lo sabía yo de antemano. —¿A cuánto dijo usted que extendía la recompensa ofrecida? —preguntó 00:15:59
Dupin. —Pues a mucho dinero, muchísimo. No quiero decir exactamente cuánto, pero eso sí, 00:16:06
afirmo que estaría dispuesto a firmar un cheque por cincuenta mil francos a cualquiera que me 00:16:13
consiguiese esa carta. El asunto va adquiriendo día a día más importancia, y la recompensa ha 00:16:18
sido recientemente doblada. Pero aunque ofrecieran tres veces esa suma, no podría hacer más de lo 00:16:24
que he hecho. —Pues la verdad —dijo Dupin, arrastrando las palabras entre bocanadas de humo—, 00:16:30
me parece a mí que usted no ha hecho todo lo que podía hacerse. ¿No cree que aún podría hacer algo 00:16:37
más, eh? —¿Cómo? ¿En qué sentido? —Pues... ¿Podría usted... pedir consejo en este asunto? 00:16:46
—¿Se acuerda de la historia que cuentan de Abernethy? —¡No, al diablo con Abernethy! 00:17:00
—De acuerdo, al diablo, pero bienvenido. Érase una vez cierto Avaro que tuvo la idea de obtener 00:17:05
gratis el consejo médico de Abernethy. Aprovechó una reunión y una conversación corrientes para 00:17:11
explicar un caso personal como si se tratara del de otra persona. —Supongamos que los síntomas 00:17:17
del enfermo son tales y cuales —dijo—. Ahora bien, doctor, ¿qué le aconsejaría usted hacer? 00:17:23
—Lo que yo le aconsejaría —repuso Abernethy— es que consultara a un médico. 00:17:29
—¡Vamos! —exclamó el prefecto, bastante desconcertado—. Estoy plenamente dispuesto 00:17:34
a pedir consejo y a pagar por él. De verdad, daría cincuenta mil francos a quien quiera 00:17:41
me ayudara en este asunto. —En ese caso —replicó Dupin, abriendo un cajón y sacando 00:17:46
una libreta de cheques—, bien puede usted llenar mi cheque con la suma mencionada. Cuando lo haya 00:17:52
firmado, le entregaré la carta. Me quedé estupefacto. En cuanto al prefecto, parecía fulminado. Durante 00:17:57
algunos minutos fue incapaz de hablar y de moverse, mientras contemplaba a mi amigo con ojos que 00:18:05
parecían salirse de las órbitas y con la boca abierta. Recobrándose un tanto, tomó una pluma, 00:18:10
y después de varias pausas y abstraídas contemplaciones, llenó y firmó un cheque por 00:18:15
cincuenta mil francos, extendiéndolo por encima de la mesa Dupin. Este lo examinó cuidadosamente 00:18:21
y lo guardó en su cartera. Luego, abriendo un escritorio, sacó una carta y la entregó al 00:18:27
prefecto. Nuestro funcionario la tomó en una convulsión de alegría, la abrió con manos 00:18:33
trémulas, lanzó una ojeada a su contenido, y luego, lanzándose vacilante hacia la puerta, 00:18:38
desapareció bruscamente del cuarto y de la casa, sin haber pronunciado una sílaba, 00:18:44
desde el momento en que Dupin le pidió que llenara el cheque. 00:18:49
Una vez que se hubo marchado, mi amigo consintió en darme algunas explicaciones. 00:18:53
—La policía parisiense es sumamente hábil a su manera —dijo—. Es perseverante, ingeniosa, 00:18:57
astuta y muy versada en los conocimientos que sus deberes exigen. Así, cuando Gé nos explicó su 00:19:05
manera de registrar la mansión de Dé, tuve plena confianza en que había cumplido una 00:19:11
investigación satisfactoria, hasta donde podía alcanzar. —¿Hasta donde podía alcanzar? —repetí. 00:19:16
—Sí —dijo Dupin—, las medidas adoptadas no solamente eran las mejores en su género, 00:19:23
sino que habían sido llevadas a la más absoluta perfección. Si la carta hubiera 00:19:28
estado dentro del ámbito de su búsqueda, no cabe la menor duda de que los policías 00:19:33
la hubieran encontrado. Me eché a reír, pero Dupin parecía hablar muy en serio. 00:19:37
—Las medidas —continuó— eran excelentes en su género y fueron bien ejecutadas. Su defecto 00:19:43
residía en que eran inaplicables al caso y al hombre en cuestión. Una cierta cantidad 00:19:50
