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Vuelva usted mañana - Mariano José de Larra

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Subido el 23 de febrero de 2023 por Marco Antonio V.

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Vuelva usted mañana por Mariano José de Larra 00:00:00
Gran persona debió de ser el primero que llamó pecado mortal a la pereza. Nosotros, 00:00:07
que ya en uno de nuestros artículos anteriores estuvimos más serios de lo que nunca nos 00:00:12
habíamos propuesto, nos daremos ahora en largas y profundas investigaciones acerca 00:00:16
de la historia de este pecado, por más que conozcamos qué pecados que pican en historia 00:00:21
y que la historia de los pecados sería un tanto cuanto divertida. Convengamos solamente 00:00:26
en que esta institución ha cerrado y cerrará las puertas del cielo a más de un cristiano. 00:00:31
Estas reflexiones hacía yo casualmente no hace muchos días cuando se presentó en mi 00:00:37
casa un extranjero de estos que, en buena o en mala parte, han de tener siempre en nuestro 00:00:41
país una idea exagerada y perbólica, de estos que creen que los hombres aquí son 00:00:46
todavía los espléndidos, francos, generosos y caballerescos seres de hace dos siglos o 00:00:51
que son aún las tribus nómadas del otro lado del atlante. En el primer caso vienen 00:00:56
imaginando que nuestro carácter se conserva intacto como nuestra ruina. En el segundo 00:01:01
vienen temblando por esos caminos y preguntan si son los ladrones que los han de despojar, 00:01:06
los individuos de algún cuerpo de guardia establecido precisamente para defenderlos 00:01:11
de los azares de un camino, comunes a todos los países. 00:01:15
La verdad es que nuestro país no es de aquellos que se conocen a primera ni a segunda vista, y si temiéramos que 00:01:20
nos llamasen atrevidos, lo compararíamos de buena gana a esos juegos de manos sorprendentes 00:01:26
e inescrutables para el que ignora su artificio, que estribando en una grandísima vagatela suelen, 00:01:31
después de sabidos, dejar asombrado de su poca perspicacia al mismo que se devanó los sesos 00:01:37
por buscarles causas extrañas. Muchas veces la falta de una causa determinante en las cosas nos 00:01:42
hace creer que debe de haberlas profundas para mantenerlas al abrigo de nuestra penetración. Tal 00:01:49
es el orgullo del hombre, que más quiere declarar en voz alta que las cosas son incomprensibles 00:01:54
cuando no las comprende él, que confesar que el ignorarlas puede depender de su tarpeza. 00:01:59
Esto no obstante, como quiera que entre nosotros mismos se hallen muchos en esta ignorancia de los 00:02:04
verdaderos resortes que nos mueven, no tendremos derecho para extrañar que los extranjeros no 00:02:10
los puedan tan fácilmente penetrar. Un extranjero de estos fue el que se presentó en mi casa, 00:02:16
provisto de competentes cartas de recomendación para mi persona. Asuntos intrincados de familia, 00:02:21
reclamaciones futuras y aún proyectos vastos concebidos en París de invertir aquí sus 00:02:27
cuantiosos caudales en tal cual especulación industrial o mercantil eran los motivos que 00:02:33
a nuestra patria le conducían. Acostumbrado a la actividad en que viven nuestros vecinos, 00:02:38
me aseguró formalmente que pensaba permanecer aquí muy poco tiempo, sobre todo si no encontraba 00:02:43
pronto objeto seguro en que invertir su capital. Parecióme el extranjero digno de alguna 00:02:49
consideración. Trabé presto amistad con él, y lleno de lástima traté de persuadirle a que 00:02:54
se volviese a su casa cuanto antes, siempre que seriamente trajese otro fin que no fuese el de 00:02:59