de recursos altamente ingeniosos constituyen para el prefecto una especie de lecho de procusto, 00:19:54
en el cual quiere meter a la fuerza sus designios. Continuamente se equivoca por ser demasiado 00:20:00
profundo o demasiado superficial para el caso, y más de un colegial razonaría mejor que él. 00:20:05
Conocí a uno que tenía ocho años y cuyos triunfos en el juego de par e impar atraían 00:20:11
la admiración general. El juego es muy sencillo y se juega con bolitas. Uno de los contendientes 00:20:16
oculta en la mano cierta cantidad de bolitas y pregunta al otro, par o impar. Si éste adivina 00:20:22
correctamente, gana una bolita. Si se equivoca, pierde una. El niño de quien hablo ganaba todas 00:20:28
las bolitas de la escuela. Naturalmente tenía un método de adivinación que consistía en la 00:20:34
simple observación y en el cálculo de la astucia de sus adversarios. Supongamos que uno de estos 00:20:40
sea un perfecto tonto y que, levantando la mano cerrada, le pregunta, par o impar. Nuestro colegial 00:20:45
responde, impar, y pierde. Pero a la segunda vez gana, por cuanto se ha dicho a sí mismo. El tonto 00:20:52
tenía pares la primera vez, y su astucia no va más allá de preparar impares para la segunda vez, 00:20:59
por lo tanto diré impar. Lo dice y gana. Ahora bien, si le toca jugar con un tonto 00:21:04
ligeramente superior al anterior, razonará en la siguiente forma. Este muchacho sabe que la 00:21:10
primera vez elegí impar, y en la segunda se le ocurrirá, como primer impulso, pasar de par a 00:21:16
impar. Pero entonces un nuevo impulso le sugerirá que la variación es demasiado sencilla, y finalmente 00:21:21
se decidirá a poner bolitas pares como la primera vez. Por lo tanto, diré pares. Así lo hace y gana. 00:21:27
Ahora bien, esta manera de razonar del colegial, a quien sus camaradas llaman afortunado, ¿en qué 00:21:34
consiste si se la analiza con cuidado? Consiste, repuse, en la identificación del intelecto del 00:21:40
razonador con el de su oponente. Exactamente, dijo Dupin. Cuando pregunté al muchacho de qué manera 00:21:47
lograba esa total identificación en la cual residían sus triunfos, me contestó. Si quiero 00:21:54
averiguar si alguien es inteligente o estúpido, o bueno o malo, y saber cuáles son sus pensamientos 00:22:00
en ese momento, adapto lo más posible la expresión de mi cara a la de la suya, y luego espero hasta 00:22:05
ver qué pensamientos o sentimientos surgen en mi mente o en mi corazón, coincidentes con la 00:22:11
expresión de mi cara. Esta respuesta del colegial está en la base de toda la falsa profundidad 00:22:16
atribuida a la Rochefoucauld, La Bruyere, Maquiavelo y Campanella. —Si comprendo bien —dije— la 00:22:22
identificación del intelecto del razonador con el de su oponente depende de la precisión con 00:22:30
que se mida la inteligencia de este último. —Depende de ello para sus resultados prácticos —replicó 00:22:35
Dupin— y el prefecto y sus cortes fracasan con tanta frecuencia, primero por no lograr 00:22:41
dicha identificación y segundo por medir mal, o mejor dicho, por no medir, el intelecto con 00:22:46
el cual se miden. Sólo tienen en cuenta sus propias ideas ingeniosas, y al buscar alguna 00:22:52
cosa oculta, se fijan solamente en los métodos que ellos hubieran empleado para ocultarla. Tienen 00:22:58
mucha razón en la medida en que su propio intelecto es fiel representante del de la 00:23:05
masa, pero cuando la astucia del malhechor posee un carácter distinto de la suya, 00:23:09
aquél los derrota como es natural. Esto ocurre siempre cuando se trata de una astucia superior 00:23:14
a la suya, y muy frecuentemente cuando está por debajo. Los policías no admiten variación de 00:23:20
principio en sus investigaciones, a lo sumo, si se ven apurados por algún caso insólito o movidos 00:23:26
por una recompensa extraordinaria, extienden o exageran sus viejas modalidades rutinarias, 00:23:32
pero sin tocar los principios. Por ejemplo, en este asunto de D, ¿qué se ha hecho para 00:23:37
modificar el principio de acción? ¿Qué son esas perforaciones, esos escrutinios con el 00:23:43
microscopio, esa división de la superficie del edificio en pulgadas cuadradas numeradas? ¿Qué 00:23:49
representan sino la aplicación exagerada del principio, o la serie de principios que 00:23:55
rigen una búsqueda, y que se basan a su vez en una serie de nociones sobre el ingenio humano, 00:24:00
a las cuales se ha acostumbrado el prefecto en la prolongada rutina de su tarea? No he advertido 00:24:05
que G da por sentado que todo hombre esconde una carta, si no exactamente en un agujero practicado 00:24:11
en la pata de una silla, por lo menos en algún agujero o rincón, sugerido por la misma línea 00:24:17
de pensamiento que inspira la idea de esconderla en un agujero hecho en la pata de una silla. 00:24:23
Observe, asimismo, que esos escondrijos rebuscados sólo se utilizan en ocasiones 00:24:28
ordinarias, y sólo serían elegidos por inteligencias igualmente ordinarias. Vale 00:24:34
decir que en todos los casos de ocultamiento cabe presumir, en primer término, que se lo ha 00:24:39
efectuado dentro de esas líneas. Por lo tanto, su descubrimiento no depende en absoluto de la 00:24:45
perspicacia, sino del cuidado, la paciencia y la obstinación de los buscadores. Y si el caso es 00:24:50
de importancia, o la recompensa magnífica, lo cual equivale a la misma cosa a los ojos de los 00:24:56
policías, las cualidades aludidas no fracasan jamás. Comprenderá usted ahora lo que quiero 00:25:01
decir cuando sostengo que si la carta robada hubiese estado escondida en cualquier parte 00:25:08
dentro de los límites de la perquisición del prefecto, en otras palabras, si el principio 00:25:13
rector de su ocultamiento hubiera estado comprendido dentro de los principios del 00:25:18
prefecto, hubiera sido descubierta sin la más mínima duda. Pero nuestro funcionario ha sido 00:25:23
mistificado por completo, y la remuta fuente de su derrota yace en su suposición de que el 00:25:29
ministro es un loco porque ha logrado renombre como poeta. Todos los locos son poetas en el 00:25:35
pensamiento del prefecto, de donde cabe considerar lo culpable de non distributio medi, por inferir 00:25:41
de lo anterior, que todos los poetas son locos. —¿Pero se trata realmente del poeta? —pregunté. 00:25:47
—Sé que D. tiene un hermano y que ambos han logrado reputación en el campo de las letras. 00:25:54
Creo que el ministro ha escrito una obra notable sobre el cálculo diferencial. Es un matemático y 00:25:58
no un poeta. —Se equivoca usted. Lo conozco bien y sé que es ambas cosas. Como poeta y matemático 00:26:04
es capaz de razonar bien, tanto que como mero matemático hubiera sido capaz de hacerlo y 00:26:10
habría quedado a merced del prefecto. —Me sorprenden esas opiniones —dije— que el 00:26:15
consenso universal contradice. Supongo que no pretende usted aniquilar nociones que tienen 00:26:21
siglos de existencia sancionada. La razón matemática fue considerada siempre como la 00:26:26
razón por excelencia. —Il y a apparier —replicó Dupin, citando a Chanfort— que toute idée publique, 00:26:31
toute convention rassure est un sotis, qu'ave la convenu au plus grand nombre. 00:26:39
Le aseguro que los matemáticos han sido los primeros en difundir el error popular al cual 00:26:45
alude usted, y que no por difundirlo deja de ser un error. Con arte digno de mejor causa han 00:26:50
introducido, por ejemplo, el término análisis en las operaciones algebraicas. Los franceses son 00:26:56
los causantes de este engaño. Pero si un término tiene alguna importancia, si las palabras derivan 00:27:02
su valor de su aplicación, entonces concedo que análisis abarca álgebra, tanto como en latín 00:27:08