pasearse. Admiróle la proposición, y fue preciso explicarme más claro. «Mirad», le dije, «Messie 00:03:05
Saint-Delay», que así se llamaba, «vos venís decidido a pasar quince días y a solventar en 00:03:13
ellos vuestros asuntos». «Ciertamente», me contestó, «quince días y es mucho. Mañana por 00:03:18
la mañana buscaremos un genealogista para mis asuntos de familia, por la tarde revuelve sus 00:03:25
libros, busca mis ascendientes, y por la noche ya sé quién soy. En cuanto a mis reclamaciones, 00:03:31
pasado mañana las presento fundadas en los datos que aquel me dé, legalizadas en debida forma, 00:03:36
¿y cómo será una cosa clara y de justicia innegable? Pues sólo en este caso haré valer 00:03:42
mis derechos. Al tercer día se juzga el caso, y soy dueño de lo mío. En cuanto a las especulaciones, 00:03:47
en que pienso invertir mis caudales, al cuarto día ya he presentado mis proposiciones. Serán 00:03:53
buenas o malas, y admitidas o desechadas en el acto, y son cinco días. En el sexto, 00:03:58
séptimo y octavo veo lo que hay que ver en Madrid, descanso el noveno, el décimo tomo mi asiento en 00:04:04
la diligencia, si no me conviene estar más tiempo aquí, y me vuelvo a mi casa. Aún me sobran de los 00:04:11
quince cinco días. Al llegar aquí, Messieurs Andelé, traté de reprimir una carcajada que 00:04:16
me andaba retozando ya hacía rato en el cuerpo, y si mi educación logró sofocar mi inoportuna 00:04:22
jovialidad, no fue bastante impedir que se asomase a mis labios una suave sonrisa de asombro y de 00:04:28
lástima que sus planes ejecutivos me sacaban al rostro mal demigrado. Permitidme, Messieurs Andelé, 00:04:33
le dije entre sogarrón y formal, permitidme que os compide a comer para el día que llevéis quince 00:04:40
meses de estancia en Madrid. ¿Cómo? Dentro de quince meses estáis aquí todavía. ¿Os burláis? 00:04:46
No, por cierto. ¿No me podré marchar cuando quiera? Cierto que la idea es graciosa. Sabed 00:04:53
que no estáis en vuestro país activo y trabajador. Oh, los españoles que han viajado por el extranjero 00:05:00
han adquirido la costumbre de hablar mal siempre de su país para hacerse superiores a sus 00:05:06
compatriotas. Os aseguro que los quince días con que contáis no habréis podido hablar siquiera a 00:05:11
una sola de las personas cuya cooperación necesitáis. Y, perboles, yo les comunicaré a 00:05:16
todos mi actividad. Todos os comunicarán su inercia. Conocí que no estaba el señor de 00:05:22
Saint-Denis muy dispuesto a dejarse convencer sino por la experiencia, y callé por entonces, 00:05:28
bien seguro de que no tardarían mucho los hechos en hablar por mí. 00:05:32
Amaneció el día siguiente, y salimos entre ambos a buscar un genealogista, lo cual sólo se pudo 00:05:37
hacer preguntando de amigo en amigo y de conocido en conocido. Encontrámosle por fin, y el buen 00:05:42
señor, aturdido de ver nuestra precipitación, declaró francamente que necesitaba tomarse algún 00:05:48
tiempo. Instósele, y por mucho favor nos dijo definitivamente que nos diéramos una vuelta por 00:05:54
allí dentro de unos días. Sonreíme y marchámonos. Pasaron tres días. Fuimos. 00:06:00
—Vuelva usted mañana —nos respondió la criada— porque el señor no se ha levantado todavía. 00:06:07
—Vuelva usted mañana —nos dijo el día siguiente— porque el amo acaba de salir. 00:06:12
—Vuelva usted mañana —nos respondió el otro— porque el amo está durmiendo la siesta. 00:06:17
—Vuelva usted mañana —nos respondió el lunes siguiente— porque hoy ha ido a los toros. 00:06:23
—¡Qué día! ¡Qué ahoga se ve a un español! 00:06:30
Vimosle por fin, y... 00:06:33