ámbitus implica ambición, religio, religión, u homines honesti, clase de las gentes honorables. 00:27:15
—Me temo que se malquiste usted con alguno de los algebristas de París, pero continúe. 00:27:24
—Niego la validez, y por tanto, los resultados de una razón cultivada por cualquier procedimiento 00:27:29
especial que no sea lógico abstracto. Niego, en particular, la razón extraída del estudio 00:27:35
matemático. Las matemáticas constituyen la ciencia de la forma y la cantidad. El 00:27:41
razonamiento matemático es siempre la lógica aplicada a la observación de la forma y la 00:27:47
cantidad. El gran error está en suponer que incluso las verdades de lo que se denomina 00:27:52
álgebra pura constituyen verdades abstractas o generales. Y este error es tan enorme que me 00:27:57
asombra se lo haya aceptado universalmente. Los axiomas matemáticos no son axiomas de 00:28:04
validez general. Lo que es cierto de la relación, de la forma y la cantidad, resulta con frecuencia 00:28:10
erróneo aplicado, por ejemplo, a la moral. En esta última ciencia suele no ser cierto que el 00:28:16
todo sea igual a la suma de las partes. También en química este axioma no se cumple. En las 00:28:22
consideraciones de los móviles falla igualmente, pues dos móviles de un valor dado no alcanzan 00:28:28
necesariamente al sumarse un valor equivalente a la suma de sus valores. Hay muchas otras verdades 00:28:33
matemáticas que sólo son tales dentro de los límites de la relación, pero el matemático, 00:28:39
llevado por el hábito, arguye basándose en sus verdades finitas como si tuvieran una 00:28:45
aplicación general, cosa que por lo demás la gente acepta y cree. En su erudita mitología, 00:28:51
Bryant alude a una análoga fuente de error cuando señala que, aunque no se creen las 00:28:57
fábulas paganas, solemos olvidarnos de ello y extraemos consecuencias como si fueran realidades 00:29:03
existentes. Pero para los algebristas, que son realmente paganos, las fábulas paganas constituyen 00:29:08
materia de credulidad, y las inferencias que de ellas extraen no nacen de un descuido de la memoria, 00:29:16
sino de un inexplicable reblandecimiento mental. Para resumir, jamás he encontrado un matemático 00:29:21
en quien se pueda confiar fuera de sus raíces y sus ecuaciones, o que no tuviera por artículo de 00:29:28
fe que x cuadrado más px es absoluta e incondicionalmente igual a q. Por vía de experimento, 00:29:34
diga a uno de esos caballeros que, en su opinión, podrían darse casos en que x cuadrado más px no 00:29:41
fuera absolutamente igual a q. Pero una vez que le haya hecho comprender lo que quiere decir, 00:29:48
sálgase de su camino lo antes posible, porque seguro que tratará de golpearlo. 00:29:54
—Lo que busco indicar —agregó Dupin, mientras yo reía de sus últimas observaciones— es que, 00:29:59
si el ministro hubiera sido sólo un matemático, el prefecto no se habría visto en la necesidad 00:30:06
de extenderme este cheque. Pero sé que es tanto matemático como poeta, y mis medidas se han 00:30:11
adaptado a sus capacidades, teniendo en cuenta las circunstancias que lo rodeaban. Sabía que 00:30:17
es un cortesano, y un audaz intrigante. Pensé que un hombre semejante no dejaría de estar al 00:30:22
tanto de los métodos policiales ordinarios. Imposible que no anticipara, y los hechos lo han 00:30:28
probado así, los falsos asaltos a que fue sometido. Reflexioné que igualmente habría previsto las 00:30:34
pesquisiciones secretas en su casa. Sus frecuentes ausencias nocturnas, que el prefecto consideraba 00:30:41
una excelente ayuda para su triunfo, me parecieron simplemente astucias destinadas a brindar 00:30:47
oportunidades a la perquisición y convencer lo antes posible a la policía de que la carta no 00:30:52
se hallaba en la casa, como G. terminó finalmente por creer. Me pareció asimismo que toda la serie 00:30:57
invariable de la acción policial, en sus búsquedas de objetos ocultos, no podía dejar de ocurrírsele 00:31:04
al ministro. Ello debía conducirlo inflexiblemente a desdeñar todos los escondrijos vulgares. 00:31:10
Reflexioné que ese hombre no podía ser tan simple como para no comprender que el rincón más remoto 00:31:16
e inaccesible de su morada estaría tan abierto como el más vulgar de los armarios a los ojos, 00:31:23
las ondas, los barrenos y los microscopios del prefecto. Vi, por último, que D. terminaría 00:31:28
necesariamente en la simplicidad, si es que no la adaptaba por una cuestión de gusto personal. 00:31:35
Quizá recuerde usted con qué gana rió el prefecto, cuando en nuestra primera entrevista sugerí que 00:31:41
acaso el misterio lo perturbaba por su absoluta evidencia. —Me acuerdo muy bien —respondí. Por 00:31:46
un momento pensé que iban a darle convulsiones. —El mundo material —continuó Dupin— abunda 00:31:54
en estrictas analogías con el inmaterial, y ello tiñe de verdad el dogma retórico según el cual 00:32:00
la metáfora o el símil sirven tanto para reforzar un argumento como para embellecer una descripción. 00:32:05
El principio de la bi-sinertiae, por ejemplo, parece idéntico en la física y en la metafísica. 00:32:12
Si en la primera es cierto que resulta más difícil poner en movimiento un cuerpo grande que 00:32:18
uno pequeño, y que el impulso o cantidad de movimiento subsecuente se hallará en relación 00:32:22
con la dificultad, no menos cierto es en metafísica que los intelectos de máxima capacidad, aunque más 00:32:27
vigorosos, constantes y eficaces en sus avances que los de grado inferior, son más lentos en iniciar 00:32:34
dicho avance, y se muestran más embarazados y vacilantes en los primeros pasos. —Otra cosa. 00:32:40
¿Ha observado usted alguna vez, entre las muestras de las tiendas, cuáles atraen la atención en 00:32:46
mayor grado? —Jamás se me ocurrió pensarlo. Dije. —Hay un juego de adivinación —continuó 00:32:51
Dupin— que se juega con un mapa. Uno de los participantes pide al otro que encuentre una 00:32:58
palabra dada, el nombre de una ciudad, un río, un estado o un imperio. En suma, cualquier palabra 00:33:03
que figure en la vigarrada y complicada superficie del mapa. Por lo regular, un novato en el juego 00:33:09
busca confundir a su oponente poniéndole los nombres escritos con los caracteres más pequeños, 00:33:15
mientras que el buen jugador escogerá aquellos que se extienden con grandes letras de una parte 00:33:21
a otra del mapa. Estos últimos, al igual que las muestras y carteles excesivamente grandes, 00:33:27
escapan a la atención a fuerza de ser tan evidentes, y en esto la desatención ocular 00:33:32
resulta análoga al descuido que lleva al intelecto a no tomar en cuenta consideraciones 00:33:38
excesivas y palpablemente evidentes. De todos modos, es este un asunto que se haya por encima 00:33:43
o por debajo del entendimiento del prefecto. Jamás se le ocurrió como probable o posible que el 00:33:49
ministro hubiera dejado la carta delante de las narices del mundo entero, a fin de impedir mejor 00:33:55
que una parte de ese mundo pudiera verla. Cuanto más pensaba en el audaz, decidido y 00:34:00
característico ingenio de D, en que el documento debía hallarse siempre a mano si pretendía servirse 00:34:05
de él para sus fines, y en la absoluta seguridad proporcionada por el prefecto de que el documento 00:34:11
no se hallaba oculto dentro de los límites de las búsquedas ordinarias de dicho funcionario, 00:34:16
más seguro me sentía de que, para esconder la carta, el ministro había acudido al más amplio 00:34:21
y sagaz de los expedientes, el no ocultarla. Conpenetrado de estas ideas, me puse un par 00:34:27
de anteojos verdes y, una hermosa mañana, acudí como por casualidad a la mansión ministerial, 00:34:34