—Vuelva usted mañana —nos dijo— porque se me ha olvidado. 00:06:35
—Vuelva usted mañana porque no está en limpio. 00:06:39
A los quince días ya estuvo, pero mi amigo le había pedido una noticia del apellido 10, 00:06:42
y él había entendido Díaz, y la noticia no servía. Esperando nuevas pruebas, 00:06:47
nada le dije a mi amigo, desesperado ya de dar jamás con sus abuelos. 00:06:52
Es claro que, faltando este principio, no tuvieron lugar las reclamaciones. 00:06:57
Para las proposiciones que acerca de varios establecimientos y empresas utilísimas pensaba 00:07:01
hacer, había sido preciso buscar un traductor. Por los mismos pasos que el genealogista nos 00:07:07
hizo pasar el traductor. De mañana en mañana nos llevó hasta el fin del mes. Averiguamos que 00:07:13
necesitaba dinero diariamente para comer, con la mayor urgencia. Sin embargo, nunca 00:07:19
encontraba momento oportuno para trabajar. El escribiente hizo después otro tanto con 00:07:23
las copias, sobrellenarlas de mentiras, porque un escribiente que sepa escribir no le hay en 00:07:29
este país. No paró aquí. Un sastre tardó veinte días en hacerle un frac, que le había mandado 00:07:34
llevarla en veinticuatro horas. El zapatero le obligó con su tardanza a comprar botas hechas. 00:07:41
La planchadora necesitó quince días para plancharle una camisola. Y el sombrerero a 00:07:46
quien le había enviado su sombrero a variar el ala, le tuvo dos días con la cabeza al aire y 00:07:51
sin salir de casa. Sus conocidos y amigos no le asistían a una sola cita, ni avisaban cuando 00:07:55
faltaban, ni respondían a sus esquelas. —¡Qué formalidad y qué exactitud! 00:08:02
—¿Qué os parece esta tierra, Messíe Sandélé? —le dije al llegar a estas pruebas. —Me parece 00:08:07
que son hombres singulares. —Pues así son todos. No comerán por no llevar la comida a la boca. 00:08:14
Presentóse con todo, yendo y viniendo días, una proposición de mejoras para un ramo que no citaré, 00:08:21
quedando recomendada eficazísimamente. A los cuatro días volvimos a saber del éxito de nuestra 00:08:27
pretensión. —Vuelva usted mañana, nos dijo el portero. El oficial de la mesa no ha venido hoy. 00:08:33
—Grande causa le habrá detenido, dije yo entre mí. Fuimos a dar un paseo y nos encontramos. 00:08:40
¡Qué casualidad! Al oficial de la mesa en el retiro, ocupadísimo en dar una vuelta con su señora 00:08:47
al hermoso sol de los inviernos claros de Madrid. El martes era el día siguiente, y nos dijo el 00:08:53
portero. —Vuelva usted mañana, porque el señor oficial de la mesa no da audiencia hoy. 00:08:59
—Grandes negocios habrán cargado sobre él, dije yo. Como soy el diablo y aún he sido duende, 00:09:04
busqué ocasión de echar una ojeada por el agujero de una cerradura. 00:09:11
Su señoría estaba echando un cigarrito al brasero, y con una charada del correo entre manos que le 00:09:15
debía costar trabajo el acertar. —Es imposible verle hoy, le dije a mi compañero. Su señoría 00:09:21
está en efecto ocupadísimo. Dio nos audiencia el miércoles inmediato, y ¡qué fatalidad! El 00:09:28
expediente había pasado a informe, por desgracia, a la única persona enemiga indispensable de Mesíer 00:09:35
y de su plan, porque era quien debía salir en él perjudicado. Vivió el expediente dos meses en 00:09:40
informe, y vino tan informado como era de esperar. Verdad en que nosotros no habíamos podido encontrar 00:09:46
empeño para una persona muy amiga del informante. Esta persona tenía unos ojos muy hermosos, 00:09:51
los cuales, sin duda alguna, le hubieran convencido en sus ratos perdidos de la justicia de nuestra 00:09:57