allea de en casa, bostezando, paseándose sin hacer nada y pretendiendo hallarse en el colmo 00:34:39
del ennui. Probablemente se trataba del más activo y enérgico de los seres vivientes, 00:34:45
pero eso tan sólo cuando nadie lo ve. Para no ser menos, me quejé del mal estado de mi vista, 00:34:50
y de la necesidad de usar anteojos, bajo cuya protección pude observar cautelosa 00:34:57
pero detalladamente el aposento, mientras en apariencia seguía con toda atención las 00:35:03
palabras de mi huésped. Dediqué especial cuidado a una gran mesa-escritorio junto a la cual se 00:35:08
sentaba De, y en la que aparecían mezcladas algunas cartas y papeles, juntamente con un 00:35:13
par de instrumentos musicales y unos pocos libros. Pero, después de un prolongado y 00:35:19
atento escrutinio, no vi nada que procurara mis sospechas. Dando la vuelta al aposento, 00:35:24
mis ojos cayeron, por fin, sobre un insignificante tarjetero de cartón recortado que colgaba, 00:35:30
sujeto por una sucia cinta azul, de una pequeña perilla de bronce en mitad de la repisa de la 00:35:36
chimenea. En este tarjetero, que estaba dividido en tres o cuatro compartimentos, vi cinco o seis 00:35:42
tarjetas de visitantes y una sola carta. Esta última parecía muy arrugada y manchada. Estaba 00:35:49
rota casi por la mitad, como si a una primera intención de destruirla, por inútil, hubiera 00:35:55
sucedido otra. Ostentaba un gran sello negro, con el monograma de De muy visible, y el sobrescrito, 00:36:00
dirigido al mismo ministro, revelaba una letra menuda y femenina. La carta había sido arrojada 00:36:07
con descuido, casi se diría que desdeñosamente, en uno de los compartimentos superiores del 00:36:14
tarjetero. Tan pronto hube visto dicha carta, me di cuenta de que era la que buscaba. Por cierto, 00:36:20
que su apariencia difería completamente de la minuciosa descripción que nos había leído el 00:36:27
prefecto. En este caso, el sello era grande y negro, con el monograma de De. En el otro, 00:36:33
era pequeño y rojo, con las armas ducales de la familia S. El sobrescrito de la presente 00:36:38
carta mostraba una letra menuda y femenina, mientras que el otro, dirigido a cierta persona 00:36:43
real, había sido trazado con caracteres firmes y decididos. Sólo el tamaño mostraba analogía. 00:36:49
Pero en cambio, lo radical de unas diferencias que resultaban excesivas, la suciedad, el papel 00:36:55
arrugado y roto en parte, tan inconciliables con los verdaderos hábitos metódicos de De, 00:37:02
y tan sugestivos de la intención de engañar sobre el verdadero valor del documento, 00:37:07
todo ello, digo sumado a la ubicación de la carta, insolentemente colocada bajo los ojos 00:37:12
de cualquier visitante, y coincidente, por tanto, con las conclusiones a las que ya había arribado, 00:37:18
corroboraron decididamente las sospechas de alguien que había ido allá con intenciones 00:37:23
de sospechar. Prolongué lo más posible mi visita, y mientras discutí animadamente con el ministro 00:37:29
acerca de un tema que jamás ha dejado de interesarle y apasionarlo, mantuve mi atención clavada en la 00:37:36
carta. Confiaba así a mi memoria los detalles de su apariencia exterior y de su colocación en el 00:37:42
tarjetero. Pero terminé además por descubrir algo que disipó las últimas dudas que podía haber 00:37:48
abrigado. Al mirar atentamente los bordes del papel, noté que estaban masajados de lo necesario. 00:37:54
Presentaban el aspecto típico de todo papel grueso que ha sido doblado y aplastado con una 00:38:00
plegadera, y que luego es vuelto en sentido contrario, usando los mismos pliegues formados 00:38:05
la primera vez. Este descubrimiento me bastó. Era evidente que la carta había sido dado vuelta 00:38:10
como un guante, a fin de ponerle un nuevo sobrescrito y un nuevo sello. Me despedí del 00:38:17