causa. Vuelto de informe, se cayó en la cuenta en la sección de nuestra bendita oficina de que el 00:10:02
tal expediente no correspondía a aquel ramo. Era preciso rectificar este pequeño error. Pasóse al 00:10:08
ramo, establecimiento y mesa correspondiente, y étenos caminando, después de tres meses, 00:10:14
a la cola siempre de nuestro expediente, como urón que busca el conejo, y sin poderlo sacar, 00:10:20
muerto ni vivo, de la uronera. Fue el caso, al llegar aquí, que el expediente salió del 00:10:25
primer establecimiento y nunca llegó al otro. —De aquí se remitió con fecha de tantos —decían 00:10:31
en uno—, aquí no ha llegado todavía —decían en otro—. —¡Botobá! —dije yo a Messías Andelé—, 00:10:37
¿sabéis que nuestro expediente se ha quedado en el aire como el alma de Garibay, y que debe de 00:10:44
estar ahora posado como una paloma sobre algún tejado de esta activa población? 00:10:49
Hubo que hacer otro. ¡Vuelta los empeños, vuelta la prisa, qué delirio! 00:10:53
—Es indispensable —dijo el oficial con voz campanuda— que esas cosas vayan por sus 00:11:00
trámites regulares. Es decir, que el toque estaba, como el toque del servicio militar, 00:11:06
en llevar nuestro expediente tantos o cuantos años de servicio. Por último, 00:11:12
después de cerca de medio año de subir y bajar, y estar a la firma o al informe, 00:11:17
o a la aprobación o al despacho, o debajo de la mesa, o de volver siempre mañana, 00:11:22
salió con una notita al margen que decía —a pesar de la justicia y utilidad del plan del exponente—, 00:11:26
negado. —¡Ajá! —M. Sandelé exclamé riéndome a carcajadas—, 00:11:32
este es nuestro negocio. Pero M. Sandelé se daba todos diablos. 00:11:39
—¿Para esto echo yo mi viaje tan largo? Después de seis meses no habéis conseguido 00:11:44
sino que me digan en todas partes diariamente —vuelva usted mañana—. Y cuando este 00:11:49
dichoso mañana llega en fin, ¿nos dicen redondamente que no? ¿Y vengo a darles dinero? 00:11:55
¿Y vengo a hacerles favor? —Precisa es que la intriga más 00:12:01
enredada se haya fraguado para ponerse a nuestras miras. —¡Intriga, M. Sandelé! No hay hombre 00:12:04
capaz de seguir dos horas una intriga. La pereza es la verdadera intriga. Os juro que no hay otra. 00:12:11
Esa es la gran causa oculta. Es más fácil negar las cosas que enterarse de ellas. 00:12:16
Al llegar aquí, no quiero pasar en silencio algunas razones de las que me dieron para la 00:12:21
anterior negativa, aunque sea una pequeña digresión. —Ese hombre se va a perder —me 00:12:26
decía un personaje muy grave y muy patriótico. —Esa no es una razón —le repuse. Si él se 00:12:32
arruina, nada, nada se habrá perdido en concederle lo que pide. Él llevará el castigo de su osadía 00:12:38
o de su ignorancia. —¿Cómo ha de salir con su intención? 00:12:43
—Y supongo usted que quiere tirar su dinero y perderse. ¿No puede uno aquí morirse siquiera, 00:12:47
sin tener un empeño para el oficial de la mesa? —Puede perjudicar a los que hasta ahora han hecho 00:12:52
de otra manera eso mismo que ese señor extranjero quiere. —¿A los que lo han hecho de otra manera, 00:12:58
es decir, peor? —Sí, pero lo han hecho. 00:13:04
—Sería lástima que se acabara el modo de hacer mal las cosas. 00:13:07
—¿Con qué? Porque siempre se han hecho las cosas del modo peor posible. ¿Será preciso 00:13:10
tener consideraciones con los perpetuadores del mal? —Antes se debiera mirar si podrían 00:13:15
perjudicar los antiguos al moderno. —Así está establecido. Así se ha hecho hasta aquí. Así lo 00:13:20
seguiremos haciendo. —Por esa razón, ¿deberían darle a usted papilla todavía, como cuando nació? 00:13:27
—En fin, señor Fígaro, es un extranjero. —¿Y por qué no lo hacen los naturales del país? 00:13:33
—Con esas socaliñas vienen a sacarnos la sangre. —Señor mío —exclamé, sin llevar más adelante 00:13:40
mi paciencia—, está usted en un error harto general. Usted es como muchos que tienen la 00:13:48
diabólica manía de empezar siempre por poner obstáculos a todo lo bueno, y el que pueda que 00:13:53
los benza. Aquí tenemos el loco orgullo de no saber nada, de querer adivinarlo todo y no reconocer 00:13:58
maestros. Las naciones que han tenido, ya que no el saber, deseos de él, no han encontrado otro 00:14:04
remedio que el de recurrir a los que sabían más que ellas. Un extranjero —seguí— que corre a un 00:14:10
país que le es desconocido para arriesgar en él sus caudales, pone en circulación un capital nuevo, 00:14:16
contribuye a la sociedad, a quien hace un inmenso beneficio con su talento y su dinero. Si pierde, 00:14:22
es un héroe. Si gana, es muy justo que logre premio de su trabajo, pues nos proporciona ventajas que 00:14:27
no podíamos acarrearnos solos. Ese extranjero que se establece en este país no viene a sacar de él 00:14:33
el dinero, como usted supone. Necesariamente se establece y se arraiga en él, y a la vuelta de 00:14:39
media docena de años ni es extranjero ya ni puede serlo. Sus más caros intereses y su familia se 00:14:45
ligan al nuevo país que ha adoptado. Toma cariño al suelo donde ha hecho su fortuna, al pueblo donde 00:14:52
ha escogido su compañera. Sus hijos son españoles, y sus nietos lo serán. En vez de extraer el dinero, 00:14:57
ha venido a dejar un capital suyo que traía, invirtiéndole y haciéndole producir. Ha dejado 00:15:04
otro capital de talento, que vale por lo menos tanto como el del dinero. Ha dado de comer a los 00:15:10
pocos o muchos naturales de quien ha tenido necesariamente que valerse. Ha hecho una mejora, 00:15:16
y hasta ha contribuido al aumento de la población con su nueva familia. Convencidos de estas 00:15:21
importantes verdades, todos los gobiernos sabios y prudentes han llamado así a los extranjeros. A su 00:15:26
grande hospitalidad ha debido siempre la Francia su alto grado de esplendor. A los extranjeros de 00:15:33
todo el mundo que ha llamado la Rusia, ha debido el llegar a ser una de las primeras naciones en 00:15:38
muchísimo menos tiempo que el que han tardado otras en llegar a ser las últimas. A los extranjeros 00:15:43
han debido a los Estados Unidos. Pero veo por sus gestos de usted —concluí interrumpiéndome 00:15:48
oportunamente a mí mismo— que es muy difícil convencer al que está persuadido de que no se 00:15:54
debe convencer. Por cierto, si usted mandara, podríamos fundar en usted grandes esperanzas. 00:15:59
Concluida esta filípica, fuime en busca de mi sandalé. 00:16:05
—Me marcho, señor Figaro —me dijo—. En este país no hay tiempo para hacer nada. Sólo me 00:16:09
limitaré a ver lo que hay en la capital de más notable. —¡Ay, mi amigo! —le dije—. Idos 00:16:16
en paz, y no queráis acabar con vuestra poca paciencia. Mirad que la mayor parte de nuestras 00:16:22
cosas no se ven. ¿Es posible? Nunca me habéis de creer. Acordaos de los quince días. 00:16:27
Un gesto de monsieur Sandelé me indicó que no le había gustado el recuerdo. 00:16:34
—Vuelva usted mañana —nos decían en todas partes—, porque hoy no se ve. 00:16:37
—Ponga usted un memorialito para que le den un permiso especial. 00:16:43
Era cosa de ver la cara de mi amigo al oírlo del memorialito. Representábasele en la imaginación 00:16:47
el informe, y el empeño, y los seis meses, y... Contentose con decir. 00:16:54
—Soy extranjero. Buena recomendación entre los amables compatriotas míos. 00:16:59