ministro y me marché enseguida, dejando sobre la mesa una tabaquera de oro. A la mañana siguiente 00:38:22
volví en busca de la tabaquera, y reanudamos placenteramente la conversación del día anterior. 00:38:28
Pero mientras departíamos, oyóse justo debajo de las ventanas un disparo como de pistola. 00:38:34
Seguido por una serie de gritos espantosos y las voces de una multitud aterrorizada. 00:38:40
D. corrió a una ventana, la abrió de par en par y miró hacia afuera. Por mi parte, 00:38:45
me acerqué al tarjetero, saqué la carta, guardándola en el bolsillo, y la reemplacé 00:38:50
por un facsímil, por lo menos en el aspecto exterior, que había preparado cuidadosamente 00:38:56
en casa, imitando el monograma de D., con ayuda de un sello de miga de pan. 00:39:01
La causa del alboroto callejero había sido la extravagante conducta de un hombre armado 00:39:06
de un fusil, quien acababa de disparar el arma contra un grupo de mujeres y niños. Comprobóse, 00:39:11
sin embargo, que el arma no estaba cargada, y los presentes dejaron en libertad al individuo, 00:39:17
considerándolo borracho o loco. Apenas se hubo alejado, desapartó de la ventana, 00:39:22
donde me la había reunido inmediatamente después de apoderarme de la carta. 00:39:28
Momentos después me despedí de él. Por cierto, que el pretendido lunático había sido pagado por mí. 00:39:33
—¿Pero qué intención tenía usted? —pregunté. —A reemplazar la carta por un facsímil. ¿No 00:39:39
hubiera sido preferible apoderarse abiertamente de ella en su primera visita y abandonar la casa? 00:39:46
—D. es un hombre resuelto a todo y lleno de coraje —repuso Dupin. En su casa no faltan 00:39:50
servidores devotos a su causa. Si me hubiera atrevido a lo que usted sugiere, jamás habría 00:39:57
salido de allí con vida. El buen pueblo de París no hubiese oído hablar nunca más de mí. 00:40:02
Pero, además, llevaba una segunda intención. Bien conoce usted mis preferencias políticas. 00:40:08
En este asunto he actuado como partidario de la dama en cuestión. Durante dieciocho meses el 00:40:14
ministro la tuvo a su merced. Ahora es ella quien lo tiene a él. Pues, ignorante de que la carta no 00:40:20
se haya ya en su posesión, D. continuará presionando como si la tuviera. Esto lo llevará 00:40:26
inevitablemente a la ruina política. Su caída, además, será tan precipitada como ridícula. 00:40:31
Está muy bien hablar del facilis descensus averni. Pero en materia de ascensiones cabe 00:40:37
decir lo que la Catalani decía del canto. O sea, que es mucho más fácil subir que bajar. 00:40:43
En el presente caso no tengo simpatía, o por lo menos compasión, hacia el que baja. 00:40:48
D. es el mostrum horrendum, el hombre de genio carente de principios. Confieso, 00:40:54
sin embargo, que me gustaría conocer sus pensamientos, cuando al recibir el desafío 00:40:59
de aquella a quien el prefecto llama cierta persona, se vea forzado a abrir la carta que 00:41:04
le dejé en el tarjetero. —¿Cómo? —escribió usted algo en ella. —Vamos, 00:41:09
no me pareció bien dejar el interior en blanco. Hubiera sido insultante. Cierta vez, en Viena, 00:41:14
D. me jugó una mala pasada, y sin perder el buen humor le dije que no la olvidaría. De modo que, 00:41:21
como no dudo de que sentirá cierta curiosidad por saber quién se ha mostrado más ingenioso que él, 00:41:27
pensé que era una lástima no dejarle un indicio. Como conoce muy bien mi letra, 00:41:33
me limité a copiar en mitad de la página estas palabras. 00:41:38
—«UN DESIGN SIPHONÉS, SILNE DIN D'ATRÉ ET DIN DE DIEZ». 00:41:41
—La hallará usted en el atré de Crevillon. 00:41:47
Idioma/s:
es
Autor/es:
Marco Vázquez
Subido por:
Marco Antonio V.
Licencia:
Reconocimiento
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Fecha:
23 de febrero de 2023 - 21:03
Visibilidad:
Público
Duración:
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