Aturdíase mi amigo cada vez más, y cada vez nos comprendía menos. Días y días tardamos en ver las 00:17:05
pocas rarezas que tenemos guardadas. Finalmente, después de medio año largo —si es que puede 00:17:12
haber un medio año más largo que otro—, se restituyó mi recomendado a su patria, 00:17:17
maldiciendo de esta tierra, y dándome la razón que yo ya antes me tenía, 00:17:22
y llevando al extranjero noticias excelentes de nuestras costumbres. Diciendo sobre todo que en 00:17:26
seis meses no había podido hacer otra cosa sino «volver siempre mañana», y que a la vuelta de 00:17:32
tanto «mañana», «eternamente futuro», «lo mejor», o más bien lo único que había podido hacer bueno, 00:17:38
había sido marcharse. —Tendrá razón, perezoso lector, 00:17:43
si es que ha llegado ya a esto que estoy escribiendo. ¿Tendrá razón el buen Monsieur Chandelet en hablar 00:17:48
mal de nosotros y de nuestra pereza? ¿Será cosa de que vuelva el día de mañana con gusto a visitar 00:17:53
nuestros hogares? Dejemos esta cuestión para mañana, porque ya estarás cansado de leer hoy. 00:17:58
Si mañana u otro día no tienes, como sueles, pereza de volver a la librería, pereza de sacar 00:18:04
tu bolsillo y pereza de abrir los ojos para ojear las hojas que tengo que darte todavía, 00:18:10
te contaré como a mí mismo, que todo esto veo y conozco y callo mucho más. Me ha sucedido muchas 00:18:14
veces, llevado de esta influencia, hija del clima, de otras causas, perder de pereza más de una 00:18:21
conquista amorosa, abandonar más de una pretensión empezada y las esperanzas de más de un empleo, 00:18:27
que me hubiera sido acaso, con más actividad, poco menos que asequible, renunciar, en fin, 00:18:32
por pereza de hacer una visita justa o necesaria a relaciones sociales que hubieran podido valerme 00:18:38
de mucho en el transcurso de mi vida. Te confesaré que no hay negocio que no pueda 00:18:43
hacer hoy que no deje para mañana. Te referiré que me levanto a las once y duermo siesta, 00:18:48
que paso haciendo el quinto pie de la mesa de un café, hablando roncando, como buen español, 00:18:53
las siete y las ocho horas seguidas. Te añadiré que, cuando cierran el café, 00:18:58
me arrastro lentamente a mi tertulia diaria, porque de pereza no tengo más que una, 00:19:03
y un cigarrito tras otro me alcanzan clavado en un sitial y bustezando sin cesar las doce o la 00:19:09
una de la madrugada. En muchas noches no ceno de pereza, y de pereza no me acuesto. En fin, 00:19:16
lector de mi alma, te declararé que, de tantas veces como estuve en esta vida desesperado, 00:19:22
ninguna me ahorqué, y siempre fue de pereza. Y concluyo por hoy confesándote que ha más de 00:19:28
tres meses que tengo, como la primera entre mis apuntaciones, el título de este artículo, 00:19:35
que llamé Vuelva usted mañana, que todas las noches y muchas tardes he querido durante ese 00:19:40
tiempo escribir algo en él, y todas las noches apagaba mi luz, diciéndome a mí mismo con la 00:19:46
más pueril credulidad en mis propias resoluciones. ¡Eh, mañana le escribiré! Da gracias a que llegó 00:19:51
por fin este mañana, que no es del todo malo, pero ¡ay de aquel mañana que no ha de llegar jamás! 00:19:58
El pobrecito hablador. Número 11. Enero de 1833. 00:20:04
Idioma/s:
es
Autor/es:
Marco Vázquez
Subido por:
Marco Antonio V.
Licencia:
Reconocimiento
Visualizaciones:
478
Fecha:
23 de febrero de 2023 - 21:01
Visibilidad:
Público
Duración:
20′ 15″
Relación de aspecto:
1.78:1
Resolución:
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Tamaño:
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